
Las ovaciones de la afición, los nervios por tener el control del balón y la satisfacción de cada jugada bien hecha dentro de la cancha son los recuerdos que permanecen en las memorias de los futbolistas que en sus épocas de gloria dejaron una huella imborrable en la historia de Tigres y Rayados.
Guarací Barbosa, Juan Manuel “El Abuelo” Azuara, Alfredo “El Alacrán” Jiménez, Gregorio “Goyo” Cortés y Osvaldo Batocletti fueron iconos de los equipos representativos de la Sultana del Norte.
Parece increíble que después de haber logrado grandes hazañas en las canchas, la mayoría de ellos realicen actividades completamente alejadas del futbol profesional, mientras que otros permanecen en el club en el que consagraron su carrera… sin embargo, no lo es.
Guarací Barbosa Da Silva
Ex defensa central de Rayados
Jugar durante siete años con el Club de Futbol Monterrey fue más que suficiente para que Guarací Barbosa se convirtiera en uno de los jugadores emblemáticos en la historia del equipo y quedara en la memoria de sus seguidores, quienes con el paso de los años no olvidan las hazañas del zaguero central con Rayados.
Originario de Río de Janeiro, Brasil, Guarací siempre se sintió atraído por el futbol.
“Todo el tiempo andaba con una pelota en los pies”, comenta.
Gracias a la destreza que desarrollo por su pasión por el balompié, a los 15 años logró entrenar con el Olaria, equipo en el que años después debutaría profesionalmente.
En su natal Brasil sólo llegó a jugar tres partidos como profesional con el Olaria, ya que el entonces presidente de Rayados, Alejandro Rodríguez, decidió traerlo a probar suerte a la Sultana del Norte.
Con sólo 19 años de edad, Guarací dio inicio a su exitoso paso por Rayados en la temporada de 1969-70.
“Yo andaba en mi mejor momento; era el equipo que yo quería, me gustaba el Monterrey por ser un equipo muy disciplinado y organizado, los compañeros de mi época eran buenos, no eran creídos, eran unidos, tenía un buen grupo”, recuerda el ex defensa albiazul sobre el plantel en el cual consagró su carrera.
Pese al buen paso que tenía el club en esa época gracias a grandes figuras como Barbosa, la ansiada primera estrella nunca llegó, ya que de acuerdo al ex jugador “siempre hubo varios detallitos y los equipos eran muy fuertes, entonces fue difícil poder llegar a ser campeones aunque siempre clasificábamos y fuimos mejor defensa y mejor ataque que todos los demás”.
Una de las hazañas que más recuerda de su carrera fue cuando logró “marcar” al “Rey Pelé” durante el emblemático partido que sostuvieron Rayados contra Santos de Brasil el 24 de julio de 1971 en el Estadio Universitario.
Tras siete años de gloria con el Monterrey, Guarací se vio en la necesidad de abandonar el club por problemas con su contrato, ya que él y la directiva no llegaban a un acuerdo económico que convenciera al brasileño a quedarse más tiempo con los albiazules.
“No es que no quisiera jugar con el Monterrey, pero no podía jugar todo el tiempo por amor a la camisa y el Monterrey no entendía eso”, señala el jugador.
Fue así que se vio en la necesidad de migrar a otro equipo, los Tigres de la UANL, en el cual sólo permaneció menos de una temporada debido a que “cuando llegué tenían cinco fechas; no entrenaba, no hice pretemporada, pero económicamente gané un buen dinerito para poder tener una casa donde vivir”.
Luego de su breve paso por Tigres y tras jugar dos años en Veracruz, el zaguero puso fin a su racha de 10 años en México y junto a su familia se fue a Brasil, donde continuó por un una corta temporada su carrera en el Niteroi de su natal Río de Janeiro, equipo en el cual se retiró a los 32 años.
Al retirarse, Guarací Barbosa decidió regresar a México con su familia, ya que “aquí todo el mundo me conocía y podía conseguir un trabajo si no jugaba futbol y mi mujer también tenía ganas de regresar a su país”.
Pero el legado Barbosa no quedó sólo con Guarací; su hijo David siguió los pasos de su padre y logró firmar con Rayados, aunque nunca debutó, pero continuó su carrera con La Raza hasta el final del equipo.
Guarací Barbosa nunca se mantuvo del todo alejado de las canchas, ya que tuvo la oportunidad de dirigir a los alumnos de Ingeniería Civil y llevarlos a su primer campeonato de manera invicta.
“Llegué a estudiar la primera etapa de entrenador, pero ya no continué con la segunda ni la tercera, lo malo es que nunca me ofrecí a entrenar a nadie de Tigres ni de Rayados, pero si llega un ofrecimiento lo aceptaría”, menciona el ex zaguero.
Otro de los empleos que obtuvo fue dirigiendo empresas, mismo que abandonó para ayudar a su hijo con sus negocios, entre los que destacan tres escuelas de futbol.
Ahora Guarací pasa las tardes transmitiendo sus conocimientos sobre el balompié a pequeños de entre los 4 y 11 años que asisten a “La canchita”.
“Tengo 12 años entrenando a los niños en las tres escuelitas, pero ahora estoy nada más en ´La canchita´ en Humberto Lobo.
“La escuelita de él es buena, tiene buenos jugadores y viajamos a Estados Unidos a jugar torneos allá, incluso hay dos jugadores que ya van a entrenar uno con Tigres y otro con Rayados y empezaron aquí con nosotros y los recomendamos, tal vez en dos tres años más debutan”, comenta el brasileño.
Aunque asegura sentirse muy a gusto con su actual labor, el ex futbolista admite que le gustaría tener un puesto en algún equipo profesional “de consejero para ayudar, decir lo que está bien y lo que está mal, yo sé que tengo calidad para eso y tengo mucha inteligencia, y siempre es bueno tener un consejero a un lado para ayudar al equipo en todas las partes”.
Juan Manuel “El Abuelo” Azuara
Ex delantero Tigres
Fue un jugador con mucho “olfato de gol” y listo para pensar dentro del área y eso fue lo que llevó al “Abuelo” Azuara a ganarse el cariño y respeto de la afición felina.
El apodo de “Abuelo”, que lo siguió desde la infancia hasta la fecha, comentó, se lo ganó gracias a ser un niño “gestudo” y al gran parecido que guardaba con su abuelo paterno.
Luego de ser descubierto en Los Halcones de Saltillo, tuvo la oportunidad de debutar como profesional con Rayados y después jugar con el desaparecido Atlético Potosino, pero fue hasta Tigres que su carrera despegó.
Es uno de los mayores goleadores en la historia del club felino, en el cual tuvo el título de más goles marcados en un año con 24 en la temporada 79-80 y que fue superado hasta el 2005 por Néstor “Cuqui” Silvera.
Además, formó parte de la plantilla que llevó a los auriazules a conquistar su segundo título de liga de la temporada 1981-82.
Tuvo un breve paso por la Selección Mexicana bajo el mando de Raúl “El Güero” Cárdenas.
“Con el TRI conocí una parte del mundo con el futbol porque me fui a Europa, conozco Centroamérica, Oceanía, parte de Estados Unidos. Yo vengo de familia humilde y me llevó a conocer otro modo de vida que no conocía, comíamos frijoles y enchiladas y de pronto conoces otro tipo de gastronomías, otro tipo de gente y el futbol me ayudo a desarrollarme… el futbol fue algo bueno que me ha pasado en esta vida”.
Sin embargo, tras 10 años activos en el futbol, Azuara decidió retirarse al no querer arriesgar el porvenir de su familia. Su último equipo fue el Morelia.
“Tenía 29 años, ya no fui tan aventurero para andar en un equipo y otro y dije ‘ya no quiero andar de allá para acá y no sé si me vaya a ir bien’, además tenía a mis hijos chiquitos y dije pues déjame darles la papa.
“A lo mejor me faltó ser más insistente y tenaz en eso, pero pues así terminé y así me gustó”, mencionó el ex delantero auriazul.
Al abandonar las canchas, consiguió un empleo en una empresa que se dedica a la venta de válvulas de fierro, tuberías y conexiones donde laboró por dos años y en 1989 entró a vender seguros, trabajo que ejerce hasta la fecha.
El ex futbolista reveló que al principio no quería dedicarse a esta actividad, pero actualmente está muy agradecido por la decisión que tomó.
A la par con su empleo, durante un periodo Azuara fue entrenador de los equipos de tercera y segunda división de Tigres.
“Fue una etapa muy padre. Fuimos campeones en tercera, andábamos en segunda peleando el campeonato, dirigí a Enrique Palos, Aldo Denigris y a muchos otros más”, comentó.
Pero su carrera como entrenador terminó cuando la directiva felina no le brindó la oportunidad de dirigir en primera división y prefirió regresar a su oficio de tantos años y que había descuidado por el futbol.
A sus casi 25 años dedicándose a la venta de seguros, trabaja al lado de su esposa Magaly Villarreal y su hijo Juan Manuel en su oficina ubicada en San Jerónimo.
“Mi hijo es mi socio, se está incorporando porque quisiera que en cuatro años más él me mantenga”, bromeó “El Abuelo”, pero a la vez reconoció que desde que su familia se unió al negocio “nos ha ido con madre”.
Azuara tiene 33 años de casado con su esposa Magaly Villarreal, con quien ha compartido su vida desde que ambos eran muy jóvenes.
“Fuimos novios cuando ella tenía 14 años y yo 18, nunca hubo nadie más que ella, nos casamos a los cinco años de novios y ya tenemos 33, es algo para presumir”.
El ex futbolista disfruta la vida al lado de sus tres hijos: Juan Manuel, Salvador y Magaly, de 31, 29 y 21 años respectivamente, y de su nieta Ximena, quien para él es “la mera mera”.
Además de la convivencia familiar, “El Abuelo” gusta de la cocina, la jardinería y es un aficionado de la música, desde Santana, Earth Wind & Fire hasta Juan Gabriel, Hombres G y Vicente Fernández.
“Disfruto todos los momentos, hasta cuando peleó también, todo está padre. Me la he pasado muy bien en estos 56 años de vida, no me siento ni amargado ni nada; he sido más una persona fuera del futbol que en el futbol”.
Alfredo “Alacrán” Jiménez
Ex delantero de Rayados y Tigres
El apodo de “Alacrán” lo ha seguido desde sus días en la cancha, pero Alfredo Jiménez desconoce su origen.
“Primero, cuando me asoleaba me ponía colorado y me decían ‘Camarón’, después que ‘Alacrán’ y nunca supe por qué… ni soy de Durango ni pico por la cola, pero se me quedó, me acostumbré y lo acepto”, bromeó.
Este legendario ex jugador marcó historia en el futbol regiomontano al pertenecer Rayados y Tigres y lograr desempeñarse como goleador en ambos equipos, tanto en Liga como en Copa, y posicionándose en las listas de los mayores goleadores de ambos equipos.
Durante su paso por Rayados, el ex jugador tuvo un desempeño tan destacable que incluso el Barcelona se interesó por él, pero las directivas no llegaron a un acuerdo, lo que provocó que Alfredo ya no quisiera continuar en el club y se fue de préstamo al Toluca por un año.
A su regreso a la Sultana del Norte, no tenía mucha participación con los albiazules, por lo que decidió irse con Tigres, donde su historia fue distinta, ya que fue jugador clave para lograr ser campeones de la Copa en 1975.
“El Alacrán” es el único jugador en disputar los dos primeros clásicos como jugador de ambos equipos; el primero con Rayados y el segundo con Tigres.
Luego de irse de préstamo al Cruz Azul por dos años y jugar con los felinos por otros tres, en los cuales disputó dos finales, decidió migrar a San Diego para jugar en la MLS por problemas con el entonces técnico auriazul, Carlos Miloc.
Sólo fueron seis meses los que Alfredo duró en California, ya que dice para él “todo era un show, era pura pachanga y la MLS apenas iba empezando”, por lo que regresó a México.
Ya en el país decidió abandonar el futbol y declinó propuestas de trabajo para concentrarse en sus estudios, aunque considera que aún tenía mucho que ofrecer al balompié.
“Me retiré a los 31 años, pero pude haber jugado otros cinco años fácil porque estaba entero”, afirmó.
Entre los deseos que dejó sin concretar fue disputar un mundial con la Selección Mexicana, ya que por cuestiones políticas y preferencias de la directiva y patrocinadores, no fue tomado en cuenta para formar parte del plantel mundialista, pese a haberse coronado como campeón sub-23 en 1973.
Tras su carrera en el futbol, Alfredo se tituló como contador público auditor y estudió una maestría en Administración Pública en la Universidad Autónoma de Nuevo León, misma que dejó inconclusa, y por parte de la UDEM terminó la maestría en Desarrollo Organizacional.
El ex delantero aprovechó las relaciones y los contactos que le dejó el futbol para importar productos con una compañía que tenía al lado de diversas amistades.
“Importaba a Televisa y varia gente de México productos, aunque en aquel tiempo importar y contrabando era lo mismo; después me puse a vender cosas, hace poco estuve vendiéndole a Pemex, pero con el cambio de administración quedé fuera de juego y hay que empezar desde cero. También representaba una compañía gringa pero cerró sus oficinas aquí”, relató sobre su desempeño profesional fuera de las canchas.
Pero como no todo es trabajo en su vida, en sus ratos libres el ex delantero se reúne con sus amigos para jugar futbol y salir a comer.
“Como soy divorciado no tengo problema”, aseguró.
Entre sus planes a futuro está el sacar a la venta una trivia sobre futbol que está desarrollando con sus socios.
Este juego de mesa, que llevará por nombre “Futbol en Monterrey”, es definido por Alfredo como “un turista, pero de futbol”, con el que busca que las aficiones de Tigres y Rayados se unan y pasen un buen rato en familia.
Aunque aún no tiene fecha de lanzamiento, espera que el juego sea bien recibido por la afición regiomontana.
Gregorio “Goyo” Cortés
Ex portero de Rayados
Futbolista de oficio pero músico de corazón, Gregorio “Goyo” Cortés hasta hace un par de años fue el arquero que defendió más tiempo la portería de Rayados con 16 mil 388 minutos, marca que superó Jonathan Orozco en 2012.
“La verdad yo ni sabía de ese récord porque en aquel entonces no había estadísticas y muchos partidos que no jugué por irme a la Selección y por apoyar a Chuy Contreras (segundo portero), pero de haber sabido que había un récord pues le hubiera seguido”, comentó “Goyo” con una sonrisa.
El ex portero, originario del Distrito Federal, no se considera un apasionado del futbol, aunque siempre sintió un gusto especial por este deporte, mismo que lo “empujó” a seguir ese camino desde muy joven.
Fue campeón en el Primer Torneo de los Barrios y le ofrecieron jugar en el León, formó parte de la primera selección panamericana de no-profesionales.
Su debut como profesional fue en el desaparecido Atlético Español.
“Goyo” llega a Monterrey en 1979, cuando el equipo atravesaba por una mala racha, en la que abundaban los problemas tanto económicos, por la poca inversión de las empresas patrocinadoras, como por el mal desempeño del equipo, que lo posicionaba en los últimos lugares e incluso lo llevó a disputar por no descender a segunda división.
Su paso por Rayados duró hasta 1985, cuando decidió irse a Neza por problemas con la directiva.
Un año después regresa a Monterrey, pero vistiendo la camiseta de Tigres, club donde terminó su carrera en 1988.
A lo largo de su carrera tuvo varios llamados a Selección Nacional, pero nunca logró disputar ni un Mundial debido a las preferencias de los directivos y directores técnicos.
La razón por la que decidió dejar el futbol, explicó “Goyo”, fue que “me mataron el gusto por jugar.
“Cuando entró Arpad Fekete como DT de Tigres, era horrible jugar con él; los entrenamientos eran muy sosos, siempre un solo ejercicio, era sumamente aburrido, me mató el gusto y me retiré”.
Al retirarse, Cortés aseguró que se sentía tranquilo ya que “no le debo absolutamente nada al futbol como el futbol no me debe nada a mí; todo lo que me dio se lo pagué, hice lo mejor que pude, entonces estamos a mano”.
Aunque ya no es activo en las canchas, Gregorio continuó en el ambiente futbolero al concluir su carrera como entrenador.
El ex arquero comentó que por lo general forma equipo con Juan de Dios Castillo y con Héctor Eugui como auxiliar y como entrenador de porteros.
Su carrera como entrenador comenzó en Fuerzas Básicas de Rayados y continuó en diversos planteles al lado de Héctor Eugui y Juan de Dios Castillo.
“Héctor me invitó al Correcaminos e hicimos una muy buena temporada; después me fui a Querétaro con Juan de Dios Castillo y llegamos a primera A; de ahí me fui al Santos, a Durango, Honduras y por último a Indios de Ciudad Juárez con Héctor Eugui, donde terminamos hace tres años y ahí paramos”, mencionó.
Aunque el ex portero asegura que lo han invitado a regresar, no ha cedido porque “estoy muy contento trabajando en un colegio en Guadalupe y ya no me quisiera mover”.
En esta escuela, ubicada sobre Pablo Livas, Gregorio tiene casi tres años laborando.
Tal vez la historia de Gregorio Cortés hubiese sido distinta de haber seguido lo que él considera su verdadera pasión, la música.
“Músico”, dice sin pensar al cuestionarle sobre a qué se hubiese dedicado en lugar de ser futbolista.
“Pero de eso no iba a vivir y tenía que buscar algo que me diera de comer”, añadió. “Me encanta la música, toco un poquito la guitarra, pero no soy muy bueno.
“Soy rockero, crecí escuchando a los Beatles, Rolling Stones, The Doors, Led Zeppelin, hasta los Teen Tops, Los Hijos del Ritmo, Rebeldes del Rock, entre otros”.
El ex rayado comentó que de vez en cuando se junta con un grupo de amigos a tocar para relajarse, pero por su trabajo a veces le es complicado ir.
Cuando no está trabajando o con sus amigos, Gregorio disfruta de la compañía de sus hijos, Tamara, Gretchen y Hugo, así como de sus nietos.
“Nos la pasamos bien, son buenos hijos y no tengo problema con ellos”, concluyó.
Osvaldo Batocletti
Ex defensa central de Tigres
Es una de las figuras más recordadas y apreciadas por la afición auriazul.
Su aportación al equipo mientras fue jugador activo y como director técnico le valió el mote de “El Tigre más Tigre”.
Para Osvaldo Batocletti, el apodo es todo un honor porque “por la institución han pasado grandes jugadores y bueno que te pongan ese mote es un plus sobre el resto”.
El argentino nacionalizado mexicano llegó a Tigres, el club donde consagró su carrera, en 1977 proveniente de León, donde jugó por tres años.
Pero la historia del jugador argentino pudo ser totalmente distinta de haberse concretado el contrato con el primer equipo regiomontano que se fijó en él, Rayados.
“El ingeniero Miguel Gómez Collado era directivo del Monterrey y habló conmigo si quería ir a jugar a Rayados y le dije que sí. Fui a las oficinas, platicamos, sólo faltaron las firmas porque ya había quedado todo arreglado; regresé a León para preparar todo para venirme a la ciudad y ¡oh sorpresa!
“A los dos días me habla el ingeniero para decirme que había renunciado a la directiva, pero a la semana me habla de nuevo que si quería venir a Tigres y así fue como fui a dar a Tigres”, relató el ex zaguero felino sobre su llegada al norte.
Su paso por el club auriazul fue exitoso, pues tuvo participación importante en la lucha por los dos primeros títulos de Liga para Tigres.
Pero su carrera terminó en 1984 debido la “mexicanización” del equipo, lo que provocó que se retirara de las canchas sin haberlo planeado.
Batocletti comentó: “Me confié, me dijeron ‘tú no te preocupes, tú te vas a quedar porque la gente no te ve como extranjero, eres uno más de aquí’.
“Y cerrándose el registro el viernes previo al inicio del torneo a las 12 de la noche, me entregan mi carta (de naturalización) a las 3 de la tarde. No había margen de tiempo y ahí se dio mi retiro. Dios sabe por qué hace las cosas”.
Un año después de retirarse se recibe como director técnico e inmediatamente comienza a ejercer entrenando las reservas de la institución felina, hasta llegar a dirigir al primer equipo en 2005.
Como entrenador de Tigres logró levantar el equipo y clasificar a la liguilla, pero su sueño de ganar el campeonato quedó trunco al ser eliminados por Monterrey en semifinales.
“Es muy bonito que se te brinde la oportunidad dentro de una misma institución de hacer las dos cosas que yo considero más importantes: participar como jugador activo, gracias a Dios participar en los dos campeonatos y aparte tener la oportunidad de dirigir en segunda, reserva, Tigrillos y el primer equipo… no muchos tienen esa fortuna”, reconoció el técnico.
Luego de la eliminación, Batocletti fue contratado para ser el director de academias de Tigres, un proyecto que recién comenzaba el club y cuyo cargo ocupa hasta la fecha.
El ex futbolista tiene a su cargo 94 academias que se reparten en todo el país y en el extranjero y lo mantienen sumamente ocupado.
“¡Creo que viajo más que cuando era jugador!”, exclamó.
A su vez, tiene a su cargo el proyecto “Tigres por los niños” el cual consiste, según explicó, en visitar dos escuelas públicas cada miércoles para tener un acercamiento con los niños.
“Va con nosotros la mascota, los niños se divierten, trabajan con la pelota, le patean penales al tigre, es un show como de una hora más o menos y yo bueno, me divierto también”, afirmó.
Aunado a estos proyectos dentro del club, conduce el programa “Zona Tigre” que se transmite a través de Televisa Monterrey.
En los pocos ratos libres que tiene, está con su esposa Delia Susana, “ya sólo quedamos nosotros aguantándonos”, bromeó Batocletti, pues sus hijas Gaby y Marce viven con sus familias en Guadalajara y Atlanta, respectivamente.
“Yo ya me quedé a vivir aquí en Monterrey y aquí, si Dios quiere, me enterrarán”.