Aunque ha vivido una serie de cambios políticos y sociales, Cuba sigue teniendo un encanto especial que no se pierde ni siquiera en el invierno.
La isla participó en un proceso electoral para seleccionar a los delegados a las asambleas municipales del poder popular, una especie de jefes de manzana cuyo cargo ejercen sin sueldo.
Los ciudadanos emiten su sufragio de manera directa y colocan sus votos en urnas que son custodiadas por niños, quienes anuncian cada vez que alguien vota. v