
La fama, las entrevistas, el aplauso, el cariño de la gente, el dinero… Todo eso lo tuvo a la mano, como muchos deportistas profesionales, pero nada es eterno.
Tal vez sólo el cariño es lo que te llevas, con lo que te quedas, asegura Rafael Ortega, “El Xalapa”.
“Se viven momentos muy bonitos… Me he sentido muy a gusto, por la cuestión del aprecio y el cariño que tengo de la gente, yo me he sentido muy cobijado por la afición y ese es uno de los mejores logros”, afirma convencido.
Cuando la afición comienza a arribar a las tribunas, ver que las gradas se pintan de blanco y azul, que dominan los cánticos y aplausos por parte de la gente, así lo vivió muchas tardes en el Estadio Tecnológico el “Xalapa” como jugador de Rayados del Monterrey.
Pero además de las gratificaciones deportivas que logró obtener durante su trayectoria, el reconocimiento de la gente, de los medios de comunicación, los viajes y un sinfín de privilegios que se obtienen con la fama también son recordados por el ex futbolista.
Y es que practicar uno de los deportes favoritos a nivel mundial y lograr las metas trazadas, no pueden dejar más que un excelente “sabor de boca”.
Ortega es uno de los jugadores que más cariño le guarda la gente rayada, ya que por años fue capitán de la escuadra albiazul.
Sin tener un físico impresionante, sino más bien delgado, Ortega imponía respeto por su carácter y liderazgo. Implacable marcador. Sabía leer muy bien el juego, explotar espacios para hacer jugar a sus compañeros y, sin ser un cañonero impresionante, contaba con un respetable disparo de media distancia.
Procedente del Veracruz, el “Xalapa” llegó como un volante de ataque y posteriormente fue improvisado como medio de contención y ahí ofreció los mejores encuentros de su carrera, sin renunciar a pisar el área enemiga.
En entrevista exclusiva para Hora Cero el “Xalapa” compartió algunas de sus experiencias dentro de la cancha, los encuentros con diversos equipos y algunas anécdotas que se mantienen con vida a través de su afición, de fotografías y de su memoria.
De las satisfacciones más importantes que recordó es el hecho de brincar de Tercera a Segunda y de Segunda a Primera División, gracias a su amor por el balompié.
Pero el hecho de ser una persona común y que con el tiempo se logre la fama, se obtengan excelentes ganancias económicas, ser idolatrado y reconocido, es algo fácil de aceptar pero no de asimilar, aunque asegura que llegar a Primera División es el deseo de cualquier jugador y lo demás viene solo.
Pero el hecho de conseguir tanto y después tener que regresar a la vida común, también es un proceso que requiere tiempo, aunque Rafael Ortega mencionó que una vez que se retira, se lleva mucho, lo hace sentir satisfecho por lo que hizo y por la vida que lleva, aunque dijo, “sí se dificulta, pero como siempre lo he dicho: comenzamos como amateurs y terminamos como amateurs, la mayoría o casi todos los jugadores terminamos jugando a nivel amateur pero nos apasiona y nos gusta el futbol”.
Actualmente trabaja en un proyecto juvenil de la Universidad Veracruzana, y aunque el futbol siempre será su deporte favorito, por el momento no juega un papel preponderante en su vida.
Los aplausos, el reconocimiento de la gente y la remuneración económica, son cosas que van de la mano de acuerdo al ex jugador y son cosas que siempre extrañará.
Aunado a las experiencias y vivencias obtenidas en cada viaje, ya que visitar Honduras, El Salvador, Guatemala, Estados Unidos, Inglaterra y Francia son recuerdos memorables durante su trayectoria.
Experiencias en el balompié
En el rubro deportivo, el “Xalapa” recuerda con alegría cada uno de los campeonatos, como el que consiguió con el equipo albiazul en 1986, pues fue el primero para la escuadra del Monterrey y que sin duda quedó marcado en la historia.
En ese equipo, Ortega fue una pieza fundamental jugando como volante de ataque, al lado de elementos como Héctor Gamboa, Wilson Tadei, Paco Romero y Reinaldo Güeldini.
En ese equipo campeón había muchos jugadores regios como el guardameta Jesús “Wama” Contreras, Joel García, Rito Luna, Romero, Enrique Mata, Pedro Campa, Gerardo “Chaggy” Jiménez, José de la Fuente, Francisco Esparza, Cuauhtémoc Vargas, Gamboa, el “Abuelo” Cruz, Héctor Becerra y Memo Muñoz.
Y algunos que aunque no era regios, como Juan Antonio “Zurdo” Flores Barrera, Alberto “Guamerú” García, Tirso Carpizo o el mismo “Xalapa”, además de brasileños como Bahía, Reinaldo y Tadei.
Todos ellos dirigidos por Pancho “El Potrillo” Avilán y el profesor José Rangel como preparador físico.
Pero así como hay alegrías, también existen las tristezas, la decepción más representativa para el futbolista retirado fue su experiencia con Tuberos de Veracruz, un equipo patrocinado por la fábrica de tubos Tamsa, la principal industria en el puerto jarocho.
“A mí me toca subir con Tuberos de Veracruz, de Tercera a Segunda división, de Tuberos me llaman al Veracruz en Primera División, juego como unos siete u ocho partidos, hago tres o cuatro goles y luego el equipo desciende ese mismo año, entonces es una decepción muy fuerte y muy grande para cualquier futbolista el llegar e irte a Segunda el mismo año”, relató.
Pero a pesar de las caídas que pudo haber presentado durante su carrera, asegura que no cambiaría ni una sola experiencia vivida, ya que para él todo fue espectacular.
A pregunta expresa Rafael Ortega compartió algunas historias dentro del terreno de juego
>¿Existe alguna anécdota que recuerde, de algún juego, un viaje o del equipo?
– La verdad, no… sólo que nos llevábamos muy bien, fue un gran equipo el que se hizo con Pancho Avilán, bromas… que le quitaban las llantas a los carros, que les escondían los carros a los compañeros y fuimos un grupo muy unido.
> ¿Recuerda cuantos partidos jugó y cuántos goles anotó?
– No recuerdo la cantidad de partidos, no llevábamos tantas estadísticas como ahora. En Veracruz yo tenía un promedio de 15 a 17 goles por temporada, después cuando fui a Monterrey, los siete años que participé tenía anotados por ahí 48 goles pero parece ser que le ponen ahí 46 o 47, pero más o menos es la cantidad. Hubo un momento, cuando hicieron el primer homenaje de 75 años, que estaba en la posición número 10, pero ya ahorita ya voy en la posición 14 o 15 de los máximos goleadores del equipo de Monterrey.
> ¿Algún gol o partido en particular que haya marcado su vida?
– Creo que para mí por ejemplo, lo más importante era que el equipo ganara y, la verdad, no recuerdo así un gol que me marcó por algún significado… o quizás puede ser en el partido contra Chivas de semifinales con el Monterrey ganamos 1-0 con gol de Bahía y en el siguiente partido que jugamos de vuelta hago el gol, ahí con el hombro, más o menos lo meto, digo, no fue un gol muy bonito, pero sí significativo porque ganamos.
Se inició como volante de contención en los Rayados por una lesión de Pepe Treviño, pero en Veracruz se desempeñaba como “el 10”, como el orquestador del ataque, pero cuando fue llamado al Monterrey Arsenio “Pomelo” Ribeca tenía ese puesto.
“Lógicamente que no iba a poder estar en esa posición. Jugué repartido con Ribeca… Ribeca renunció y se fue y de ahí fui a la banca, pero de repente se lesionó Pepe Treviño que era el que jugaba como medio de contención y me pidieron que jugará en esa posición y ahí me quedé”, dijo.
El ex jugador detalló que el futbol que jugó en su época era muy distinto, ya que hoy en día los jugadores son más atléticos, más trabajados, con un entrenamiento más fuerte, más veloces y más disciplinados.
Sin embargó recomendó a quienes apenas inician en el futbol profesional a que se preparen y trabajen mucho más, debido a la competencia nacional, pero sobre todo la internacional.
“No estoy en contra de los extranjeros, estoy en contra de la cantidad y calidad de extranjeros, eso es lo que a muchos jóvenes le cierra las puertas, porque no hay lugares, porque les dan preferencia”, aseveró.
Aunque expresó que tiene muchos amigos extranjeros, le parece exagerada la cantidad de extranjeros o naturalizados que los grandes directivos de México contratan, dejando de lado el talento nacional.
Rafael Ortega enfatizó en que la afición es la única que puede elevarte o desaparecerte y que siempre estará agradecido con el calor de la gente regiomontana con la que aún se mantiene en contacto.
Entérate
:: Rafael “El Xalapa” Ortega jugó para los Rayados de Monterrey desde la temporada 1982 hasta 1989, en donde se coronó campeón en el torneo México 86, marcó casi 50 goles y se encuentra entre los mejores jugadores de Rayados de todos los tiempos.