
Las botas, el acordeón, los chalecos con barbas, las glorias, el machacado y la música norteña, cada uno de estos elementos forma una parte importante de la cultura noreste.
Pero con el paso del tiempo, las costumbres regionales poco a poco van pasando a segundo plano, provocando que las nuevas generaciones no la conozcan.
Es por eso que el Museo de Historia Mexicana, a través de sus cursos de verano, se dio a la tarea de enseñar un poco más del tema a los niños y adolescentes.
Durante una semana, los tutores y voluntarios expusieron a pequeños entre los 4 y 12 años diferentes aspectos de las costumbres en Nuevo León, como su gastronomía, su cultura y música tradicional.
Para afianzar el conocimiento por parte de los menores en cuanto a la música típica de Nuevo León, se organizó una plática con Chuy Saldaña y sus Norteños en el Auditorio del Museo del Noreste.
“Buscamos una persona joven que supiera tocar y que ya lo hiciera en forma profesional para que canalizara a los niños en la música norteña y conseguimos a Chuy, que tiene su grupo y toca el acordeón”, comentó Elvira Ramos, jefa de comunicación del museo.
Poco más de 100 niños disfrutaron de la plática del joven grupero, quien iba acompañado de Alex Castillo, bajo sexto en el grupo.
Durante la charla, los músicos compartieron con los pequeños cómo empezaron a tocar sus instrumentos y el comienzo de su carrera musical.
“Éramos amigos de la colonia y lo empezamos a armar cuando teníamos 8 o 9 años; se fue dando por las amistades. Comencé a tocar el acordeón gracias al papá de un compañero que estaba conmigo en la primaria, era acordeonista y me enseñó y empecé a agarrar práctica”, comentó Chuy.
Los jóvenes también demostraron sus conocimientos sobre los instrumentos típicos de la música norteña al explicarle a su audiencia la diferencia de un acordeón cromático (de teclas) y diatónico (de botones), y entre un bajo y bajo sexto.
Todos los niños escuchaban con atención las palabras de Chuy y Alex, e incluso algunos se aventuraron a realizarles algunas preguntas sobre su grupo, sus inspiraciones y el tiempo que invierten para practicar antes de sus presentaciones.
Además, los gruperos aconsejaron a los niños a no dejar sus estudios y ellos mismos se pusieron de ejemplo, ya que a la par con su carrera musical ellos siguen tanto en la facultad como en la preparatoria, respectivamente.
Para no salirse mucho del tema, los artistas interpretaron dos canciones típicas del género norteño: el “Chotis Monterrey” y el “Corrido de Monterrey”, con los que cautivaron a todos los alumnos del curso presentes e incluso los pusieron a bailar desde sus asientos.
Con este final muy norteño se dio por concluida la semana de cultura noreste en el curso de verano.