Múltiples factores determinan el crecimiento normal o regular de un individuo y no sólo es cuestión de genética, pues también influyen la nutrición, las hormonas y las enfermedades congénitas.
La estatura promedio en México se estima en 1.67 para los varones y 1.57 para las mujeres, y por razones estéticas las personas de ambos sexos buscan agregar más centímetros a su estatura.
El endocrinólogo pediatra, Óscar Flores Caloca, presentó un estudio sobre la frecuencia de la talla baja en los menores y las acciones que los padres pueden llevar a cabo para que su niño o niña tenga un desarrollo adecuado.
El especialista indicó que el crecimiento humano es un proceso biológico que se extiende desde la vida intrauterina hasta la finalización de la maduración esquelética y sexual.
Comentó que si un niño es detectado con problema de crecimiento se deben de modificar hábitos como el dormir las horas suficientes, prácticar algún deporte y tener una buena alimentación.
“El crecimiento es un factor de bienestar. Cuando vemos a un niño que no crece hay que descartar por obligación que no tenga una enfermedad”, apuntó.
Explicó que en el caso de que se encuentre una anomalía, el médico debe valorar qué es lo que está provocando el lento desarrollo del infante, ya que entre los 4 y 10 años, las enfermedades que pueden afectar su crecimiento son las de tipo renal, enfermedades hematológicas, enfermedades cardíacas, anemias o parasitosis.
“Lo primero que hacemos para un diagnóstico es empezar a preguntar sobre abuelos, tíos primos. Sabemos que la talla se hereda y preguntamos cuándo empezó el desarrollo, la pubertad de los papás.
“Tomamos en cuenta los antecedentes prenatales. Ahorita sabemos que la gente pequeña, es decir, los niños que nacen chiquitos, son niños que si no recuperan talla para los cuatro años, se les da la indicación formal de tomar hormona de crecimiento, tanto en Estados Unidos, Europa y Asia”, abundó Flores Caloca, quien actualmente es profesor del área de Endocrinología en el Departamento del Pediatría del Hospital Universitario.
Agregó que incluso piden fotografías familiares para observar si en algunos de los parientes existe algún indicio de talla baja.
HORMONA DE CRECIMIENTO
Flores Caloca, quien está al frente de la Clínica Cresco, enfatizó que una vez que se tomaron cartas en el asunto en relación al cambio de hábitos, en la comida, sueño, ejercicio y no se obtienen resultados, uno de los tratamientos que recomienda es la hormona de crecimiento.
“La hormona de crecimiento se produce en el cerebro durante la noche, por eso es bueno que los niños deben dormir sus nueve horas”, destacó.
Refirió que la hormona de cecimiento es una sustancia que el organismo produce de manera natural, pero cuando existe una deficiencia en cantidad o calidad, se debe sustitutir por la que actualmente se obtiene por ingeniería genética.
La hormona de crecimiento aprobada por la FDA (Foods and Drugs Administration) se aplica en los siguientes casos: déficit de hormona de crecimiento (natural); Síndrome de Turner; Insuficiencia Renal Crónica; y Síndrome de Prader-Willi.
Destacó que anteriormente la hormona de crecimiento venía contaminada y es por ello que desde 1985 existe la llamada recombinante, la cual ha probado a lo largo de 20 años que es segura para su uso, no produce cáncer ni genera deformidades.