Más de 30 años han pasado desde que los propietarios vendieron la residencia ubicada en la esquina de Padre Mier y Vallarta, una casona estilo inglés construida en los años 20 que guarda una infinidad de historias de los miembros de la familia Martínez O´Dowd .
El extenso jardín que fue escenario de juegos y fiestas infantiles ahora se ha convertido en el estacionamiento y la explanada de La Casa Universitaria del Libro, que el viernes 10 de febrero cumplió un año de promover y fomentar la literatura, la música, la pintura y la fotografía.
“Históricamente la Universidad ha generado una rica tradición editorial, con una producción a cargo de la Secretaría de Extensión y Cultura y su Dirección de Publicaciones, que ha alcanzado hasta los 200 títulos”, expresó el rector de la UANL, Jesús Áncer Rodríguez, en el folleto de edición especial del primer aniversario.
“Estamos hablando de la edición de un libro cada tercer día, libros de escritores locales, nacionales e internacionales, en todos los campos de conocimiento y los géneros literarios, además de ediciones especiales”.
Sin embargo, durante el primer evento de este año en este recinto, Áncer Rodríguez, anunció que una de las metas en materia cultural es que la UANL publique un libro por día.
LA CASA DE PADRE MIER Y VALLARTA
Por su parte Celso José Garza Acuña, titular de la Dirección de Publicaciones, comentó que durante 2011 se realizaron alrededor de 160 eventos con más de 23 mil visitantes en este espacio que ha sido declarado patrimonio artístico.
“Cuando Rogelio Villarreal, secretario de Extensión y Cultura, decide que La Casa del Libro se ubique en esta casona, se puso en marcha todo un proceso de restauración respetando la estructura original en sus pisos, sus muros, sus detalles de ornamentación, etcétera.
“La casa está ubicada como patrimonio histórico en el catálogo de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, (INAH); la casa tiene su ficha, está registrada como patrimonio artístico e histórico pero carecíamos de información sobre sus orígenes, por lo que solicitamos apoyo al arquitecto Juan Manuel Casas, quien es especialista en la historia de la arquitectura”, destacó Garza.
Según la investigación que llevó a cabo Casas García, la casona fue construida por Eduardo Daniel Belden Gutiérrez, quien acababa de regresar de los Estados Unidos, después de haber cursado las carreras de arquitecto e ingeniero en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
“Eduardo Belden era uno de los pocos profesionistas de su ramo disponibles en la ciudad, y acaso su impresionante bagaje académico le haya valido ser contratado por don Refugio Martínez para el diseño y construcción de su nueva casa”, señala el texto escrito por Casas en el folleto especial de aniversario.
LOS DESCENDIENTES
El pasado domingo 12 de febrero descendientes de don Refugio Martínez Elizondo compartieron algunas anécdotas sobre su infancia en la casona en una charla titulada “Casa del Libro, Orígenes” .
Marcelo Martínez García, Magda Martínez de la Garza y Scarlett O´Dowd recordaron momentos felices que pasaron en esa casa que siempre ha llamado la atención de los transeúntes desde su construcción en 1924.
“Mi abuelo se casó en 1924 con María Teresa O´Dowd, y ese es el principal motivo de la construcción de esta casa. Aunque no tenemos la certeza de por qué se eligió este estilo arquitectónico, pensamos –como teoría de la familia- que se debió a la influencia europea de María Teresa, cuyo origen era irlandés”, señaló Marcelo Martínez.
Agregó que su abuelo le platicó que cuando eligió el terreno, esas calles eran las más alejadas del centro en ese entonces, pero que él se iba diariamente a su trabajo a pie.
“Mi abuelo nunca aprendió a conducir un coche, él se iba todos los días a Zaragoza, donde tenía su negocio” , explicó Martínez García.
Por su parte Magda Martínez de la Garza comentó que ella guarda muy gratos recuerdos de esa casa ya que siempre se sentía como dentro de un cuento de hadas.
“En el segundo piso se encontraban las recámaras, una era la de mi abuela que ella era la reina con su terraza espectacular que daba a la calle Padre Mier ; a un lado, estaba un pequeño cuarto, lindísimo como de cuento, donde estaba su hermana y compartían un baño.
“Luego había una recámara muy grande donde dormía mi tío Patricio, quien era como el príncipe de aquí y él tenía su habitación, escuchaba la ópera y también estaba la recámara de mi abuelo. Lo más maravilloso era subir al ático porque ahí entrábamos a un mundo de objetos, ropa, viajes, etcétera”, relató Magda.
Los tres nietos de don Refugio están orgullosos y contentos de que la casa de sus abuelos sea ahora un oasis del conocimiento y la cultura.
“Tengo mucha alegría que a esta casa le hayan dado el uso correcto, porque siempre pensé que era para una galería de arte, pero ahora ya es esta Casa del Libro, que está bellísima , muy bien restaurada y conservada”, manifestó Scarlett O´Dowd.
“A mí me sorprendió cuando vine hace un año cuando inauguraron la Casa del Libro y ver lo maravilloso que la tienen ahorita; es una emoción que no había sentido antes, porque para nosotros es muy importante que se haya rescatado la esencia de la casa, porque para la familia ha sido un gran alivio”, añadió Magda Martínez de la Garza. v