por IRMA IDALIA CERDA
El arte tiene el poder de transformar una sociedad, de generar un cambio en la idiosincrasia de un pueblo ante determinada crisis o situación política, religiosa, ecológica, o de otra índole, pero esto se logra una vez que los artistas toman conciencia de la trascendencia de su trabajo, como en el caso de la obra del alemán Joseph Beuys (1921-1986).
Lo anterior, en palabras de Liz Christensen, quien en colaboración con Vicente Rojo, tuvo a su cargo la curaduría de “Beuys y más allá / Coordenadas”, la primer exposición del año en el Museo de Arte Contemporáneo que se exhibe desde el pasado viernes 28 de enero.
La muestra es una combinación de las piezas representativas de Beuys y sus discípulos procedente de la colección Deutsche Bank , así como del mexicano Mario Rangel Faz, y los colectivos SUMA y Atte. La Dirección, cuya aportación artística guarda muchas similitudes con este grupo germánico.
Christensen y Rojo coincidieron en que el arte de ambos mantenía una misma frecuencia, al enfatizar sobre ciertos conceptos que les atraían, preocupaban u obsesionaban y luego transmitieron a sus alumnos.
“La idea fue tratar de crear espacios donde se pudieran ver las correlaciones o los intereses que movían a estos artistas de generaciones del siglo pasado al realizar su trabajo”, destacó Vicente Rojo.
Por su parte, Christensen mencionó que analizando los contenidos y temáticas de las producciones, existe un diálogo entre los alemanes y mexicanos , por lo que decidieron enmarcar las coincidencias, sobre todo porque el arte es un vehículo de la transformación.
Agregó que la mayor parte de la creaciones de Joseph Beuys se basan sobre papel porque es en él donde se plasman las ideas, los primeros bocetos.
Recordó cómo el que fuera catedrático de la Academia de Bellas Artes en Düsseldorf afirmaba que su mayor obra de arte era enseñar, pero después de una década de impartir clases fue destituido como profesor ya que sus superiores consideraron que sus métodos eran poco ortodoxos.
Refirió el hecho de que Beuys siendo piloto aviador en la Segunda Guerra Mundial y luego de estrellarse en Crimea, en donde nativos lo rescataron y lo envolvieron con grasa, su visión sobre el mundo cambió radicalmente y eso se manifiesta tácitamente en su obra.
En 1967 todavía siendo maestro de la Staatliche Kunstakademie creó el Partido Alemán de Estudiantes, el cual pretendía inculcar el arte en forma masiva, pues el maestro consideraba que cualquier persona podría desarrollar este oficio.
En esta exposición se incluyen piezas de los alumnos más destacados de Beuys entre los cuales figuran: Lothar Baumgarten, Imi Knoeble, Jörg Immendorff, Blinki Palermo, Katharina Sieverding y Norbert Tadeusz.
COORDENADAS Y CONVERGENCIAS
Por otro lado, Vicente Rojo señaló que el mexicano Mario Rangel Faz (1956-2009), quien fue su maestro, al igual que Beuys, mostraba preocupación por la guerra, lo cual indudablemente se vio reflejado en sus series de dibujos, fotografías e instalaciones, también a través de los colectivos SUMA y Atte. La Dirección, de los que fue miembro fundador.
“En el caso de Mario podemos ver una preocupación que tenía muy especial acerca de la guerra y decía: estos dibujos y sus grabados y estas fotografías las hizo cuando se llevó a cabo los bombardeos en Asia
“Entonces podemos ver aquí estas fotos de la ciudad de México, que son fotos aéreas intervenidas donde él representa unas espirales, aviones que están sobrevolando la ciudad, y así en otras fotos, aparecen bombas, explosiones”, expresó.
Dijo que una de las obsesiones del maestro mexicano eran las espirales, los círculos, que son una constante en sus series. También porque de alguna manera eran su punto de referencia con el entorno social y cultural.
“Él tenía por costumbre coleccionar propaganda que se encontraba por las calles, por ejemplo pósters o calcomanías, tickets de teatro, boletos del metro de Nueva York y luego los utilizaba como por ejemplo en este cuadro, donde los sitúa sobre el mapa de esta ciudad.
“Él pegaba estas calcomanías para ver dónde estaba situado, qué era la realidad, significaba y trazaba el mapa de la isla de Manhatan e iba marcando los lugares que visitaba de tal manera que recordaba sus andanzas por Nueva York”, destacó Rojo.
El grupo SUMA fue formado en 1976 en la Academia de San Carlos y hasta 1982 contaba con 22 miembros en su mayoría mexicanos. Producían obra gráfica a través de mimeografía, plantillas, fotocopias y Offset empleando materiales no tradicionales.
También trabajaban directamente en la calle, pintando bardas, recabando imágenes e impresiones del paisaje urbano, participando en marchas de apoyo a movimientos sociales o realizando acciones e instalaciones.
Atte. La Dirección es el otro grupo creado por María Guerra, Dominiquie Liquois, Mario Rangel Faz, Vicente Rojo Cama, Carlos Somonte y Eloy Tarcisio, cuyos objetivos eran básicamente los mismos que los de SUMA.