El deseo de ser escritora llevó a Graciela Iturbide a lograr una fotografía poética, pues su interpretación a través de su lente del ser humano en relación con la naturaleza, con la ciudad y con su cultura es muy particular, pero sobre todo, muy artística.
“Graciela Iturbide. Cuando habla la luz” es la exposición que presenta El Banco Nacional de México-Citibanamex a través de Fomento Cultural Banamex A. C., en coordinación con el Museo de Historia Mexicana en el marco de su 25 aniversario.
La fotógrafa sostuvo una charla con el curador Juan Coronel Rivera antes de la inauguración oficial el pasado miércoles 27 de noviembre.
“Yo disparo con la cámara cuando me sorprendo y así como cualquier persona que tenga una disciplina dentro del arte, ya traemos muchas influencias de lo que hemos leído, de o que hemos aprendido, de la pintura que hemos visto, así como la música que escuchamos.
“Cuando salgo a la calle, veo algo y me sorprende no me queda otra más que disparar rápido a la cámara y el encuadre ya es intuitivo, ya hay un lenguaje en cada fotógrafo donde apretamos el gatillo de la cámara pero con todas la influencias que tenemos atrás de nosotros”, expresó.
Afirmó que para ella existen dos momentos decisivos a la hora de capturar una imagen: el momento de la toma y en el laboratorio, donde se puede arreglar cualquier falla en la composición.
Sobre su trabajo en comunidades, mencionó que principalmente convive mucho con las personas para generar un ambiente de confianza, pero también les pide permiso para poder fotografiarlos.
“Generalmente cuando trabajo en las comunidades es que vivo con ellos; yo me presentó como fotógrafa con mi cámara y de alguna manera desde que llego les estoy pidiendo permiso para fotografiarlos.
“Tengo que tener complicidad con la gente, por lo cual es conveniente que me quede en sus casas, incluso me voy al mercado con las mujeres para platicar e integrarme y trato de que haya complicidad cada vez que tomo una foto, pero si alguien no quiere que le tome la foto, no lo hago”, manifestó.
Dijo que actualmente está fotografiando piedras que ha tomado en países como Japón, pero también en Tecali de Herrera, municipio del estado de Puebla.
“También me gustaría fotografiar el agua y el aire, pero no sé si lo podré hacer”, expresó la experimentada fotógrafa mexicana.
CASI MEDIO SIGLO TOMANDO FOTOGRAFÍAS
Graciela Iturbide nació en la Ciudad de México en 1942, desde su infancia mostró interés por la fotografía y en 1969 ingresó al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México, con la intención de estudiar cine.
Fue ahí donde conoció a Manuel Álvarez Bravo, maestro de la fotografía mexicana, quien la invitaría a trabajar como su asistente y se convertiría en su maestro y mentor.
“Graciela siempre habla que su primer avance dentro de su profesionalismo empezó en las artes visuales cuando ella se integra al cine, a estudiar cinematografía, pero en realidad ella tuvo un pasado en el que quería ser literata.
“Es una mujer muy leída y le interesa muchísimo leer y cultivarse, entonces ese gusto por la lectura, más su educación visual y desde luego el periodo que pasó con don Manuel Álvarez Bravo, le dieron una intención muy clara a sus imágenes”, manifestó Juan Coronel Rivera, quien decidió dividir la exposición en 20 módulos a los que llamó “arquetipos”.
Señaló que cada una de sus fotografías tiene una idea, un lenguaje y una filosofía interior, y al trabajar en la curaduría su principal objetivo fue recuperar esa filosofía que refleja la esencia de Graciela Iturbide.
“Cuando llegué con Graciela con alrededor de 30 módulos desarrollados se los presenté y ella decidió cuales eran con los que se sentía más identificada, y de esos, estos 20 son los que finalmente integran la exposición”, mencionó
Destacó que Graciela ha obtenido todos los premios importantes de fotografía, incluso el Premio Hasselblad 2008, lo cual la posiciona en un sitio muy privilegiado entre los profesionales de la lente en todo el mundo.
“Esto habla de que es una fotógrafa muy reconocida en el mundo, pero sobre todo logró incluir en el imaginario internacional, imágenes icónicas como “La mujer de las iguanas” y “mujer ángel” son imágenes que se presentan en todos lados y en todo el mundo; son muy poderosas y la gente se identifica mucho con ellas”, apuntó Coronel Rivera.
El recorrido de la muestra inicia con los autorretratos de Graciela Iturbide, hasta llegar a una serie de imágenes en que la creadora centra su interés por la geometría estructural de las cosas.
“Graciela Iturbide. Cuando habla la luz”, permanecerá desde el 27 de noviembre hasta el 12 de abril de 2020 en el Museo de Historia Mexicana