
A 70 años de la tragedia ocurrida en Hiroshima y Nagasaki, aún hay muchas heridas que sanar. Las cicatrices reales son tan dolorosas como las históricas; es difícil de borrar de la memoria de un pueblo las huellas que dejó un bombardeo atómico.
Silvia Lidia González, catedrática de la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda, en Japón, ha realizado una minuciosa investigación sobre este evento que provocó la muerte de miles de personas y que dejó una profunda huella en la humanidad.
Sin embargo, los estudios realizados apuntan que no todo está dicho sobre lo ocurrido aquel 6 de agosto de 1945. Incluso, los mismos japoneses ignoran grandes verdades debido a la desinformación sobre el hecho a lo largo de todos estos años.
El pasado 27 de agosto la investigadora ofreció la conferencia magistral “Hirosima y Nagasaki, ¿se acabó la Guerra?” en la Casa Universitaria del libro.
Durante más de 20 años, la regiomontana Silvia Lidia se interesó por un tema que ha sido, como ella misma lo ha dicho, un tanto ajeno y poco atractivo para quienes no coincidieron en tiempo y en distancia, pero de suma importancia periodísticamente hablando.
“Este es un tema tan lejano: ciertamente estamos hablando que Hiroshima y Nagasaki están a 12 mil kilómetros de aquí; un tema tan pasado: pues sucedió hace 70 años, y un tema tan conflictivo: la guerra en estos tiempos que se supone que vivimos en paz.
“Lamento mucho empezar diciendo por qué no es atractivo este tema; normalmente empezamos justificándonos, pero la experiencia de algunos años que tengo de estar investigando, también me ha llevado a concluir que tristemente no es muy interesante para mucha gente hablar de este tema porque realmente nos parece muy distante”, manifestó.
De alguna manera es comprensible que los mexicanos o el resto de los latinoamericanos no tengan información sobre lo relacionado con las bombas atómicas, sus efectos y demás, sino que sorprendentemente los norteamericanos y los japoneses, quienes estuvieron directamente involucrados, tampoco tienen una noción fidedigna de cómo ocurrieron los acontecimientos.
“Como ustedes saben recientemente se cumplieron 70 años de los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki; he tenido la oportunidad de estar varias ocasiones en la conmemoración de los bombardeos atómicos y en este año hubo más gente que nunca.
“Fueron actos muy conmovedores en muchos sentidos y con muchísima participación especialmente de invitados extranjeros”, expresó.
Destacó que en años recientes descubrió para su beneplácito que Hiroshima es la ciudad más visitado por los turistas, incluso por encima de Kyoto, Okinawua y Tokio la capital.
“Y surge la pregunta ¿a qué van los extranjeros a Hiroshima, qué es lo que buscan las personas que van a Hiroshima? Es un detalle interesante para voltear a ver a esas personas que de alguna manera todavía tienen interés en este lugar”, apuntó la autora de “Hiroshima: la censura del siglo XX” e “Hiroshima, la noticia que nunca fue ¿cómo se censura la información en tiempos de conflicto?”.
Señaló que por alguna convención numérica hay temas que reviven la atención en un aniversario con número redondos; es decir: el décimo, vigésimo, trigésimo y ahora el septuagésimo aniversario de los bombardeos atómicos y el fin de la guerra.
LA NOTICIA
QUE NUNCA FUE
González constató al visitar frecuentemente las hemerotecas de los diarios más importantes de Japón y de Estados Unidos como The New York Times y The Washington Post, que la noticia del bombardeo atómico sobre Hiroshima y Nagasaki fue distorsionada y poco difundida.
Aclaró que los japoneses de las nuevas generaciones no hablan sobre el tema porque no lo conocen, además porque la guerra es un tema tabú en muchos sentidos en Japón.
“Hubo una gran censura, propaganda y manipulación informativa que lamentablemente permeó e hizo daño, afectó de alguna manera la visión y la opinión pública de la época y que todavía está vigente.
“Este libro (‘Hiroshima: la noticia que nunca fue…’) mantiene como idea principal que la noticia del lanzamiento de la bomba atómica debió ser la noticia de mayor impacto en el siglo XX y yo considero que este hecho tenía muchos criterios para cumplían con los requisitos que exige una noticia de esta magnitud”, aseveró.
Recordó que revisó página por página de los tres diarios más importantes de Japón: “Asahi, Yomiuri y el Mainichi; y los tres diarios más importantes de Estados Unidos: The Washington Post, The New York Times y Los Ángeles Times, en los que se manipuló y se omitió mucha información sobre el bombardeo atómico.
“Cuando buscamos periódicos del 7 de agosto de 1945 en Japón, uno puede pensar que hay un gran despliegue de información sobre el tema y ¿qué encontramos? Silencio. Ningún periódico ha escrito nada, salvo el periódico Asahi, que publicó unos cuantos párrafos.
“Ese vacío en las hemerotecas en Japón, es un vacío en la historia de la humanidad, porque el país que sufrió la bomba atómica y que podía decirnos qué pasó, encontramos que guardó silencio, porque si bien sí sabían lo que era una bomba atómica (tenían cuerpos de inteligencia que escucharon el mensaje del presidente Truman), ¿por qué no informar? Porque la armada imperial tenía años manteniendo una moral de lucha y de guerra para los japoneses y si reconocían que una bomba de esta naturaleza había sido lanzado sobre estas ciudades era reconocer la derrota”, afirmó.
En lo que respecta a la prensa norteamericana, González mencionó que luego de un periodo de silencio, se desató una “explosión informativa”, lo cual generó además una manipulación informativa y por consiguiente desinformación.
DOCUMENTAL
Tantos años de investigación y un genuino interés por mostrar al mundo esta parte de la historia que es desconocida para muchos, ha dado frutos: dos libros y un documental que ya está prácticamente listo.
“Para llegar a la conciencia, el periodismo se puede aliar con el arte y la cultura popular. Con ese objetivo estamos realizando el documental `Las voces de los pájaros de papel”, en la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda en Japón”, anunció.
Su trayectoria
:: Doctora en Estudios de Asia y África, con especialidad en el área de Japón, por El Colegio de México.
:: Master en Periodismo Especializado por el Tecnológico de Monterrey y Licenciada en Ciencias de la Comunicación, por la Universidad Autónoma de Nuevo León (México).
:: Su ejercicio periodístico, iniciado en 1984 en el norte de México (El Diario de Monterrey, Multimedios Estrellas de Oro, Multivisión) como reportera, editora, productora, corresponsal internacional, conductora de noticias y subdirectora editorial, la condujo a colaborar posteriormente con medios como El Financiero, Reforma, Hora Cero, Proceso y La Jornada; a participar en programas profesionales del Canal 7 de Washington y el USA Today, además de consolidar su labor docente en el Instituto Tecnológico y en la Universidad de Monterrey.
:: Estímulos académicos y de investigación la llevaron a la Universidad de Navarra, la Sorbona de París, la Universidad de Ottawa, la Universidad de Estudios Extranjeros de Osaka, y la Universidad Sophia de Tokio. Además del apoyo del Ministerio de Cultura y Educación (entonces Monbusho), la Fundación Japón y la Asociación Internacional de Educación de Japón, contribuyeron a su preparación académica y labores de investigación en ese país.
:: En su trayectoria profesional se suman reconocimientos como el Diploma al Mérito Académico, de su alma mater (UANL); el Premio a la Excelencia Académica en Periodismo, otorgado por la Asociación Mexicana de Editores; el Premio a la Calidad Docente, y el premio Pro Magistro, de la Universidad de Monterrey. Recibió también el primer reconocimiento de la UANL al desempeño profesional de sus egresados, por parte de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, en el año 2005.