Considerado una de las leyendas del toreo mexicano, Eloy Cavazos es un tesoro de Guadalupe, de Nuevo León y México en general. En entrevista con Hora Cero hace un recorrido por su carrera, sus recuerdos y momentos más gloriosos frente a un toro o la vida misma.
En la conversación da su verdad sobre la tan conocida rivalidad con Manolo Martínez y reconoce que hay algo de él que le hubiera gustado tener. Al mismo tiempo insiste en que quiere volver a los ruedos para ayudar a los niños con cáncer y le envía un mensaje al gobernador Samuel García y su esposa, Mariana Rodríguez.
— Matador, Eloy Cavazos, gracias por recibirnos para esta entrevista para Hora Cero y para el Canal 28, aquí en este lugar que me comentabas, fuera de entrevista, te juntas con tus amigos taurinos de la infancia y de otro ámbito.
Así es Héctor, que alegría poderte saludar, poder platicar de varios temas de actualidad, ya ves que ha estado uno un poco encerrado y no platica uno mucho, pero me da mucho gusto estar contigo, con Hora Cero y Canal 28, para todos un abrazo muy fuerte y que Dios nos siga fortaleciendo para salir adelante de esta pandemia.
— En su biografía -le voy a hablar de usted de repente y si me permite de tú-, se te menciona como un torero retirado desde el 2008 pero después volviste, tienes 72 años matador, pero traes cuerda de más.
Sí, efectivamente me retiré en el 2008, el 16 de noviembre se van a cumplir 13 años de que me quité el traje de luces, pero sigo de repente ahí, echándome mis becerritas, mis vaquitas o algún toro en algún festival ya sin traje corto, con los mismos riesgos porque aunque ahora son toros más pequeños, yo estoy más viejo y mis facultades se empiezan a mermar y de repente surgen los accidentes, pero a veces quiere uno ayudar, quiere uno cooperar en algo y eso es lo único que sé hacer, entonces me hubiera gustado aprender a cantar o recitar para exponerme menos, pero lo único que Dios me hizo el favor de ayudarme fue para ser torero y me gusta prestar mi servicio.
— Tienes un ángulo muy altruista, desde siempre ha toreado en beneficio entonces hay una corrida pendiente que anunciaste en un video.
Toda mi vida como profesional toreamos para el Club de Leones y juntamos 5 mil 500 sillas de ruedas en 9 festivales que participamos, toreamos 15 años para el Hospital Universitario, para el DIF y muchas instituciones que Dios me dio la dicha de poder cooperar y ahora me estoy ofreciendo para torear en un festival para los niños con cáncer, he estado viendo ahí en la prensa, en los medios de comunicación, que están un poquito olvidados, bueno no un poquito, un mucho olvidados, que no hay medicamentos o que es caro o escaso.
Entonces ya he ofrecido mis servicios para torear, quisiera que fuera en la Monumental Monterrey, quisiera que me apoyaran todos los compañeros que vienen hacer su temporada en México, llámese un Morante, llámese un ‘Juli’, un Pablo Hermoso de Mendoza, un Diego Ventura, hay muchas figuras que creo que vienen hacer su campaña en México y son muy favorecidos, la gente los quiere mucho y creo que con estos actos los van a querer más; entonces ojalá y se pudiera, yo sé que este año ya se nos echó encima y es un poco difícil, pero pienso que principios del que viene, en febrero o marzo se puede dar este festival, aprovechar que los toreros están en el país, porque ellos se van y empiezan su temporada a finales de marzo en Castellón, Valencia, Sevilla, quisiera aprovecharlos y que esos grandes empresarios nos ayudaran y apoyaran y que le dejáramos un cheque a los niños y dejarlo en el Hospital Universitario porque ahí atiende a los niños, ese es mi plan.
— ¿Qué se necesita? Tiene 72 años, ¿Algún permiso de algún doctor? ¿Qué se requiere para organizar esta corrida?
Aquí el único permiso que yo necesito es del Patrón, el de allá arriba, si él me da fuerza y un poquito de habilidad para quitarme de en medio o de enfrente con un torito se lo voy a agradecer mucho.
Hacen falta muchas cosas, hace falta que se ofrezca la gente para conseguir 8 toros y dos de reserva, hace falta publicidad, que nuestro gobernador y nuestra primera dama nos ayuden con los permisos.
Siempre hay muchos requisitos que se tiene que hacer para conseguir la Monumental Monterrey que sé que están en la mejor disposición y la empresa me dijo: ‘Eloy, con mucho cariño es algo muy hermoso poder ayudar a esos niños cuenta con nosotros’ entonces ahí voy, juntando amigos para que me ayuden y a todos los que les he tocado la puerta me abren y me dicen que si me van a ayudar.
— Obviamente los medios para difusión no habría problema, es Eloy Cavazos…
Más que todo yo he hecho un llamado a los taurinos y no taurinos, yo creo que es un deber de seres humanos, de nuestros valores, de nuestros principios el tratar de ayudar a quien más lo necesita y ahorita vemos lo desesperada que está la gente con sus hijos que ven que se les están muriendo, que se les está agravando y no hay medicamentos, debe ser angustiante, yo creo que a quien le hables de la nacionalidad que sea, de los gustos que sea para nuestra manera de vivir que son los toreros, yo sé que nos van a extender la mano porque es para los niños, no es un beneficio para nosotros.
— Matador, entremos al túnel del tiempo ¿Por qué desde niño quisiste ser torero? Burlar la muerte cómo niño torero, cómo novillero y ya después cómo matador y amateur.
Mira Héctor las cosas así se presentaron, a mi papá le ofrecieron trabajo de conserje y nos llevó a toda la familia a una placita de toros de madera y yo lo que empecé a ver fue toros, caballos, toreros, muchachos entrenando con capotes y muletas.
Yo llegué ahí de 3 años, mi hermano David llegó de brazos a la plaza de toros, ahí nacieron dos hermanos Juan Antonio y María Antonieta, entonces todos mis juegos eran relacionados con ser torero.
Un día, teniendo como unos 5 o 6 años, no sé porque lo hice, me metí con un cartón antes de una corrida, empecé a torear yo solo y la gente gritando ¡ole!, ¡ole!, y empezaron aventarme monedas; cuando llegué con una cachucha de beisbolista con mi mamá le dije: ‘mira mamá’ pero se quitó la chancla y me dijo: ‘¿en dónde te robaste hijo de la tostada?’ Y empezó a quererme a pegar y le dije que no me lo robe, me lo aventó la gente porque toreé, entonces cada 15 días que había toros yo me metía con ese cartón.
Y un día en el año 57 se vino la cuadrilla de niños toreros de Aguascalientes a torear a la plaza, torearon dos tardes, se quedaron dos semanas, ahí yo jugaba con ellos, me regalaron un traje de torear y me dieron la oportunidad de ponerme frente a una becerra con mi capote, cuando vino la becerra le aventé el capote y salí corriendo hasta la última grada de la plaza, desde ahí ya empezó esa ilusión por querer ser torero, desde que era una criatura de 6 o 7 años.
— ¿Y nunca le pasó por la cabeza ser policía, bombero, doctor, dentista, vaya, algo menos riesgoso que lo taurino?
Siempre quise ser torero y ahora de viejo mis sueños son que me estoy vistiendo de torero para ir a una plaza, que estoy saliendo por las puertas grandes de la plaza de Madrid, mis sueños son siempre toreando y mis pesadillas es que no me queda el traje de torero o que no llego a la plaza, cuando tengo pesadillas o cuando tengo sueños muy hermosos es siempre toreando.
— También lo has admitido, las condiciones de tu familia, limitadas o de pobreza te animaron.
Sí, cuando yo empecé a ver que de niño torero brindabas el becerrito a alguien y te echaban los 50 pesos, siento que era un dineral porque nosotros llegamos a deber 20 pesos en el molino en donde molían el nixtamal para las tortillas, en el tendajo de Don Juvencio llegamos a deber 20 o 25 pesos y estábamos endrogadísimos.
Entonces alguien te regalaba 80 o 100 pesos y era la locura, desgraciadamente ya no me dio por estudiar, no fui a la escuela, no terminé a la primaria, pero yo sentía que mi mamá, papá y hermanos comíamos gracias a lo que hacíamos toreando, entonces ya no lo solté en toda mi vida.
— Matador digamos que soy un ignorante de la tauromaquia…
Yo también…
— En esta ignorancia, ¿cómo me definiría su pasión por los toros?
Mi pasión por los toros… bueno para mí es la pasión más grande aparte de que me gusta, que disfruto estar frente al toro, disfruto vestirme de torero, disfruto ponerme el capote y tener una muleta, disfruto enroscarme un toro 8 o 10 veces y rematarlo, es una pasión que no la podría trasmitir. Es una pasión que desde que sales anunciado para tal fecha ya tu corazón late de distinta manera, comes de distinta manera, caminas de distinta manera, te sientes torero entonces es una pasión muy hermosa.
— Ante esta pasión qué le dices a los animalistas, a este fenómeno en defensa del toro que incluso ha prohibido las corridas de toros en algunos estados, ¿qué les dirías a ellos?
Bueno, mira, nosotros aquí en Nuevo León, no sé cuántos miles de cabritos nos comemos, o lechones, o conejos, o corderos, o becerros, gallinas, gallos, patos… porque nos tragamos de todo, carajo.
Quiero que sepan que esos animales, por ejemplo nuestros cabritos, 30 o 35 días los dejamos vivir y nos los comemos.
Y un novillo se tiene criar con tres años, y un toro con cuatro años para arriba, con unos campos y unos pastos impresionantes.
Yo quisiera que estas personas fueran a donde tenemos los animales para el sacrificio, ver en qué lugares y situación viven.
Hay otros donde los maltratan, no tienen donde echarse, no caminan para que engorde lo más pronto que puedan y lo más triste, los matan amarrados.
El toro bravo si puede te mata, si puede te lastima, el toro bravo da muchísimos empleos, genera muchísimas cosas importantes a hoteles, restaurantes, fleteros y vendedores, vivimos muchas familias alrededor del toro bravo.
Yo no tengo nada en contra de ellos, a mí a lo mejor no me gusta algún deporte pero no voy y pido que los quiten, con que no asista y no moleste a esas personas yo soy feliz, que dejen de comer carne y molestar, porque para nosotros es la única forma que tenemos para vivir y aquí cada quien escoge un destino, una carrera y esa es la manera de vida de las personas.
— Y seguramente cuando tú ves la Plaza de Toros la Monumental, con un buen cartel pero con muy poco público no te has de sentir muy a gusto, a la mejor porque están ganando los animalistas en pro defensa animales.
Puede ser, pero cuando ves la plaza así es porque pusieron carteles que no interesan, también si tú anuncias un Joselito Adame con un Diego Ventura, no va a haber un balazo en la plaza, pero si tú anuncias un Juli o un Morán la plaza va a estar hasta el chongo; la gente también sabe cuándo viene un mal espectáculo y no va, cuando viene un equipo que no te da juego tampoco va, entonces la gente sabe apreciar cuando es un espectáculo bueno.
— Matador usted se retiró por primera vez en el 85 y reapareció en el 87, dos años después, y me llamó mucha la atención buscando en internet una frase que escribió el periodista José Luis Esquivel “Necesito de la fiesta como el aire”.
Pues en verdad sí, te acostumbras a viajar, a pelear las palmas con los demás compañeros, te acostumbras a estar frente al toro y sentir ese miedo, sentir ese pavor, ese respeto cuando estas frente a un toro y llega un momento cuando estás sentado en una mecedora una semana y otra y pues dices: ‘Dios mío, yo quisiera estar viéndome de torero, quisiera estar en donde ha sido mi vida’.
— En el pórtico de tu casa hay un grabado que dice: “Eloy Cavazos consentido de Dios”, ¿usted cree que sobrevivir a 20 cornadas, 14 fracturas o más, tuvo que ver Dios?
Yo pienso que sí, estoy totalmente seguro que sí, he tenido cornadas impresionantes, cornadas en el vientre, cornadas que han pasado muy cerquita del corazón y que han sido cornadas en lugares muy importantes porque si esas cornadas me tocan en un pueblito en donde hay poca atención médica, ya me hubiera pelado, me han lastimado en plazas muy importantes, por ejemplo en Madrid, en la Plaza México, San Luis Potosí, Aguascalientes, cornadas muy fuertes que llego a la enfermería y dicen ahí nos vemos y despierto y ya estoy en el hotel y empiezo a sentir hambre, eso quiere decir que estoy bien, Dios me ha ayudado mucho.
Cuando yo empecé con compañeros que eran mucho mejores toreros que yo, como Fernando Sepúlveda, Efrén Adame, toreros que toreaban excelente y Dios me fue dando a mí esa bendición de seguir adelante, por ejemplo, ¿tú sabes lo que es presentarte en Madrid y abrir la puerta grande dos veces?, he sido el último mexicano, porque si ha habido muchos que han abierto la puerta grande, pero el próximo 17 de mayo se cumplen 50 años de que no sale otro torero mexicano por la puerta grande de Las Ventas; hay toreros que han ido 10, 15 o 20 tardes y no han podido abrir la puerta grande y nosotros a la primera lo hicimos, entonces no son casualidades, el Patrón te echa la mano y es fenomenal.
— Para los que no saben de toros, Las Ventas son como las basílicas…
Para el torero es la catedral, el que triunfa en Madrid se puede sentir dichoso, satisfecho de que pudo realizar lo más grande… ha habido toreros con los que peleamos y que tuvimos muchas rivalidades y no pasa nada.
— Fueron y no pasó nada…
No pasó nada.
— Ni una oreja…
Una orejita sí, por ahí, pero para cortar dos orejas y que se abra la puerta grande, 50 años han pasado.
— Matador si no te hubieras enamorado de los toros o los toros de usted, si hubiera tenido una carrera universitaria ¿Qué título le hubiera gustado a su padre ver colgado en la casa que dijera Eloy Cavazos?
Pues me hubiera gustado ser doctor, me encantaría poder ayudar y saber cómo aliviar a alguien, me encantaría.
— ¿Qué vio en Doña Mary Galindo, su esposa, su compañera de vida, para darle el sí a un joven que había estudiado hasta tercero de primaria?
Le vi que era una muchacha muy preparada.
— ¿Y ella a usted?
No sé, algún día la entrevistas, pero era una muchacha muy preparada, muy enamorada y me la imaginé como la madre de mis hijos, enseñándoles a leer, a escribir, que les ayudara hacer sus tareas y que me diera todo su cariño y amor, ya tenemos 48 años y creo que me voy a volver a casar con ella.
— Hay una biografía de Wikipedia, y aunque no le creamos mucho a Wikipedia, dice que cuando veía las plazas llenas, hasta el tope, que no quería salir y que le pedía más dinero al empresario, ¿es cierto o es una leyenda urbana?
No, es una leyenda urbana, casi siempre se llegaba a un acuerdo. También hubo ocasiones que nos decían, por ejemplo, Ciudad Juárez no se llena, entonces no te pueden negar ese dinero, Ciudad Juárez es como mencionar Tampico u otro lado; entonces decía: ‘el acuerdo está bien, cúbreme gastos, cuadrillas, pasajes, hotel y todo, pero si hay más de media plaza me das tantito y si se llena ya me das otro tanto’.
Entonces ahí llegaba a haber un acuerdo entre empresario y apoderado, normalmente era un sueldo, pero había veces también que se ponían a la venta los boletos y empezaba la lluvia, el frío, la gente no iba a la taquilla y el empresario decía: ‘mira no entró la gente’ y ahí entraba el criterio de apoderado y torero de: ‘oye, ¿qué hacemos con este pobre hombre?’ que nos pague al picador y a los banderilleros que es la gente más humilde del grupo, que les paguen a ellos y ya otro día nos recuperamos, y así pasaba.
— “Eloy Cavazos conquistó al público de todas las plazas, fue un torero alegre y valiente” escribió un periodista afín al estilo de Manolo Martínez, Alberto Hernández, le pregunto matador ¿estas palabras de ‘conquistó al público como un torero alegre y valiente’, es sobre el conocimiento tardío de un manolista que obviamente lo conoce?
Bueno mira el problema de los partidarios es que todo mundo defiende a su torero, entonces es algo que a mí me encanta, le doy gracias a Dios que existiera Manolo Martínez porque las empresas siempre están interesadas en los mano a mano, las plazas se llenaban al tope y ojalá hubieran existido demasiados Manolos Martínez y demasiados Eloy Cavazos, aquí el detalle es que cuando nos fuimos, por decir a las grandes ligas, a lo más grande del toreo que es ir a Madrid, el señor Martínez, que Dios lo tenga en paz, no pudo abrir la puerta grande y nosotros la abrimos dos veces.
Que yo era el torero alegre y no sé qué cosa, me ponían muchos calificativos para darme en toda mi mamacita santa, pero el aficionado español es el que más sabe y el aficionado madrileño son los que están viendo conducta en todo, es el juez, es el veterinario, es la prensa, el público y te admiten si vas a ser el torero de verdad y uno pudo y otro no pudo, entonces le doy gracias a Dios por haberlo puesto.
— ¿Es cierto que usted fue el consentido del público de su generación y eso molestaba a Manolo?
Yo no sabía si le molestaba, yo salía a hacer mis cosas, nunca negué mis raíces, la gente sabía que fui bolero, que fui vendedor de chicles, que hacía mandados, que en mis ratos libres me ponía a entrenar y luego me iba a las clases de toros y que esa era mi vida, mi manera de ser y pues eso yo lo decía con las cartas abiertas, eso a veces le gustaba mucho a la gente que se inclinaba, te apoyaba y me siguen apoyando, ve ahorita estoy buscando la cartelera para apoyar a los niños con cáncer y traigo mi celular lleno de amigos que me dicen lo que ocupes y eso es algo muy bonito que ha pasado en esta carrera.
— Matador, insistiendo en el tema de Manolo, esta rivalidad ¿era verdadera o se daba solo en los tendidos y en las peñas taurinas de soy eloista y él es manolista?
Mira la verdad uno termina de torear y se va para su casa y el otro también, entonces que dijeras, oye nos encontramos por ahí y nos agarramos a golpes no.
Aquí la prensa hacía sus comentarios que Monterrey tiene dos Cerros de la Silla y que Manolo es el número uno y Eloy es el dos, total que cada quien hacía su relajo y para cuando acordabas había un ambientazo que cuatro o cinco días antes ya te andaba buscando la gente para ver si no tenías boletos, lo que costaran y esas cosas fueron muy importantes para el torero mexicano.
— ¿Cuántas veces torearon juntos?
Creo que toreamos alrededor de 250 o 300 tardes, mano a mano, tercias otro tanto.
— ¿Y qué tenía Manolo que no tuviera usted o viceversa? ¿Qué es lo que le reconocería a Manolo?
Que yo era muy chaparrito y él era un poco más alto y más ancho.
— ¿Y los estilos?
Los estilos… él tenía un estilo muy bonito, toreaba muy bien, era un gran torero, un torero muy poderoso y yo era un torero a la mejor con un poco más de entrega, es que a veces, cómo te diré Héctor… como que no puedes competir con un torero queriendo hacer lo mismo que él hace, porque si tú quieres hacer lo que él, te va a salir una caricatura porque él es natural, entonces hacía lo que yo sabía.
Yo era un torero muy disciplinado, entrenaba mucho, no fumaba, no tomaba y sigo igual, el Cerro de la Silla me lo sabía de memoria y yo creo que con el tiempo eso fue lo que hizo que yo fuera superando no nada más a ese torero, a muchos toreros.
Yo recuerdo por ejemplo cuando éramos novios mi esposa y yo, le decía: ‘vete tú al quince años o a la fiesta, yo no puedo porque me tengo que levantar a las 4:30 porque ya tengo que andar trotando y estar fuerte’. Manolo era de esos estudiantes que con una repasada se sacaba un 90 o 95 y yo era de esos que tenía que machetear y machetear para sacarme un 60 y pasar de panzazo; esa era mi preocupación, mi disciplina, y sabía que teniendo fuerza y libre mi cabecita, bien amueblada como dice el español, puedes resolver problemas delante de un toro, pero cuando tus facultades están mal, te da miedo y no te arriesgas para hacer lo que tú quieres, entonces eso era lo le iba pasando al que llevaba una vida más alegre, más sabrosa.
— Yo recuerdo que en los 80 o 90 para hacer una entrevista a Eloy Cavazos los reporteros taurinos iban al frente de la alameda ¿si es cierto?
Si señor.
— ¿Ahí estaba usted?
Ahí me encontraban, les decía oye: ‘discúlpame es que ando en short o pants’ y me contestaban: ‘matador así le hacemos la entrevista’, porque me pasaba.
Mi papá era bajito como yo y era muy gordito, tenía ese problema, la tendencia a engordar, entonces tenía mucha disciplina y hacía sacrificios pues quería ganar mucho dinero para comer tres veces al día, pero cuando pude comer tres veces al día me dijeron: ‘¡hey, párale! porque no te va a quedar el traje de torero’, total fue una dieta de cuarenta y tantos años que seguí.
— Matador ¿qué sintió la primera vez que mató un becerro, una vaquilla, se siente remordimiento o satisfacción?
La primera vez que me dieron la oportunidad de entrar a matar un becerro fue la familia Rojas en León, Guanajuato; siempre toreábamos becerritas y se anunciaba ahí muerte simulada, le entrabas a matar con la mano y la becerrita después se iba al campo a reproducir, pero ya cuando se lidiaban con becerritos se tenía que entrar a matar y lo hice porque una vez en León, Guanajuato, le corté las orejas al becerro y tendría 11 o 12 años, siempre es una suerte muy importante porque ahí se te va un triunfo o logras un triunfo.
— ¿Por qué ninguno de sus hijos se dedicó a esto?
Bueno, la exigencia con mis hijos, Dios me fue ayudando y pude lograr un dinerito para que ellos pudieran ir al colegio.
Cuando llegaba cornado a casa, ya de casado y con hijos, llegue a tener 10 u 8 cornadas grandes o fuertes y el área en donde te pegan la cornada se mueven muchos nervios y te queda un poco muerto, entonces a mí me gustaba que ellos me curaran, les hablaba a Eloy y a Jaime, ‘vengan a curarme hijos por favor’, y me aplicaban el algodón, mertiolate e Isodine, entonces se vomitaban y lloraban y hacía que me limpiaran las heridas, eso los forzó más a ser grandes estudiantes.
Eloy es Ingeniero Mecánico Administrador, Jaime es Ingeniero Agrónomo y María Ángeles es Licenciada en Comercio Internacional, entonces fíjate qué orgulloso me siento cuando su padre la primaria ni siquiera la terminó y que ellos fueran grandes estudiantes, además ya no me quitan ningún centavo, eso es lo más importante, ellos viven de su trabajo de lo que ellos estudiaron entonces eso me hace muy feliz.
— ¿Pero nunca hubo una presión suya a sus hijos varones, de dedícate a esto, toma una muleta?
Fíjate que no Héctor, es una condición tan difícil que no quise eso, ahora si hubieran querido se los hubiera dado, pero si quería que tuvieran un título eso me interesaba mucho.
— ¿Un camino diferente?
Así es, un camino diferente.
— Matador, de los toreros de antaño, grandes figuras como Manolete y Arruza ¿con quién le hubiera gustado alternar?
Bueno mencionaste dos toreros que me hubiera encantado alternar con ellos, Manolete y Arruza, me hubiera gustado mucho, los he admirado mucho, como he admirado a todos los toreros, pero ellos son dos grandes figuras que me llenan mucho y haría mucha ilusión.
— Aparte de Eloy Cavazos, dígame ¿quiénes han sido para usted los mejores toreros mexicanos?
Tenemos una baraja grandísima de toreros mexicanos desde Rodolfo Gaona, Lorenzo Garza, Silverio Pérez, “El Soldado”, Arruza, Manolo Martínez, Mariano Ramos, Joselito Huerta, cantidades grandes, figuras de toreros.
— ¿A nivel de los españoles y franceses?
Sí, claro. Mira, los toreros españoles siempre nos han llevado una gran ventaja, son toreros que torean mucho, que están hechos la mayoría en escuelas, nosotros no teníamos escuelas taurinas y hace 15 o 20 años empezaron a surgir las escuelas taurinas, pero no había un matador de toros que te enseñara, aprendías de lo poquito que veías, te pegaban una cornada y te decían: ‘es que te atravesaste, es que le llegaste’ y te dejaban, pero ahora con tantos videos, llegas al hotel y te estás viendo torear y dices: ‘por qué pinché al toro, porque no triunfé’, lo estás viendo ahí y antes cada quien te decía su versión y pues tenías que creerle.
— Maestro, “el Glison” es un personaje que de repente surgió ¿era un torero, era un payaso, ofendía a la fiesta brava, el arte de la tauromaquia?, fue muy polémico.
No, no ofendía a nadie y payaso tampoco, su técnica era así, la empleaba delante del toro, era su tauromaquia, era su forma de hacer el toreo, él quería ser un torero distinto y lo logró y tiene su cuerpo tupido de cornadas, es un hombre muy castigado por los toros, pero él quiso transmitir su tauromaquia como lo que él quería.
— ¿Y a usted lo respetaba o de repente lo ofendió?
No, lo único que yo no toreaba como él, por ejemplo, yo no podía saltar en una garrocha, yo no podía competir así, hacía cosas que yo no sabía hacer, entonces trataba de no competir con él.
— ¿Nunca le tocó porque el empresario nunca los involucró o su apoderado le dijo no te enfrentes a esto?
Puede ser, pero nunca toreé tampoco con toreras, no tuve la oportunidad.
— ¿Por machista?
No, claro que no, mis respetos para ellas.
— Matador usted merece una miniserie tipo Netflix o un video documental de su vida, su carrera, su niñez, ha pensado en eso, ¿le han ofrecido hacer algo de la vida de Eloy Cavazos, como ahora está de moda la de Juan Gabriel, Lupita D’Alessio o Luis Miguel?
Pues esperaremos ofertas, yo creo que la vida de Eloy Cavazos le puede servir a mucha gente, porque por ejemplo cuántas veces decimos ‘yo no puedo ser futbolista porque estoy muy chaparrito, yo no puedo ser boxeador porque estoy chaparrito, yo no puedo ser torero porque los toros están muy grandotes y yo estoy muy chiquito’.
Yo creo que la disciplina que llevó Eloy Cavazos, el deseo de salir adelante, el deseo de sacar a sus padres adelante, podría ser un buen consejo, algo que pudiera servir a lo mejor para los que quieren ser toreros o para la gente que no puede salir de donde está.
— Pero es un ejemplo de vida matador, por el amor de Dios, su vida es un ejemplo a seguir porque desde su infancia todo lo que vivió…
Pues yo encantado, si es algo que sea dentro de la realidad, porque por darle vida a una película dicen que el papá era un drogadicto y la mamá era prostituta.
— Meterle de más, un poco de ficción para vender.
Si llevan mi vida tal y como yo la he llevado, encantado de hablar de mi vida para una producción así.
— Matador en la política, se dice que usted pudo ser candidato del PRI a la alcaldía de Guadalupe, que se le ofreció en aquel entonces el gobernador Natividad González Parás, ¿es cierto o falso?
Mira, siempre los toreros tenemos mucha relación con los políticos porque a veces se monta alguna corrida y si hay un candidato se le brinda un toro, por ejemplo, yo le brindé toros a Pedro Zorrilla, a Luis Echeverría, Carlos Salinas de Gortari, a López Portillo, varios presidentes o gobernadores que iban a las corridas, al mismo Natividad y sí me ofrecían.
Yo les decía yo no puedo ser alcalde, imagínate tener que decir un discurso y no lo voy a poder leer y al contrario, va a decir ese ni está preparado no fue ni a la escuela, va a hacer que le miente la madre cuando se hacen los debates, no serviría para servirle a mi pueblo.
— ¿Pero si le hubiera gustado?
Me hubiera encantado, pero para eso hay que ir a las guerras con fusil ir así por el solo nombre no estoy de acuerdo, me hubiera encantado servirle a Guadalupe, a Nuevo León, a mi país.
— Pues todavía se puede, estamos en la moda en donde un presidente de la República es de una edad avanzada
Ah Don Andrés, está lidiando un toro difícil, ahorita lleva tres años, bueno le queda otros tres años para abrir la puerta grande y hay que apoyarlo para que le siga echando para adelante.
— ¿Si está de acuerdo con la seguridad?
Yo no estoy de acuerdo, pero en mi país se puede vivir, te puedes comprar un coche, puedes viajar, puedes ir a la tienda, hay otros lugares en donde no lo puedes hacer, entonces eso también tenemos que verlo, podemos entrar a un hospital, podemos ir a un cine, podemos ir a las corridas de toros, al futbol, al beisbol, y hay lugares en donde no puedes hacerlo; yo no sé si nos esté manejando bien o nos esté manejando mal pero ojalá al final de su corrida de seis toros salga por la puerta grande, porque si sale por la puerta grande vamos a salir beneficiados todos, si él fracasa vamos a fracasar todos.
— Matador ¿qué son más mansos, los toros o los políticos?
Pues los toros, los políticos son más calculadores, piensan más y les tengo más miedo, el toro es tan bravo que se te va derecho y hay veces que tenemos personas que no se te van derecho, son más complicados los seres humanos en todo.
— A Samuel García, un gobernador tan joven, ¿qué le pediría para agarrar ese toro por los cuernos?
A Samuel lo conozco, no soy amigo de él que dijeras comemos o nos tratamos entre familia, pero es un hombre que ha ido a mi casa, lo conozco muy bien, es un hombre joven, le veo muchas posibilidades en lo que él se asiente empiece a madurar en el camino, yo siento que será un buen político, un buen gobernador.
Su esposa se ve que es una mujer que trabaja mucho, carismática y pues ellos son los primeros a los que les he hecho el llamado, gobernador y señora quiero exponer mi vida, hacer lo último que me queda como torero para ayudar a los niños con cáncer.
Estuve en la toma de protesta del señor rector Santos Guzmán, usted dijo ahí unas palabras muy bonitas, dijo que iba a apoyar a los niños con cáncer, sentí una emoción tan grande que se me quería salir el corazón de gusto porque eso es lo último que yo quiero hacer señor gobernador, si me extiende usted su mano la voy a agarrar con mucho cariño.
— Matador, obviamente Samuel tendrá buenas tardes y malas tardes como cualquier torero.
Sí, eso es normal, es muy bonito ganar y será muy importante para él que las cosas importantes en sus seis años tengan logros, porque hay veces que logramos cosas que no transcienden, por ejemplo a veces le cortaba las orejas y el rabo a un toro extraordinario en un pueblito y no había prensa.
Las cosas que transcienden suceden en Madrid, Caracas, Aguascalientes, así con el señor gobernador, los proyectos grandes que él traiga le va a cortar las orejas y el rabo y va a salir por la puerta grande y ese será el logro más importante.
— Con tanta fama Eloy Cavazos, tantas corridas, orejas, rabos, patas en su carrera ¿cómo evitó la tentación de andar en la bohemia y privilegiar a la familia antes que la parranda?
Bueno, no fui de ese estilo porque yo siempre veía en las ganaderías de qué forma trataban al toro, al toro le ponen el agua abajo, tiene que subir una loma muy grande para ir a comer, siempre está entrenando, siempre está haciendo ejercicio, no fuma, no toma, no se desvela, no tiene novia, el toro siempre tiene 4 años y siempre pesa 550 kilos, siempre es un toro igualito y tu cada día más viejo entonces eso me preocupaba y por eso nunca perdí piso.
Siempre iba a mi entrenamiento, a mi trabajo, si dijera: ‘bueno tengo tales estudios y si no triunfo como torero me dedico a esto otro o mis padres me dejaron grandes propiedades’ pero no nos dejaron nada, nos dejaron la vida que es lo que más les agradecemos, por eso era tan disciplinado.
— ¿La tauromaquia hizo a Eloy Cavazos rico, millonario, pudiente matando toros?
Sí, gracias a Dios de no tener nada tuve para darle una casa a mi familia, tuve para comprarme mi ranchito para salir adelante y poder ayudar a mucha gente con mi carrera.
— ¿Cómo no se mareó Eloy Cavazos con la fama, en un ambiente donde a las corridas asistían grandes figuras del espectáculo y la política como María Félix, Cantinflas, presidentes, gobernadores? ¿Qué vacuna se puso?
No, pues te repito, cuando estás con ellos si sientes muy bonito que un presidente te brinde unas palabras bonitas o que el Papa Juan Pablo te de la bendición, pero llega un momento que ya se acaba eso y vuelves aterrizar, hay que seguir entrenando, hay que seguir cuidando que peses 55 kilos, cuando ahorita ya peso 60 he subido 5 kilos en 13 años y guardar esa disciplina era muy importante, era parte de triunfar y parte de cuidar tu vida y a tu familia.
— Eloy Cavazos ¿se arrepintió de un brindis que le hizo a algún político después porque no resultó ser un gobernante que usted hubiera querido?
Me encantó la pregunta, pero no. Yo recuerdo un brindis que hice en León, Guanajuato, porque cuando eres novillero no te pagan, entonces preguntábamos quien estaba, un día me dijeron ‘ese de sombrero es zapatero’, fui y le brinde el toro y ya le dije: ‘por usted, que sean 5 y medio, café soñadero’ y se lo aventé derechito, regáleme unos zapatos, y me mando botines y botas al hotel, me quede con un par y lo demás los vendí.
Nunca me arrepiento, brindas con tu vida, a quien le brindas un toro te debes sentir muy halagado porque estás brindando tu vida.
— Hubo un torero llamado Valente Arellano que pintaba para figura, quizás su sucesor, pero murió muy joven, ¿coincide con mi atrevido pronóstico que pudo ser sucesor de Eloy Cavazos?
Yo creo que él era un torero muy especial, iba a ser figura del toreo e iba a estar a la altura de cualquiera de los toreros de esa época, Valente era un torero con mucho carisma, metía a la gente a la plaza, les hacía a los toros lo que él quería, era un torero con capote, banderillas, con muletas, un torero que le encantaban las motocicletas.
Yo le di la alternativa aquí en Monterrey y ya después me dijo: ‘con lo que me pagaron me compré una moto y me la voy a llevar rodando de Tijuana a Monterrey’ y le digo: ‘son 3 mil kilómetros, no te arriesgues’ y me dice ‘no, se siente bien padre en la carretera’ y pues le perdió el respeto y se lo llevó el Patrón, pero era un gran torero.
— ¿Cuándo se te antoja un buen tequila, en el rancho o en tu casa, prefieres hacerlo con tus amigos, nietos o algún amigo periodista?
Yo creo que la única cantidad de vino que he tomado es el que moja el padrecito con la hostia, yo no fumo, no bebo y sigo sin hacerlo.
— ¿Qué música le gusta a Eloy Cavazos?
Tiene que ser una música adecuada al momento, escuchar una redova toreando un toro, comiéndote un cabrito o algo una música norteña me encanta, me gusta mucho.
— De futbol ¿Tigres o Rayados?
Mira defiendo a los dos equipos, son lo máximo para mí, pero cuando juegan un clásico mi hijo Eloy y mi hijo Jaime son Rayados y mi hija María Ángeles es Tigre, me la agarran y me la aporrean, además he toreado tanto con el Hospital Universitario y he estado tanto con la Universidad que me gustan más los Tigres.
— Usted anunció que quiere volver a torear tras ver el video del Cordobés, queriendo torear a beneficio a sus 85 años, pero creo que ya se arrepintió.
Sabes, he estado hablando con personas muy allegadas a él y le digo: ‘oigan ¿qué tan cierto es que el maestro quiere torear?, ya me animó a decir que yo también doy mi vida para los niños con cáncer’, me dicen ‘mira si por él fuera torería todos los días pero tiene la mano derecha y un tobillo en muy malas condiciones y con 85 años y un tobillo y una mano mal, está canijo’.
— Pero usted está enterito…
Hasta ahorita les digo a todos que me siento muy bien, al menos cuando no me paro, pero sentado me siento a todo dar.
— Matador dos últimas preguntas de esta buenísima charla, para los periodistas como nosotros morirse frente a una máquina de escribir era un tributo en vida, a Eloy Cavazos ¿cómo le gustaría morir?
A mí siempre me daba mucho temor cruzar la calle y que me matara una bicicleta, no tanto jugarme la vida con los toros. Me pasó en el 85, tuve un problema de cisticercosis en el cerebro y me dejo una parálisis de medio cuerpo, batallé para salir y me daba mucho coraje porque decía ‘los toros de 500 o 600 kilos me golpearon y no me hicieron nada y este bicho me está dejando invalido’.
Pero si tuviera que elegir me encantaría que fuera un toro, más que todo que fuera en ruedo, no pasaría días en el hospital, no pasaría días haciendo sufrir a mi familia y me voy a morir en lo que me dio de comer toda mi vida, se lo agradecería a Dios.
— Por último, si su padre Don Héctor viviera, un hombre que completaba el chivo según he leído postulando lápidas en los panteones ¿qué epitafio le gustaría que le escribieran en su tumba?
Él estudió hasta cuarto año de primaria y se ganaba la vida, como tú dices, rotulando en el panteón y yo le ayudaba en el panteón de Guadalupe y ahí está enterrado, ahí tengo un pedacito también, a la mejor que dijera: ‘Bienvenido a casa, tú mamá y tú papá te estaban esperando’, me encantaría eso.
— Matador que amable, gracias, primero por conocerlo al gran torero, gracias por recibir a Hora Cero y al Canal 28 y estaremos muy pendientes de que Eloy Cavazos vuelva a torear a beneficio que sé que lo hace con corazón.
Sí señor, le voy a agradecer mucho a Hora Cero y Canal 28 que nos apoyen, no nada más ustedes, todos los medios de comunicación porque todos estamos expuestos a tener un conocido, un familiar o alguien muy allegado con este mal, yo quisiera que todos pusiéramos un granito de arena para sacar vidas adelante.