La enuresis, que es la micción involuntaria que suele ocurrir durante la noche en niños y niñas, es perfectamente tratable y ya no será una pesadilla para quienes la padecen, pues con el diagnóstico y tratamiento adecuados, los pacientes recuperarán su tranquilidad.
El pasado 30 de mayo se conmemoró el Día de la Enuresis, que fue instituido en el 2016 por la Sociedad Internacional para la Continencia Infantil (ICCS por sus siglas en inglés), la Sociedad Europea de Urología Pediátrica (ESPU por sus siglas en inglés), y Ferring Pharmaceuticals, y se estableció que el último martes de mayo se dedicara a la enuresis, por lo que este año fue el pasado día 30.
“La enuresis es una condición en la que los niños tienen la pérdida involuntaria de orina en la noche, específicamente, y la definición está bien establecida para que se identifique como algo anormal en niños por encima de los cinco años de edad.
“En general la enuresis es eso, la pérdida involuntaria en niños mayores de cinco años, es una condición que amerita una evaluación a partir de ese rango de edad, por una definición establecida por la sociedad de incontinencia en niños, que establece criterios de diagnóstico para saber si ésta es una condición anormal que deba ser atendida”, explicó el doctor Miguel Ángel García Rodríguez, urólogo pediatra.
Se estima que afecta a un 12 por ciento de la población infantil, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); sin embargo, es una cifra aproximada, pues actualmente no se cuentan con las estadísticas del resto de las instituciones de salud, tanto públicas como privadas.
“En México carecemos de un estudio que haya demostrado la prevalencia de esta condición; sin embargo, se calcula que el porcentaje es entre el 10 y el 15 por ciento en diferentes grupos poblacionales.
“Las estadísticas más concluyentes se tienen en estudios realizados en Estados Unidos, Europa y Sudamérica, y se estima que en México pudiéramos estar entre el 10 y 15 por ciento en niños de entre 6 y 10 años.
“Y aunque en el pasado se asoció esta enfermedad a situaciones de carácter emocional y psicológico, en realidad es un trastorno más bien fisiológico que debe ser tratado como tal”, señaló el especialista.
Apuntó que anteriormente la idea era que la enuresis era una condición psicológica, o incluso hasta psiquiátrica, pero los estudios y la evidencia científica que tenemos actualmente concluyen que es una condición orgánica.
“Es decir, la mayoría de las ocasiones se trata de una disfunción orgánica que puede ser demostrable a través de diferentes pruebas y procesos de estudio del niño; y bueno, también hay un porcentaje de pacientes que podrán tener una enuresis que pudiera ser secundaria si hay algún otro trastorno de origen psicógeno”, apuntó.
El TRATAMIENTO
El urólogo Miguel Ángel García indicó que existe un tratamiento farmacológico, y otro que no es farmacológico, y que la elección depende del diagnóstico y evaluación que se le haya hecho al paciente.
“En las medidas no farmacológicas implica el uso de algunas estrategias para reducir la producción de orina en la noche a través de la restricción de líquidos hacia las últimas horas de la noche, el control de algunos alimentos o dieta hacia las últimas horas de la noche.
“Se aconseja la reducción de carbohidratos y grasas; que sean cenas más ligeras y se recomienda que el niño tenga buenos hábitos de sueño, que duerman a la misma hora siempre, así como regular el hábito urinario”, refirió el especialista.
Explicó que muchas veces los pequeños no van al baño cuando tienen deseos de orinar, y eso les causa un desajuste.
“Existe también la opción de utilizar unos dispositivos internos, una especie de alarma que consiste en un sensor que se coloca cerca del pene o de la uretra en las niñas, y lo que hace ese sensor es que, cuando el niño está dormido y salen las primeras gotas, entonces se activa la alarma.
“El niño o la niña despiertan y se activa el mecanismo de continencia, es un proceso efectivo, de hecho se encuentra dentro de los recursos con los niveles más altos de efectividad, lo único que se necesita es que debe usarse de manera constante”, destacó.
Sobre el tratamiento farmacológico, dijo que su función es controlar tres condiciones: la producción aumentada de orina, algunas condiciones que tienen que ver con la capacidad de almacenamiento de líquido en la vejiga, y algunos trastornos en relación al sueño y al sistema de alerta.
Precisó que existe la hormona antidiurética, que se prescribe para tratar de disminuir la producción de orina y hacer que se adapte la capacidad que tiene de almacenamiento la vejiga.
“Este medicamento está evaluado y se utiliza en muchas partes del mundo y tiene perfiles de seguridad muy buenos. Cuando tratamos de corregir las condiciones de almacenamiento de la vejiga, también utilizamos diarios para saber más o menos cuál es el volumen que el niño logra manejar durante el día, y con esto podemos saber si está reducida esa capacidad de la vejiga y dar medicamentos para que este músculo se relaje y pueda con el tiempo tener una mayor capacidad de adaptación o de volumen”, añadió.
García Rodríguez consideró que este padecimiento puede afectar el desarrollo emocional en los niños, pues se sienten inseguros de llevar una vida como el resto de sus amigos o compañeros de escuela, por lo que la atención a tiempo es fundamental para detectar y tratar la enuresis.
“Son tratamientos que requieren un apego tanto del paciente como de los familiares, los papás, quienes van a proporcionar el cuidado a los niños, porque sí puede haber una situación de desánimo cuando los resultados son variables, pues algunos niños responderán de manera muy rápida y otros niños van a tener una evolución más prolongada”, concluyó el urólogo pediatra.