Cuando se piensa en artesanías, por lo regular se evocan piezas producidas en el centro y sur de la república, pero gracias a la creatividad de quienes desde aquí trabajan la joyería de autor, la elaboración de muebles, instrumentos musicales y otros artículos, Nuevo León ya es considerada tierra de artesanos.
El pasado 10 de septiembre se inauguró la muestra Nuevo León Artesanal, en el Museo Estatal de Culturas Populares, misma que reúne 300 objetos entre los que se encuentran sillas de montar, alebrijes, instrumentos musicales de quiote, pequeñas esculturas moldeadas en diferentes materiales y otros objetos.
Gerardo Nevárez, director del recinto donde se exhiben estos productos, señaló que Nuevo León tiene su propia producción artesanal, misma que ha crecido en los últimos años, según una investigación realizada con el propósito de conocer la manufactura que se realiza en los municipios del estado, y que fue hecha por la Dirección de Desarrollo y Patrimonio Cultural de Conarte, en conjunto con la Dirección de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura.
“La exposición de Nuevo León Artesanal se realiza con los resultados de un proyecto titulado Programa de Catalogación de Artesanías, que fue hecho con el propósito de reconocer y conocer a quienes conservan las técnicas y tradiciones de las manufacturas a mano con elementos y materiales de la región en la elaboración de productos artesanales”, explicó.
Por su parte, Alejandro Rodríguez Rodríguez, director de Desarrollo y Patrimonio Cultural de Conarte, señaló que acaban de firmar un convenio con Fondo Nacional para el Fomento a las Artesanías (FONART).
“Para nosotros es un orgullo ver el trabajo de los artesanos, y sobre todo ir posicionando el tema de la artesanía aquí en el Museo de Culturas Populares”, manifestó.
Entre las obras que se exhiben en este espacio ubicado en el Barrio Antiguo de la ciudad, destacan la joyería de autor, en la que dos de las participantes experimentan con materiales como la cerámica y la piel de cabrito, respectivamente.
Se trata de la artista Carmen Lozano, quien desde hace años trabaja en diferentes proyectos, entre ellos la joyería. Ella comenta que se atrevió a usar la cerámica para hacer la serie que presenta en esta exposición.
“He bordado ostias, he hecho esculturas de 100 kilos de jabón zote, entonces ahora estoy explorando la joyería y estoy fascinada; pero me gusta ser desobediente. Yo trabajo con cerámica, y normalmente ésta no es apropiada para la joyería, pero es la que estoy utilizando es especial, porque es muy ligera.
“Las piezas que vemos aquí tienen un acabado de hoja de plata con pigmentos, y es que a mí me gusta trabajar con los acabados, con una forma diferente. Por ejemplo, cuando trabajaba con las esculturas de jabón de lejos parecía alabastro, porque mi intención es darle una apariencia diferente”, indicó Lozano.
Miriam Vargas, otra de las expositoras, también se dedica al diseño de joyería de autor, misma que realiza al tejer el hilo de plata y más recientemente ha incursionado en crear accesorios con la piel de cabrito.
“En realidad yo soy diseñadora de joyas y por lo general trabajo en plata, este es como un experimento. Me gusta experimentar con el material que encuentro en Nuevo León y entonces me gustó la piel.
“Pensé en combinar la joyería formal con este tipo de piezas que puede tener doble uso, porque pueden usarse como pulsera, o como sujetador de bufandas o pañoletas”, expresó.
Recorriendo los pasillos del museo, los visitantes encontrarán un segmento de instrumentos de cuerda elaborados por el maestro laudero Cirilo Gauna, un artesano que se ha dedicado a producir violines y guitarras, así como nuevos instrumentos de cuerdas con el quiote (la flor del maguey) y hasta con los caparazones de los cocos.
“La inquietud de construir instrumentos es porque desde que era pequeño y vivía en el Álamo, Santiago, Nuevo León, me di cuenta que Santa Claus no conocía para allá, entonces eso nos obligaba a producir nuestros propios juguetes y hacer trabajos con madera”, recordó el maestro laudero.
El maestro Cirilo empezó a utilizar el quiote para hacer algunos instrumentos de cuerdas a los que ha bautizado a uno como “quiolín”, y otro que llamó “cocolina”, porque los cocos son la materia prima utilizada para hacer esta singular mandolina.
“Esta es la ‘cocolina’. Lo hice con las dos mitades de un coco; a este instrumento lo he disfrutado mucho porque compro los cocos: primero me tomo el agua y después la pulpa, posteriormente hago el instrumento y luego lo vendo”, expresó.
Gauna dijo que el precio es justo si se considera que se le dedica un tiempo especial a cada pieza, pero que en promedio pueden costar de tres a cinco mil pesos.
“El sonido y la resonancia de un instrumento musical está en la calidad de las maderas y la construcción, es decir, hay que tener mucho conocimiento para trabajar la madera”, explicó.
El maestro Cirilo Gauna Saucedo señaló que su trabajo ha sido mostrado en el Museo Smithsonian de Washington D.C., y uno de sus violines de quiote viajó a Italia.
El creador de violines y guitarras espera que no se pierda esta tradición, por lo que hace un llamado a las autoridades para que le brinden un espacio y continuar con su taller de laudería.
Los interesados en obtener más información pueden localizar al maestro en los teléfonos (83) 88-04-37 y (811) 051-89-47.