
Una escultura de casi 20 metros de alto y 38 toneladas de peso recibe a los estudiantes y visitantes de la Universidad de Monterrey (UDEM) desde el pasado viernes 3 de mayo, en la nueva puerta de entrada a la institución ubicada en el municipio de San Pedro, Garza García.
Se trata de “Teorema lunar”, la imponente creación del artista zacatecano Manuel Felguérez, que fue instalada en 1982 frente al complejo industrial Akra y permaneció ahí hasta el 2009. Posteriormente fue recuperada por el grupo Alfa y donada a la institución educativa.
“Teorema lunar” se encuentra entre el Centro Roberto Garza Sada, realizado por Tadao Ando y el edificio Estoa, proyecto arquitectónico diseñado por Tatiana Bilbao, que fue inaugurado el pasado lunes 6 de mayo.
La ceremonia de inauguración de la escultura “Teorema Lunar” se realizó en el marco del 50 aniversario de la UDEM y develaron la placa: Álvaro Fernández Garza, presidente del Consejo de la institución, el rector Mario Páez González y el propio autor, quien estuvo acompañado por su esposa, Mercedes Oteyza.
Felguérez tuvo un encuentro con profesores y estudiantes de la UDEM con quienes habló de su trayectoria de 70 años, con una gran producción de obras públicas.
“Creo que he hecho una obra pública por año”, dijo.
Recordó sus primeras visitas a esta ciudad cuando era invitado por el promotor cultural y galerista Guillermo Sepúlveda, quien quería introducir el arte moderno a Monterrey.
“Dos de las más importantes esculturas públicas que pude hacer fueron la que ahora se llama ‘Teorema lunar’ y la del Planetario (Alfa). Esas son mis dos grandes obras en Monterrey en los años setentas.
“La que está aquí es del 78, o sea, de hace 40 años. Se dice poco, pero para mí es la mitad de mi vida, prácticamente”, manifestó el escultor zacatecano.
Dijo que Margarita Garza Sada fue quien le pidió la obra para la fábrica de Akra con un presupuesto de un millón de pesos.
“Se uso la lámina que más aguantara, pero que fuera la más barata. Eran costillas de ángulo, todo tenía que estar más delgado para que fuera más barato y diera mayor superficie”, comentó.
Explicó que para la elaboración de esta pieza de gran formato se ahorró en la cimentación , material y en la mano de obra, porque la hicieron los mismos obreros de Akra.
“La escultura la construyeron los obreros de la fábrica, y por un lado era simbólico, porque ahí había soldadura, un taller, entonces, la mano de obra fue gratis con el material más barato.
“Para mi fue como dibujar en el cielo, dibujar en el aire algo muy delgado, no podía poner nada pesado, porque no podía haberla hecho”, expresó.
Se mostró complacido y contento de ver ahora su “Teorema lunar” en este nuevo espacio rodeado de estudiantes y profesores.
“No saben el gusto que me da venir ahora de invitado y además ver mi escultura que está entre este maravilloso edificio de Tadeo Ando y el de esta muchacha Tatiana (Bilbao)”, manifestó.
CREATIVIDAD COLECTIVA
Por otro lado el artista recordó cuando junto con los intelectuales de la época formaban una gran comunidad en la que había muchas colaboraciones, como las que el tuvo con Alejandro Jodorowsky y Octavio Paz, por mencionar algunos.
“En todas las artes hubo una renovación. Para colmo, nos tocó la suerte de ser una generación ínter relacionada; es decir, nuestros amigos era los escritores, los músicos, otros artistas y más o menos siempre buscábamos la forma de cooperar unos con otros en lo que fuera.
“Por ejemplo si los de cine no podían hacer cine, porque el sindicato no los dejaba, pero hacían una revista Nuevo Cine que los pintores teníamos que ilustrar y además donar obra, grabados y dibujos para que se vendieran y pagar la revista. Así como eso, había otros ejemplos de que siempre había relación y entonces fue una época muy creativa a fuerza”, destacó.
Señaló que a su generación le tocó romper con la Escuela Mexicana cuya bandera era “no hay más ruta que la nuestra”, y su arte era principalmente nacionalista que a decir de Felguérez no era original en su planteamiento, ya que éste surge en Europa en plena Guerra Mundial.
“El nacionalismo fue el peor enemigo que echó a perder muchos movimientos artísticos durante las dos guerras, pero el arte moderno surgió al mismo tiempo porque la famosa Escuela en París, totalmente internacionalizada, aguantó toda la guerra y casi al final los artistas emigraron a Estados Unidos.
“Y todos ellos llegaron como refugiados, incluso a México- el grupo de los surrealistas- porque habían sido perseguidos en parte por pertenecer al grupo de los que hacían arte moderno”, señaló Manuel Felguérez.