La conexión del todo en el universo es la idea que mueve a María Fernanda Barrero a crear y a través del papel expresa cómo se unen el micro y macrocosmos. “La casa en el aire” es el título de la exposición en la que la artista reúne 30 piezas en las que muestra esta teoría que ha sostenido desde hace tiempo.
La obra se exhibe desde el pasado viernes 7 de marzo en la Casa de la Cultura y previo a la inauguración la artista estuvo acompañada de la curadora Catalina Restrepo, y ambas hablaron acerca del este trabajo de Barrero en particular.
Las piezas son collages monocromáticas tridimensionales -pero apenas perceptibles- que están contenidos en cajas de acrílicos y están realizadas con papel opalino blanco libre de ácido.
“La idea de hacer esto surge de una aplicación que tiene la tablet, que te permite ver las estrellas y todos los cuerpos celestes y empecé a jugar con este software y comencé a tratar de alinear cosas muy pequeñas como hierbitas con objetos muy grandes como las estrellas”.
Barrero, quien es originaria del Distrito Federal, pero radica en Monterrey desde hace años, explicó que se trata de unir lo que existe en la tierra y en el cielo.
“Todo empezó con esta idea de unir las cosas pequeñas con las cosas grandes, o cosas que muy fácil olvidamos dedicarle tiempo como ver las estrellas, y con esta aplicación que encuentre en las tableta o las Ipads puedes ver las estrellas, las constelaciones y todo lo que hay en el cielo en tu ubicación y es como un mapa astronómico súper facilitador.
“Entonces empecé a tratar de alinear las hierbitas que encontraba en algún sitio en específico con las estrellas que estaban arriba y también me di cuenta de que hay estrellas también abajo y empecé a jugar con estos mapas y esta idea del arriba y el abajo, lo pequeño y lo grande”, manifestó.
TODO BLANCO
La obra de Barrero predominantemente escultura e instalación se distingue por el uso del papel blanco como soporte tridimensional y monocromático.
“Yo tengo trabajando en blanco en monocromático desde 2007 y la idea de que fuera todo blanco es que mi trabajo ha tenido que ver con esta idea de interdependencia, de tratar como materializar los vínculos de vida que muchas veces son intangibles, o no son tan evidentes.
“En esta idea de crear un ambiente más integrado, a nivel sensorial tuviéramos esta experiencia que está todo unido, porque en realidad estamos vinculados, o sea, que no podemos funcionar aisladamente”, afirmó la artista.
Por su parte Catalina Restrepo consideró que el trabajo de Barrero hace referencia al espacio vacío que el aire ocupa, que separa y a su vez une el cielo y la tierra; y al mismo tiempo conecta todos los posibles puntos de la red de vida.
“Lo que hicimos fue dar una especie de pista a todos estos conceptos para que de alguna forma el público pueda entenderlos todos. La gran pista que une estas ideas en torno a la investigación de María Fernanda es este de ‘La casa en el aire’.
“Tiene que ver con este eje vertical de mirar las estrellas, que son de las cosas más chiquitas que podemos percibir con los ojos pero al mismo tiempo sabemos que son de las cosas más grandes y mirar hacia el suelo y ver los brotecitos de las hierbas que son de las cosas más pequeñas, pero que representan lo más grande de la naturaleza”, argumentó la curadora.
LA SIMBIOSIS
La finalidad del proyecto de María Fernanda Barrero consiste en explorar el concepto de la simbiosis y su cooperación.
“Estaba leyendo un libro sobre el mar y encontré la teoría de Lynn Marguillis, una bióloga que propuso la teoría que se llama la Simbiosis seriada y lo que encuentra es que al principio de la vida es que hay dos bacterias que no tiene núcleo y que de alguna manera una se come a la otra, entonces las dos juntas sobreviven y se van ayudando una a la otra y como la simbiosis está tan intensa y tan profunda que intercambian material.
“Entonces la célula que nosotros tenemos tiene un material genético en el núcleo y otro material genético en la mitocondria, o sea que no es un solo origen; y de ahí viene la célula eucariota y a su vez de ahí vienen todos los organismos multicelulares”, refirió.
Expresó que lo que más le impresionó es que a lo largo de la evolución una especie o un parásito puede darse cuenta que si no afecta a su huésped, se beneficia él mismo. La simbiosis y la cooperación pueden ser herramientas muy útiles para el bienestar de todo un sistema de vida”, apuntó.
“La casa en el aire” es organizada por el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (Conarte), con el apoyo del Consejos Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).