
“Lo mío es el teatro. Toda mi vida fue de teatro” afirmó el actor Carlos Baena al recordar sus inicios en uno de los escenarios más representativos de esta ciudad, a la que regresa después de algunos años de ausencia.
“Yo fui partiquino; barría el teatro de María Tereza Montoya y llegué a ser primer galán de doña María Tereza Montoya. Aquí estuve durante muchos meses en el teatro México que lo inauguró la misma Montoya con las bendiciones del padre Carlos Alvarez”, recordó el histrión que ahora ha canalizado sus dotes artísticos en la literatura y pintura.
Sin proponérselo protagonizó cintas como “Adán y Eva”, “Mamá nos quita los Novios”, “Tu hijo debe nacer”, “Los Salvajes”, entre otras producciones realizadas en el último periodo de la llamada época de oro del cine nacional.
“A mí me interesaba tanto el teatro que me fui a España un tiempo a estudiar en el Real Conservatorio de Arte Dramático de Madrid y ahí estuve 5 años hasta que tuve mi licenciatura de Arte Dramático de Teatro.
“Cuando regresé, yo había hecho cine en España, es decir, cine doméstico e inclusive hice una película con Richard Burton, Alejandro el Magno y de ahí me regresé y de inmediato me contrataron para hacer cine aquí en México”, señaló quien los últimos años se dedicó a hacer televisión en las ciudades fronterizas de McAllen y Reynosa.
Como actor de cine, Baena era muy bien cotizado, ya que nunca le faltaban contratos y hasta firmó exclusividad con una importante compañía.
“Fui artista exclusivo de Filmex , y en ese entonces eramos cuatro personas: Arturo de Córdova y yo hombres; Marga López y Martha Mijares en mujeres. Filmábamos películas y películas, porque estaba rodando en un lugar y ya me llamaban para otro proyecto”, subrayó.
Entre sus miles de anécdotas, recordó con satisfacción que tuvo la oportunidad de trabajar con don Pedro Armendáriz, figura del cine nacional que le inspiraba mucho respeto.
“Me acuerdo cuando me enfrenté con Pedro Armendáriz padre para hacer una película el y yo, un mano a mano, se me enchinaba el cuero, porque se trataba de don Pedro Armendáriz, uno de los grandes actores de la época de oro del cine mexicano”, enfatizó.
BEETHOVEN O GOYA
Después de haber encarnado a Cristo en la obra “Vida, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo”, escrita por el monseñor Aureliano Tapia, misma que también dirigió, señaló que no tuvo oportunidad de interpretar a otros personajes históricos como Ludwig van Beethoven o a Francisco de Goya.
“A mí siempre me hubiera gustado interpretar algún día a Beethoven, por mi físico y mi corpulencia; y a lo mejor también a Francisco de Goya, el gran pintor español, pero lo más histórico que hice fue Adán y Eva”, aclaró.
Comentó que su inclinación siempre fue hacia el teatro serio, de reflexión, porque le sacaba más provecho a los personajes, además de que su formación actoral era de mucha disciplina y dedicación.
“Yo siempre fui actor dramático, aunque recuerdo haber hecho alguna película de cómico, pero así la gente no se reía conmigo, porque de acuerdo a mis características físicas, me quedaban mejor los personajes serios.
“Siempre me gustó don Jacinto Benavente, premio de literatura español, me interesó mucho Henrick Ibsen y todo ese tipo de obras que hice alguna vez para televisión a través del canal 11 pero nunca llegué a Shakespeare , ni a Moliére, pero si hice El Tenorio de José Zorrilla”, destacó el profesional de la actuación.
ESCUELA EN PUERTA
Baena, que actualmente ha hecho una pausa en su carrera artística, no descartó que en un futuro próximo abra una academia de interpretación para trasmitir sus conocimientos a todas las personas que lo deseen, sin que necesariamente tengan pensado convertirse en actores o actrices.
“Si tengo interés en poner una escuela. Creo que todavía puedo aportar y me interesa que estudien actuación y no solamente para representar personajes en cine o teatro, sino porque he considerado que el arte interpretativo nos sirve para la vida cotidiana.
“Es que todo ello comprende la presencia física, la biomecánica, el arte de hablar en público, la dicción, etcétera. Es que en realidad, en la vida somos actores, como cuando uno se presenta para hablar en público, los ademanes, los gestos, el tono de voz, en fin, es parte de una actuación”, observó quien fuera uno de los fundadores del teatro interinidades del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
ARTE SIN POLITICA
Ante el frecuente hecho que se registra desde hace varios procesos electorales en donde son invitados a participar como candidatos a diputados, senadores, alcaldes y hasta gobernadores, ciudadanos actores, el entrevistado opinó que son dos vertientes totalmente opuestas.
“Como actores son muy malos políticos, y como políticos son muy malos actores, como dicen por ahí. No tiene nada que ver esto con aquello. Desgraciadamente, lo que pretenden es que a través de una “popularidad” la gente vote por ellos.
“Esto se especuló durante muchos años porque había gente que votaba por decir por Mario Moreno Cantinflas, porque en lugar de dejar el voto en blanco, o poner cualquier otra cosa, la gente marcaba esa otra opción.
“Ahora se hace esto basado en una seudo popularidad pues se puso de moda, pero eso no significa que sean buenos políticos, ni que estén inmersos en la política, pero eso depende de cada quién”, apuntó el maestro.
Carlos Baena realizó un ciclo de lecturas de un compendio de poemas de su propia inspiración al que tituló “En este puñado de barro, que es la tierra” durante cuatro miércoles consecutivos del mes de junio en el Café Nuevo Brasil.