
La Librería Terraza 27 festejó el pasado 19 de septiembre su primer año como espacio cultural en la ciudad. Muchos libros se han vendido, pero sus dueños, los también escritores Orfa Alarcón y Antonio Ramos Revillas, están contentos y satisfechos de que cada visitante que llega al segundo piso de la casa ubicada en Emilio Carranza 446 sur, se convierte en un lector -amigo- frecuente, pues este recinto fue concebido con ese propósito.
Dentro de un ambiente cálido, reposa un acervo muy vasto, pues entre su selección suman más de 165 entre editoriales y autores. Antonio Ramos Revillas obtuvo recientemente el Premio UANL a Las Artes y entre sus libros más conocidos se encuentran: “El cantante de muertos”, “Mi abuelo el luchador”, “Galaxias como nueces”, entre otros; mientras que Orfa Alarcón es la autora de dos novelas cuyas protagonistas son mujeres fuera de serie: “Perra Brava” y “Bitch Doll”.
> ¿Cómo se gestó el proyecto de Terraza 27? ¿Orfa y tú sintieron que era necesario crear una nueva librería que fuera diferente a las demás?
Todo esto empieza en la Ciudad de México donde vivíamos Orfa (Alarcón) y yo, éramos editores allá. Orfa trabajaba en Penguin Random House y yo trabajaba en Jus, y aunque estaba en Jus, asesoraba a otras editoriales mexicanas. Entonces cuando nos mudamos para acá justo empezaba en la capital el “boom” del concepto de las editoriales independientes; la Feria del Libro de Rosario Castellanos empezó por esas fechas y cuando llegamos aquí nos dimos cuenta que todavía no se había explotado ese concepto. Si bien había editoriales regiomontanas como Posdata y Vaso Roto, estas editoriales buscaban mucho la presencia en la ciudad de México y Monterrey era un canal, entonces aprovechamos los contactos que teníamos, pensamos en traer a todas las editoriales a Monterrey porque estábamos seguros de que muchas no estaban aquí.
De hecho hicimos un “scouting” por las librerías regiomontanas y nos dimos cuenta que la mayoría no estaba. Por ejemplo, fuimos a una y nos asustamos de que solamente había libros de cuatro editoriales, claro, las más grandes, pero eran las que llenaban la inmensa librería, y eso nos dio la oportunidad de ver que había un mercado para estos libros, estos autores y estas editoriales. Y así fue como inició en un primer día en el 2013 que hicimos de las editoriales independientes en un espacio que tenía José Eugenio Sánchez en el Barrio Antiguo, y de ahí surgió la posibilidad de llevar los libros a la FIL de Monterrey.
> ¿Esto les sirvió de parámetro para considerar abrir la librería?
La idea empezó muy pequeña, pues ya teníamos la editorial y pensamos en rentar una oficina, entonces mientras estábamos buscando y vimos que teníamos todavía libros de las editoriales que nos habían mandado y no habíamos regresado, por lo que pensamos: si vamos a tener oficinas, ¿por qué no tener un espacio para vender los libros? y así se fue acomodando todo de una manera muy natural hasta ya cumplir un año de tener este espacio.
> Llama la atención que Terraza 27 es un espacio pequeño pero cálido, acogedor, ¿quién se encargó de la distribución de los libros, el concepto de librería-cafetería y el decorado?
Estamos en el segundo piso porque abajo son oficinas y quien se encargó de la decoración y del diseño del logotipo y todo eso fue Orfa. Ella fue quien pensó qué tipo de muebles, el espacio y la ballena y surgió a raíz de que estábamos pensando en algo que nos permitiera jugar con el concepto del viaje y Orfa dio con la ballena, además porque ahí está Moby Dick, está Pinocho, está Jonás; pero hay una cosa muy importante y es que no sólo estamos enfocados en editoriales independientes, sino que también estamos tratando de construir un buen catálogo de libros para niños y nuestra última adquisición fueron dos editoriales: una española, que es Edelvives y una mexicana que es Tres Abejas, ya con esta se juntan a El Naranjo, Tecolote, a Petra Ediciones, a Nostra y tenemos un catálogo bastante amplio.
> Entonces ya no son 27 editoriales, ¿cuántas son ahorita?
Entre editoriales que tenemos y autores que nos han traído sus textos, la cifra ha crecido este año a 165 proveedores y de esos serán unas 120 editoriales, pues primero fueron 27 y empezamos con Almadía y después tuvimos acceso a Mo, a Los Libros del Lince y otra editorial argentina que no recuerdo el nombre. Entró Sexto Piso y con esta tuvimos acceso a la Tumbona, a Azul Plus, etcétera y así hemos ido creciendo.
De pronto también llegó Tabaquería Libros y con esta nos llegaron libros de Elephas, de De la Tour, de La Mirada Salvaje y queremos que la gente conozca los proyectos editoriales de lo que tenemos aquí en Terraza 27.
> El hecho de que tú y Orfa sean escritores, ¿favorece que tengan un ojo clínico para la selección de los libros o tienen mucha apertura en ese sentido?
En el caso de las editoriales muy grandes sí hacemos una selección, y en el caso de las editoriales que no tienen un acervo muy amplio aceptamos todo: y también tenemos hasta ahora la regla de no hacer devoluciones; es decir: si una editorial no se mueve en un año o en varios meses, tratamos de darle la vuelta para que los libros se den a conocer. Todos son libros buenos; puede ser que no haya libros para todos los gustos, pero de que son libros buenos, lo son.
Y de lo que estamos muy orgullosos también es de la sección “Narradores de Nuevo León”. Cuando la empezamos, me quedaba claro que teníamos que ser el centro de los libros de los autores de Nuevo León, y aunque no tenemos todavía los libros de Conarte, que hemos pedido con insistencia, pero por alguna razón no avanzan las negociaciones, ya tengo casi 15 editoriales regiomontanas y tengo muchos libros de autores nacidos aquí en Monterrey y esa parte ha sido muy interesante, porque al decir: “Miren, aquí están los autores de Nuevo León” y ven toda la hilera y se sorprenden.
> Pero este espacio es pequeño, ¿cuántos libros aceptan por editorial?
Aceptamos 5 libros por editorial y después vamos pidiendo más. La demanda está muy equitativo: por ejemplo vino Norma Yamille Cuéllar a traernos su novela “Quizás, Quizás, Quizás”, entonces nos deja los ejemplares y ella empieza a promocionar en sus redes que su libro está a la venta en este espacio y vienen sus amigos y conocidos a comprarlo. Y hay como una sinergia; alguien que se lleva un libro de un autor de la ciudad por lo general se lleva libros de otras editoriales, pero en lo que sí notamos un impulso muy fuerte es en la literatura infantil y juvenil; en autores de Nuevo León y también preferencia por editoriales como Almadía, Sexto Piso, ellos jalan muchos lectores.
Y hay de todo. Por ejemplo, el otro día vino una chica de Los Mochis a conocer la librería, está metida en el mundo de los libros y de pronto se llevó libros de futbol de Homo Scriptum, editorial local, pero también se llevó libros para niños, entonces eso nos queda claro que se mueve de todo tipo de libros.
> ¿Qué promedio tienen de visitantes por semana?
Nuestro promedio a la semana es aproximadamente entre 50 y 60 personas. A veces está tranquilo pero hoy viernes han venido 7 personas. Aquí vienen a tomar café y vendemos pasteles. Uno de nuestros atractivos es que también damos talleres, hemos realizado talleres de novela, de fotografía, de guión y eso ha permitido que nos diversifiquemos.
Hay un acercamiento muy padre entre los clientes-lectores y nosotros, porque la idea es que la gente llegue y se pueda quedar un rato a tomar café, a revisar con calma los libros y de pronto platicar con alguno de los autores que son parte de la familia de Terraza 27.
> Además durante todo el año tuvieron ciclos de conferencias en relación a la vida cultural de Monterrey.
Hemos tenido dos ciclos: el ciclo de Terraza Tomada que son diálogos con gente de la cultura, de la escritura sobre todo y el otro ciclo es sobre lectura de obra que son lectura de verano en la terraza. Yo creo que van a ser dos ciclos más estables.
> ¿Qué tan importantes han sido las redes sociales para promocionar a Terraza 27?
Sin las redes estaríamos muertos. Es fundamental para nosotros el uso de las redes, porque no solamente damos a conocer los libros que nos llegan, sino también los eventos y las actividades; si no existieran las redes sociales, creo que muchos negocios como el nuestro batallarían mucho más para darse a conocer, y aun así nos falta mayor difusión para que lleguen más lectores a este espacio y una vez que nos conozcan estoy seguro de que se quedarían enamorados de nuestra selección.
Acabamos de participar en la Feria del Libro de la UVM y también invitaron a la Gandhi y pues ya te imaginarás, ellos traen un camión como de tres toneladas y ponen sus mesas con todos los libros que traen y sí, todos iban a ver la mesa de Gandhi, pero luego se pasaban a la nuestra y recibimos muy buenos comentarios, en relación a que encuentran cosas que no tienen las librerías que de alguna manera ya tienen cierta posición en el mercado.
> Antonio, sobre el premio que acabas de recibir por parte de la UANL, ¿te lo esperabas, te compromete aún más en tu faceta primero como escritor, y luego como editor y promotor cultural?
El Premio a las Artes no lo esperaba, sé que había sido propuesto un par de años antes y no había ocurrido nada, pero este año pasó y estoy muy contento. Los premios llegan cuando llegan; si es muy temprano o muy tarde no lo sé, pero a mí la universidad me ha dado todo; fue en una preparatoria de la universidad donde descubrí que podía escribir y fue en una facultad donde finalmente esas cosas que hacía al “ahí se va” las pude encauzar, pude conocer un mundo y muchos amigos que a la fecha lo siguen siendo.
Entonces recibir este premio es algo que me deja sin palabras, lo recibo, lo disfruto mucho, no sé si me comprometa, porque la verdad quiero concentrarme en lo que hago; un amigo me estuvo dando mucha lata y me estuvo diciendo: “no se te vaya a subir, no se te vaya a subir”, y le dije: si me subiera, se me hubiera subido el primero que me dieron hace tiempo en 1997 que fue el premio de Literatura Joven, pero sí creo que es un incentivo muy importante, es el premio más importante, de pronto es algo muy estimulante.
> Actualmente han surgido nuevos espacios culturales con características similares, pero al mismo tiempo con un sello particular que los distingue, ¿tú consideras que pueda haber una competencia o que pueda haber una sinergia para redoblar esfuerzos en pro de la cultura regiomontana?
A mí me gusta mucho cómo está la ciudad ahora porque hay muchos eventos y muchos espacios como bien dices, y yo no los veo como competencia, son complementarios, pues cada uno tiene su encanto, cada uno ofrece cosas distintas; yo creo que la gente decide a cuál ir, y finalmente va a todos. Lo que tal vez podríamos hacer una red de espacios del centro, pero también sé que cada espacio tiene su agenda y sus tiempos.
> ¿Y tienen alguna anécdota memorable que quieras compartir?
Bueno, pues creo entre que las anécdotas memorables están ocupadas por Brandy, es el perro que es de la gente que vive al fondo de la casa, y Brandy es el único que ha estado en todos los eventos culturales de Terraza 27, ya sea durmiéndose debajo de la mesa, incluso ha orinado maletas de gente que nos visita, recibe a otros perros, porque a veces hacemos rescate de animales; ah y también hemos recibido autores en calidad de “incógnitos” porque no quieren que sepan que están en Monterrey, y nos pasa muy seguido que tenemos mucha interacción con la gente en las diferentes ferias que se organizan en la ciudad.