“Eso parecía que no era real, era inimaginable estar frente a lo que estabamos viendo, como si se tratara de una película….”.
Así fue la primer impresión de Ángel Flores Gutiérrez , comandante supervisor de la Cruz Verde de Monterrey, prácticamente el primer socorrista en llegar al Casino Royale la tarde del fatídico 25 de agosto.
Con el rostro lleno de tizne y los ojos rojizos por el cansansio y la exposición al humo durante varias horas, Ángel recordó lo vivido al llegar a la escena.
La charla fue a bordo de la ambulancia número 43 la tarde del viernes justo una hora despúes de que junto con el personal y las unidades que dirige se retiraron del lugar, pues había que dar paso ahora a los peritos.
Sacudiéndose su uniforme amarillo y verde, pero ahora manchado de negro por el contacto con los muebles y cuerpos quemados dentro del Casino Royale, el “comadante Ángel”, como lo conocen sus compañeros, recordó:
“Fue una experiencia aterradora y ahorita que ya nos retiramos del lugar es cuando te das cuenta de lo grave de todo esto.
“Primero por estar en la acción dándole el servicio a los heridos, quizá por eso no mides lo que realmente está sucediendo, hasta después te pones a pensar y piensas en lo que debieron haber sufrido todas esas personas”, dijo el joven comandante.
PRIMER REPORTE
Fue un ciudadano común quien desde su teléfono móvil hizo la primer llamada al puesto de socorros de la Cruz Verde a las 15:47 horas, según la central de radiocomunicación de la institución de auxilios.
En su reporte avisaba que “se estaba quemando un negocio” en el cruce de las avenidas San Jerónimo y Gonzalitos, sin hacer mayores especificaciones, sólo que podría haber gente atrapada.
“Nos reportaron el incendio primero y llegamos en un tiempo menor a los tres minutos, de acuerdo a nuestra bitácora, justo al acceso principal del casino en donde todo era un caos, gente gritando, corriendo, con quemaduras, todos manchados de negro, llorando, incluso algunos semi inconscientes.
“Empezamos a hacer la selección de lesionados por gravedad para inicar con el traslado a los hospitales al mismo tiempo que empezamos a solicitar más apoyo, pues la gente nos gritaba que había muchas personas adentro”, recordó el comandante subiendo el tono de voz como trasladándose otra vez a aquellos momentos.
Sin embargo, relató, el fuego abrasador y el espeso humo negro que emanaba del interior impedia a los socorristas llegar más allá, pues se tenía la certeza de que aquella versión de que dentro había más personas era real.
Explicó que pasaron menos de cinco minutos cuando llegaron los bomberos y los policías para controlar un poco a la gente que exigía a los paramédicos que entraran.
Los chorros de agua comenzaban a abrir el panorama para permitir el acceso a los rescatistas….a abrir un panorama a la verdadera tragedia.
“Cuando pudimos entrar, primero por la puerta principal nos encontramos con tres víctimas que en realidad no tenían mucho daño en su cuerpo, lo que nos indicaba que se habían asfixiado por prolongada inhalación del humo.
“Después, conforme íbamos avanzando la escena era peor aún -jala aire y exhala-, había cuerpos por todas partes, sobre todo al final del casino a donde al parecer la mayoría corrió para tratar de ponerse a salvo”, explicó.
“De hecho, algunos tenían sus celulares en la mano y otros estaban abrazados y unos más recostados en la pared”, mencionó.
“Todo estaba muy oscuro y de repente crujía el techo haciendo la zona muy peligrosa, y al ver que ya no había sobrevivientes no nos quedó otra más que sólo apoyar con las labores de remoción de cadáveres”, dijo.
A través de un agujero hecho en la pared por una máquina retroexcavadora, éste hizo las veces de túnel para la extracción de cadáveres, previa autorización de los agentes del Ministerio Público ahí reunidos.
De acuerdo a informes preliminares, el incendio pudo haber sido propagado mediante gasolina, por lo que los muebles, alfombras, maderas y plásticos fueron presa fácil del fuego que en su punto máximo alcanzó una temperatura superior a los 300 grados centígrados, explicó el jefe de los paramédicos.
“Tengo 13 años de servicio y nunca creí que aquí en mi cuidad pudieramos llegar a ver esto que es como sacado de una película, algo aterrador e inolvidable, es como lo puedo describir, que descansen en paz las víctimas del Casino Royale”, dijo Flores. v