En la ciudad de Monterrey existen muchas panaderías, pero ‘La Superior’ cuenta con una historia de tradición y familia que ya está cerca de cumplir los 100 años.
Originalmente fue una panadería que luego se adaptó para integrar un comedor propio y darles alimento a todas las personas que se daban cita en ella, desde entonces ‘La Superior’ es uno de los lugares que marcan la historia de la ciudad de Monterrey.
De la mano de José del Pilar Villarreal y Jesús Montemayor González, conocido como “Don Chuy”, la panadería, ubicada en la esquina de Vicente Guerrero y Ruperto Martínez en el centro de Monterrey, se colocó como una de los favoritas de los regiomontanos.
La historia del local inicia en 1923, cuando José del Pilar Villarreal la fundó como negocio propio. Jesús Montemayor González llegó al negocio siendo muy joven, las ganas de trascender le permitieron entrar primero, como lavaplatos y luego como repartidor.
Los tacos de cabrito eran la especialidad del restaurante, que antes estaba en la calle Ruperto Martínez. En su menú se ofrecían entomatadas adornadas con chícharos y, por supuesto, pan recién hecho como volcanes de vainilla y chocolate, además de café con leche servido en vaso de cristal grueso.
Para 1947, Montemayor ya era el encargado de los repartos de la panadería y con eso, el local seguía creciendo con un ritmo acelerado de clientes y comensales del otro lado de la calle.
En 1970 ‘Don Chuy’ se quedó como el socio mayoritario y algunos de sus hijos se unieron al negocio familiar para seguir expandiendo su legado. El patriarca falleció en agosto de 1998 debido un accidente automovilístico.
A partir de este año, la zona de la panadería se ha remodelado con una estética inspirada en los restaurantes de la ciudad de los años 60 y los 70, apelando así a la nostalgia.
Si bien el centenario lo celebran el 2024, no se descarta la posibilidad de adelantar su festejo para este invierno, que es la época con más demanda de algún tipo de pan dulce como conchas, campechanas, cochinitos o las populares margaritas y franceses.
Ahora la novedad es la creación de una cafetería al estilo de los años 60s, con las mesas y bancos de la época, con un decorado que invita a recordar la época del rock n’ roll.
Los precios del lugar no se consideran excesivos, entre 50 y 120 por ticket, lo que hace una experiencia placentera para todos los comensales. El menú incluye hamburguesas con papas, licuados de frutas y Coca Colas y para rematar tu día, un rico pan dulce saliendo de la cafetería.
Un nuevo negocio que cumple los 100 años, y que ahora la fiesta se llega a aproximar para el deleite de todos los regiomontanos.