Aunque Jorge F. Hernández no estaba frente a su clase de Show and Tell de los lunes en una escuela de Washington D.C., sí “presumió” a la comunidad universitaria que asistió a la inauguración de la Escuela de Verano, que fue amigo de Carlos Fuentes, colaborador de Octavio Paz en la Revista Vuelta, y que convivió de cerca con Gabriel García Márquez.
A manera de “stand up”, el historiador, novelista y columnista dictó la conferencia Vidas de letras, donde compartió algunas experiencias que tuvo con los grandes de la literatura latinoamericana.
De Carlos Fuentes recibió los primeros consejos para ser escritor, pero sobre todo, buen lector. Con Octavio Paz descubrió que tenía una voz que podía imitar, lo que le costó una buena regañada del poeta, una tarde en el hotel Camino Real.
Y es que, además, Jorge F. Hernández tiene la habilidad de ser un buen contador de historias, que acompaña con imitaciones de los respectivos personajes, por lo que su exposición ante el rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Rogelio Garza Rivera, del Secretario de Extensión y Cultura, José Garza, así como de directores de facultades, funcionarios universitarios y estudiantes, resultó muy amena e interesante.
Al iniciar su conferencia, dijo que esta participación en la UANL era uno de los momentos más “intensos” que había vivido, tan sólo era superado por el “odio” que sentía por Luis Rey, refiriéndose a la bioserie sobre el cantante Luis Miguel que se transmite por Netflix.
Agradeció a José Garza la invitación a inaugurar la Escuela de Verano edición 2018, ya que desde hace tres años vive en Madrid, contratado por el periódico El País.
“Desde hace tres años me la paso la mayor parte del tiempo en silencio, leyendo, releyendo, escribiendo y haciendo dibujos; en realidad, hago lo mismo que hacía desde los siete años de edad, lo cual no tiene ningún chiste”, expresó.
Y agregó: “Cuando me pidieron que hablara hoy, decidí que fuera un pretexto para hablar de las vidas de letras de las personas que me ayudan cada 24 horas a convencerme de que soy escritor. En realidad, leo más que escribo, pero sí escribo diario, a veces un párrafo, a veces una página, el otro día por culpa de ‘Luisito’ Rey escribí siete páginas, era un plan para asesinarlo, pero me dijeron que ya se había muerto y tiré las siete páginas”, relató provocando la risa de los asistentes.
En un momento más serio, reconoció que “un escritor se debe a los libros que ha leído, se debe a la imaginación que queda plasmada en las libretas de distintos tamaños que cargó desde niño. Un escritor se debe a la memoria que uno trata siempre de eternizar como el único medio posible para hablar con los abuelos que ya no están. Porque yo también le debo a mis abuelas la manera en que intentaban controlarme contándome cuentos.
“De manera que, cuando yo decidí que iba a hablar de Vidas de Letras, pensé que debería rendir un homenaje a mis maestros “, señaló Hernández, quien ha escrito cinco libros de cuentos, ha publicado cinco libros de ensayos y dos de las cinco novelas que ha escrito.
Posteriormente, compartió la anécdota sobre su primer encuentro con Carlos Fuentes. Como su papá era diplomático, la familia vivía en Washington D.C., y en la escuela tenían los lunes una clase “Show and Tell”, en la que los alumnos preparaban un tema sobre anécdotas particulares o ciertos objetos que llevaban especialmente para la clase.
Una vez, su papá lo llevó a conocer a Carlos Fuentes a la Biblioteca del Congreso, y al lunes siguiente, contó a sus compañeros la experiencia.
“Pedí ser el primero en pasar al pizarrón y les dije que había ido a la biblioteca más grande del mundo, y que el dueño era mexicano. Y que había entrado con mi papá, pero ahora yo podía entrar solo, porque ahí me van a enseñar a hablar español sin acento gringo”, recordó.
Cuando la maestra supo que se trataba de la Library Congress, le aclaró que no era propiedad de ningún escritor mexicano. Y aunque se sintió algo decepcionado, continuó visitando al autor de La región más transparente, y se hicieron amigos.
Sobre Octavio Paz comentó que cuando escuchó su voz por primera vez, se desconcertó un poco, y como tiene facilidad para imitarlo, lo hacía a la primera oportunidad, hasta que esto llegó a oídos del poeta, quien lo citó una tarde en un hotel para reclamarle.
Otro de los escritores con los que tuvo un fuerte lazo de amistad fue Gabriel García Márquez, pero aclaró que no fue la literatura la que los unió, sino la enfermedad.
“Tuve el privilegio de ser amigo de García Márquez, al igual que sus hijos, sus nietos, que son los mejores amigos de mis hijos, pero sobre todo porque nos atendimos el cáncer con la misma oncóloga, y en realidad por eso nos hicimos amigos; mucha gente cree que fue por la literatura, pero la verdad es que íbamos juntos al hospital”, mencionó.
Finalmente, agradeció a todos los escritores que de alguna manera influyeron en su quehacer literario y en su vida.