Como si fuera un mensajero de los dioses, una gran ave despliega sus alas como preparándose para volar.
Si bien está en el centro de la ciudad, este personaje sabe que debe tomar un gran impulso para llegar alto y alcanzar los cielos.
“Hay muchas leyendas de aves, como la de los Cinco Soles, de los aztecas, que explican cómo se creó la humanidad, con un águila y un jaguar. El águila se arrojó a la hoguera para convertirse en el sol”, señaló Enrique Rico Ambriz.
El entrevistado visitó la ciudad para ofrecer un taller de arte plumario en el Museo de Historia Mexicana; es danzante desde hace 14 años y realiza cotidianamente talleres del pensamiento mexicano, de elaboración de instrumentos prehispánicos y da clases de lenguas nativas.
“Para el taller de arte plumario pensamos que sería bueno hacer una danza, por lo que pensé en traer este traje”, dijo
El taller que impartió al público en general, abordó en su aspecto teórico la pluma en los pueblos indígenas, usos y significados; la pluma, tipos y partes; preparación y teoría de teñido de la pluma; los cinco amarres básicos tradicionales; técnica de pegado y elaboración de un tocado.
“Yo soy danzante como eje central de mi vida; pero el ser danzante implica aprender a hacer tu propia indumentaria, en el caso personal todo lo que visto es indumentaria mía, esto porque en la elaboración hay que hacer nuestra propia oración, para impregnarse de esa energía o esa intencionalidad de las cosas para el uso que se les va a dar”, explica quien es miembro del Grupo de Investigación y Rescate Cultural Prehispánico Yollotl Mitotilizti, que significa danza del corazón.
Señaló que el pensamiento indígena, de todas partes del mundo, implica una integración con el Universo, por lo que existe y un respeto y una búsqueda de la armonía con el exterior.
“Las plumas que uso son de cóndor, porque es un regalo del Museo de Antropología de Bolivia, que me extendieron una carta como promotor de la danza del cóndor dentro de ese país; estas plumas son de recolección, pues no falleció ningún cóndor”.
Su traje tardó en formarse hasta dos años, por la recolección del material y se demora hasta una hora en ponérselo para realizar una de sus danzas.
“Lo que queremos es revindicar el arte plumario, porque sigue vivo, porque no mucha gente lo conoce, por la concientización del uso de la pluma, que es que se distinga un poco de lo ceremonial de lo comercial, para que se puedan usar las plumas adecuadas”.
Su traje tiene tanto significado espiritual que no está en venta, dijo.
“Llegué caminando a Bolivia, siempre he buscado aprender, conocer más y he tenido la fortuna de conocer más gente”, explicó quien dirige el Grupo Iztecalli en Bolivia (que significa casa del fuego blanco).
En el taller se elaboraron artesanías con plumas pegadas con cera, además de que se repasaron varias rutinas dancísticas.
En México los máximos exponentes de esta técnica fueron los mexicas, tlaxcaltecas y los purépechas, destacando por su alta producción e increíble calidad artística.
“A estos grupos los anteceden los mayas, quienes confeccionaron grandes copillis o penachos, como se puede apreciar en las figuras pintadas en los murales de Bonampak”.
Debido a su valor, las piezas servían de moneda o como ofenda para los dioses.
REALIZAN TALLER DE MUSICA
Del 4 al 8 de agosto se realizará un taller de instrumentos prehispánicos, impartido por el propio Ambriz en el Museo de Historia Mexicana.
Los temas a abordar serán ayacaxtli (sonaja de mano), collaleras (sonaja de pie), huehuetl (tambor a base de olla de barro y cuero), tlapitzalli (flauta de carrizo) y la música en la danza.