
Sobre aviso no hay engaño: más de seis mil espectadores prácticamente no tuvieron tiempo ni de respirar durante la ejecución de Sép7imo Día No descansaré, espectáculo que combina la música de Soda Stereo con las acrobacias del Cirque du Soleil en la Arena Monterrey.
En la apertura de la gira por México, que incluye 10 fechas tan solo en la Sultana del Norte, los asistentes apreciaron la reinvención de clásicos musicales de la banda argentina, con las coreografías y artes escénicas complementadas con efectos visuales, marca de la compañía circense.
Entre cuadros coreográficos ejecutados de manera muy rápida, combinados con piezas más lentas, varias de ellas sampleos o esbozos de canciones, transcurren las casi dos horas del viaje musical guiados por la voz del desaparecido Gustavo Cerati y su guitarra eléctrica, mejorados con los arreglos y selección hechos por el bajista Héctor “Zeta” Bosio y el baterista Charly Alberti.
La interacción del público con los ejecutantes de las coreografías y acrobacias, principalmente quienes estaban en cancha frente al escenario, permitió darle un sentido más intimista a la velada durante la presentación de temas como Té para Tres, donde se canta junto a una serie de fogatas; o en Hombre al Agua, con los acróbatas inmersos en una pecera de tamaño natural.
Con 21 cuadros o temas ejecutados, aunque el número de canciones es mayor, el estribillo que reza No descansaré, del tema Séptimo Día, que da título al espectáculo del Cirque du Soleil, se vuelve realidad.
De manera ininterrumpida se van sucediendo casi sin pausa el recorrido musical-visual-dancístico, con un sonido envolvente al estilo concierto de rock, y con juegos de luces a veces intensas y otras tenues, para crear atmósferas surrealistas, psicodélicas, minimalistas y algunas con dejos de ciencia ficción.
El recorrido por la música de Soda Stereo inicia con (En) El séptimo día, en el que tres ruedas de molino circulan entre el público mostrando en sus exteriores imágenes de Cerati, Alberti y Zeta en su niñez, mientras un joven realiza acrobacias sobre una plataforma que se convertirá al paso del espectáculo en un mapamundi, un jardín, una cárcel y un escenario de conciertos.
Sigue el tema Cae el Sol mezclado con Planta, en donde los ejecutantes, en forma surrealista y psicodélica recrean un jardín que cobra vida.
Tras el primer impacto sonoro y visual, pareciera que el público despierta de un sueño. Y no es para menos. Como tejidos con el hilo más fino se entremezclan los temas Picnic en el 4to B, Te Hacen Falta Vitaminas y Mi Novia Tiene Bíceps, en el que la adrenalina corre por los multiescenarios, y mientras diversos personajes ejecutan bailes aéreos.
Una amalgama que rayó en lo virtuoso es la ejecución de la pieza Ella Usó, Un Misil, en la que la instrumentación de Ella Usó mi Cabeza Como un Revólver se mezcla, como si fuera un tema único, con las vocales de Un Misil en mi Placard. Todo en apenas un minuto 30 segundos.
De un plano relajado sigue el viaje cuesta arriba con el tema Prófugos, que contiene elementos de la versión de estudio y varias versiones en vivo de algunos de los clásicos en vivo de Soda Stereo.
Más canciones sabiamente mezcladas son Planeador, en la que se usan sus partes vocales y elementos de Disco Eterno.
Y qué decir de Persiana Americana, tema con el que la banda argentina se dio a conocer en México. Los dos músicos sobrevivientes buscaron para este espectáculo elementos de la versión de estudio y varias versiones en vivo. Una joya que dura 3:38, pero que el público atesorará por más tiempo.
La sucesión de éxitos musicales acompañados por las coreografías del Cirque du Soleil parecía interminable, como las imágenes y efectos visuales creados para este espectáculo: Signos, Un Millón de Años Luz, Luna Roja y Cuando Pase el Temblor son apenas un esbozo tenue del gran final que se acerca.
En Hombre al Agua, con un sampleo de Sueles Dejarme Solo, el público virtualmente se rindió al legado musical del trío argentino, y magistralmente documentado para Sép7imo Día.
Si bien el recinto de la Arena Monterrey no se vino abajo con las primeras notas de En la ciudad de la Furia, casi lo hacen durante los tres minutos en el que se recrearon las celdas de una cárcel en las alturas del inmueble, en donde tres hombres luchaban por su libertad.
El popurrí que incluyó a Primavera 0 como apertura y con guiños a Secuencia Inicial, Claroscuro, Toma la Ruta, Final Caja Negra y Ameba, encaminó a los espectadores hacia la cúspide del espectáculo, en donde las emociones por ver y escuchar se entremezclaron con la nostalgia y la adrenalina.
El final apoteósico, con gran parte del público saltando, se da cerca de la medianoche con De Música Ligera, en donde toda la compañía del Cirque du Soleil toma por asalto el escenario y una rampa, para ejecutar de manera sincronizada y a alta velocidad acrobacias de alto riesgo.
Sí, la promesa se cumplió: no hubo descanso en este Sép7imo Día.