El artista italiano Michelangelo Pistoletto escribió el manifiesto El tercer paraíso (Il Terzo Paradiso) en el 2003 y creó un símbolo que ha sido reproducido en varias partes del mundo y ahora habrá otro más en El Parque Fundidora, gracias al esfuerzo de varias voluntades.
El diseño del Terzo Paradiso es la reformulación del signo matemático del infinito, con la variante de un círculo extra, es decir, queda un círculo más grande en medio y otros dos más pequeños a los extremos.
Este concepto es la fusión entre el primer y el segundo paraíso. El primero es el paraíso en el que los humanos se integraron completamente en la naturaleza. El segundo es el paraíso artificial, desarrollado por la inteligencia humana para proporciones globalizadas a través de la ciencia y la tecnología.
El tercer paraíso es la tercera fase de la humanidad realizada como una conexión equilibrada entre el artificio y la naturaleza.
La Fundación Pistoletto, la Fundación Advento, Hert Ego Pryojects AC y Las Artes Monterrey en colaboración estratégica con el Parque Fundidora y la Subsecretaría de Turismo de Nuevo León, lograron que Monterrey sea una embajada del Terzo Paradiso, una escultura pública construida con ladrillos.
La instalación de la primera piedra se realizó el pasado sábado 22 de febrero con la presencia de Michelangelo Pistoletto, quien estuvo acompañado de su esposa y de los curadores Fortunato D’Amico y Raymundo Sesma, quienes ofrecieron la conferencia “El arte por la regeneración social”, previa a la ceremonia de inauguración.
Pistoletto, nacido en Biella, Piemonte, es un artista y teórico del arte italiano, considerado uno de los principales representantes del arte povera. El artista señaló, entre otras cosas, que el arte tiene un gran impacto en la sociedad.
Sobre Citadellarte, de la cual es fundador, señaló que es un centro cultural en el que se canalizan ideas y proyectos que combinan la creatividad, la educación, la ciencia, la ecología, política y espiritualidad.
“La Cittadellarte (Ciudad del Arte) es un modo para transformar en práctica las ideas de fondo que el arte debe actuar a través de los diversos sectores de la vida social.
“Es el punto de enlace que debe regenerar continuamente a todos estos sectores. Yo escribí un manifiesto (Progetto Arte) en 1994 en el que decía que era el momento del artista debería asumir su responsabilidad de estar en contacto con todos los sectores de la vida que integran la sociedad”, afirmó.
Subrayó que la creación conlleva una responsabilidad, ya que no se trata solamente de la obra del artista a nivel personal, sino que tiene que ver cómo repercute en el entorno.
“En este punto la obra se vuelve una obra de interconexión creativa entre varias capacidades creativas y no sólo por la búsqueda profesional del arte, sino en todas las profesiones que no pueden prescindir de tomar acciones porque la sociedad se recrea continuamente, el arte es el motor de fondo que sale del estudio del artista para entrar el laboratorio de la sociedad”, argumentó el artista italiano.
EL “TERZO PARADISO” EN FUNDIDORA
Monterrey se ha convertido en la embajada del “Terzo Paradiso” y comparte esta distinción con otras ciudades como París, Nueva York, Bruselas, Ciudad de México, La Habana, Tokio y Sidney, por mencionar algunas.
La escultura pública está formada con ladrillos sobrepuestos y estará ubicada frente al Horno 3.
Según la curaduría de D´Amico y Sesma, la utilización del ladrillo se debe al concepto de construcción como noción constructiva, que nace como una arquitectura social, como algo que se construye permanentemente, como ícono también abierto y participativo, como vínculo y producto de la tierra.
Es una obra que entiende el sentido del cambio en el proceso social, en el sentido de activación (provocación) por parte del artista como sujeto consciente e involucrado en los procesos que trasforman el contexto social donde habita.
Pistoletto manifestó sentirse muy contento de que una reproducción de su símbolo emblemático se quede en un lugar como el Parque Fundidora.
“Es un lugar demencialmente interesante porque es por sí mismo toda una escultura y además lo increíble que en el mismo año cuando han tomado este lugar para convertirlo en un lugar donde se encuentra el arte, yo también había creado en Biella la Cittadellarte, recuperando las viejas estructuras.
“Pero son diferentes. Aquí tienen los restos de las máquinas donde fundían el acero y allá en Biella era donde fabricaban telas, pero la necesidad de recuperar el pasado y darle vida nueva, porque el pasado tiene una energía extraordinaria que debemos utilizar para ver una perspectiva hacia el futuro”, concluyó Michelangelo Pistoletto.