Para entrar al mundo de Antony Gormley es mejor llegar con los ojos cerrados. El encuentro que tiene el espectador en las salas de Marco lo lleva de sorpresa tras sorpresa.
¿Qué tiene de especial el escultor ganador del premio Turner?
Empieza primero con la sala Attotment. Una multitud de esculturas de cemento recibe al visitante en grupos. Para el artista la visión familiar es elocuente y será colocada en algún lugar público.
“Esta es la clave de la exposición. Fueron 300 personas que participaron en este proyecto para crear bloques. Pueden pensar en que pueden identificar sus cabezas y sus formas, en conjunto es una pieza que forma una gran área, que pensamos colocar en algún lugar público de Monterrey”, dijo el artista.
Señaló que esto creará un momento memorable en el arte de la cultura de la ciudad.
“La gente puede caminar en medio de las esculturas, como si hubiera avenidas, y puede encontrar relaciones; los niños pueden esconderse en ellas como si fuera un juego; hay relaciones entre adultos, entre pequeños, como si se tratara de relaciones sociales cercanas”, explicó Gormley.
Un hombre y un perro, hechos de bolas de acero conviven en otra sala. La obra Cuerpos en espacio incluye imanes con los cuales se puede jugar.
“El sentido de gravedad en los objetos se presenta; vemos la ilusión de ver cómo se transforma en formas y cambia lentamente; traté de hacer una especie de relación divertida entre los cuerpos, para ver cómo se atraen unos con otros, como ocurre del hombre y el perro, que en la historia sucede”.
Después un cuarto lleno de pan de caja presenta al espectador una sensación de seguridad. Será que es el alimento más común del pueblo, pero usado en un contexto diferente.
“Esta obra nos lleva a la imaginación, vemos que el pan sostiene la vida, pero que regresa a una ilusión con el individuo que lo contiene; al mismo tiempo nos cuestionamos qué sentimos al ingerir el pan, lo que contiene y nos prepara este mundo para ver el campo de una diferente manera”.
Algunas personas querrán tocarlos, a lo que el artista se mostró dudoso.
“Pero lo que sucede es que las rebanadas fueron tratadas para ser presentadas; son cerca de 2 mil 300, pero para mí es claro que la exhibición sea presentada de una manera agradable para la gente”.
En otra área miles de figuras pequeñas de barro rojizo inundan la última sala. La sensación de sorpresa es inevitable.
“No quise presentar ladrillos, sino piezas únicas hechas por un grupo de artesanos; fueron hechas con varias familias y hasta el artista Gabriel Orozco participó en este proyecto; se tardaron cerca de 4 meses para lograr toda la producción, con tierras diferentes para preguntarnos qué es lo que estamos haciendo en el campo”.
Luego de visitar el salón exterior de esculturas, el artista tomó una decisión poco usual, que era colocar las figuras hechas de baras de aluminio en lo alto de las paredes.
“No quería luchar con este bello patio arquitectónico, ni con el piso lleno de piedras de río, por lo que decidí que las esculturas fueran colocadas en lo alto”.
En el segundo piso del museo, las sorpresas continúan con una serie de proyectos que incluyen innovadoras propuestas artísticas.
“Estas impresiones son parte de mi cuerpo, está mi boca, mis piernas, lo que pensamos es como un índice, que se mira fuera de la luz; también hay una relación entre la oscuridad y el cuerpo”, expresó sobre una serie de litografías realizadas en blanco y negro.
Una serie de personajes realizados en base de aluminio, como si se tratar de imágenes pixeleadas, llevan al espectador a una nueva sorpresa.
“Las medidas están hechas de manera proporcional desde un pequeño dedo; luego viene la palma u otra parte, realizadas con una tecnología muy avanzada; los pequeños bloques corresponden a un octavo de cada uno, por lo que hay más de sesenta posiciones de las piezas”, indicó quien cuenta con exposiciones en museos de todo el mundo.
Un cuerpo tirado al piso, uno de pie y otro colocado en una esquina de la sala, fueron colocados para dar la imagen de naturalidad.
“La idea del matrix llega porque está en oposición con la gravedad; además la situación del cuerpo está en armonía con el medio ambiente”, dijo en inglés.
También el proyecto denominado Aprendiendo a Pensar, es presentado como un reto por la sala, pues se creado originalmente para la antigua prisión de Carolina del Norte y tiene cinco contenedores en forma de cuerpo humano cuyos cuellos atraviesan el techo de la habitación.
“Estamos viendo el fondo de una alberca, como si un grupo de personas desapareciera; pero también nos referimos a otro espacio, al de la conciencia a la que no tenemos acceso; un grupo de balas representan las semillas de lo que ocurre entre la vida y la muerte”.
Llegamos a una sala que contiene una gran escultura que con más de mil piezas de hierro y que fueron soldadas en este espacio.
“En este lugar lo que hicimos es realizar la escultura en esta sala, ocupando todo el área, porque de hacerla vertical podría medir más de 54 metros de altura; lo que hicimos entonces fue medir la arquitectura, por lo que nos sujetamos a la condición de este cuarto”.
Como en todos los proyectos, los visitantes pueden ingresar dentro de las esculturas y sentirse parte de ellas.
“Me gustaría ver esta escultura en otra área, que podría hacerse en la Ciudad de México”, indicó.
Otra obra fue realizada con la sombra de sus pies, como si la piel se extendiera y pudiera desprenderse. Lo mismo ocurre con la obra Insider que representan a figuras humanas, cinco piezas que representan el momento interior y realizado en el contorno del artista.
“Hay mucho espacio aquí, aquí está la memoria del cuarto, que recibe por medio de una luz y se recarga con una luz”, dijo sobre una de las piezas más memorables en un cuarto oscuro.
La estructura de madera está colocada de tal manera que pareciera una representación gráfica, en la que como las anteriores, los visitantes pueden ingresar en ella y sentir de cerca la experiencia.
El recorrido termina con una escultura sobre la reflexión de una escultura colocada a manera de espejo.
“Es importante ver el reflejo, ¿dónde ocurre? ¿de qué lado? Creo que debemos de pensar en la relación entre las imágenes y las ideas, sobre la reflexión física y los pensamientos”, dijo.
Los horarios del museo son martes, jueves, viernes, sábado y domingo de 10:00 a 18:00 horas, miércoles de 10:00 a 20:00 horas. Lunes cerrado y miércoles entrada libre.