
Para hacer una película, ya no es necesario un set de sofisticadas cámaras de cine, un iPhone -o dos- pueden ser bastante útiles para un buen creativo.
Oso Polar, una road movie, se filmó con dos celulares iPhone 5S y no sólo cumplió con los estándares de calidad, sino que obtuvo tres premios: Mejor Película, Mención a Mejor Actor (Humberto Busto) y Mención de la Prensa Cinematográfica en el XV Festival de Morelia.
Marcelo Tobar, el director de esta cinta, estuvo de visita en Monterrey el pasado 18 de noviembre en la Cineteca Nuevo León, donde compartió sus experiencias de rodaje con el público.
En entrevista, Tobar, quien es egresado de la Vancouver Film School y ha escrito, dirigido y producido tres películas bajo un sistema de cooperativa independiente de recursos gubernamentales, habló sobre Oso Polar.
“Fueron 18 días de rodaje y fueron días de 12 horas; no todas grabando, pero sí por lo menos seis horas; es decir, tres horas por teléfono.
“Hacer una película con teléfonos no puede ser algo casual, arbitrario o accidental, es algo que tienes que planear muy bien para que funcione, porque no es una cámara que está hecha para hacer eso, entonces tienes que hacer una serie de pruebas, adaptaciones, etcétera”, dijo.
Oso Polar se concibió en el 2014; en ese entonces Tobar y su equipo no tenían referentes sobre películas realizadas con celulares, pero tomaron el riesgo y ahora el director mexicano promueve la película para animar a los jóvenes que tienen inquietud de hacer cine.
“En 2014, cuando la planeamos, no había una película que había salido con iPhones… cero. Entonces, una vez que la planeamos, salió en el 2015 en Sundance una película que se llama Tangerine, que fue la primera película con iPhone, y esa película ganó el premio del público, lo cual fue decisivo.
“De ahí lo que hicimos fue, de entrada, tranquilizarnos porque estábamos haciendo algo que tenía lógica y hasta ahorita es la primera película latinoamericana hecha con iPhones”, destacó.
Argumentó que una de las principales ventajas que tiene filmar con este sistema es que los costos se reducen de manera importante y con ello, las posibilidades de filmar con poco presupuesto se incrementan.
“Además, el simple hecho de abaratar los costos le da voz a cineastas que normalmente no filmarían una película y el poder darse cuenta que usando su teléfono y haciéndolo bien, aprendiendo de todos los que estamos antes de ellos, pueden llegar muy lejos con sus obras y que de otra manera no filmarían”, afirmó Tobar.
Reconoció que en México hay apoyos financieros para la creación cinematográfica, pero también existe desconocimiento y cierta apatía por parte de quienes desean ingresar al medio del séptimo arte.
“Hay más de mil millones de pesos dedicados al año al cine, ya quisieran la danza, el teatro y la pintura recibir ese dinero. México, para ser un país pobre, se da mucho dinero al cine, la cosa es ¿quién filma?
“No es tanto que no haya dinero, sino ¿quién usa ese dinero para filmar? O sea, todo está centralizado por cierto perfil de cineasta que pertenece a cierta clase social, que pertenece a cierto grupo y todas las demás voces creen que es imposible filmar porque es en la Ciudad de México, porque tienes que ir a la escuela, porque necesitas la validación de un productor que tenga tres películas estrenadas, etcétera”, puntualizó.
Enfatizó que al desprenderse de los obstáculos y prejuicios, se lograría que se abrieran las puertas al 80 por ciento de los cineastas que “están silenciados en este país”.
ENTRE LA NOSTALGIA Y EL BULLYING
La historia de Oso Polar es la historia de muchos de nosotros. Tres jóvenes van a una reunión de reencuentro con sus amigos de la primaria, pero en el camino surgen situaciones que los harán regresar a un pasado non grato, especialmente para el personaje principal.
“Heriberto (Humberto Bustos) es un chavo que busca a dos de sus compañeros: Flor (Verónica Tussaint) y Trujillo (Cristian Magaloni) para darles un aventón y llevarlos de un extremo a otro de la Ciudad de México para llegar a la fiesta, en el coche en el que su mamá los llevaba a sus casas.
“Y lo que va pasando en el trayecto es que como empiezan a beber tequila, se empiezan a replicar poco a poco las mismas dinámicas de la infancia; entonces eso va a escalando a niveles a los que ninguno de los tres se imaginaba”, relató.
Indicó que el título es en relación a que el personaje de Heriberto es una persona que siempre ha buscado su lugar en el mundo, y que ese desencuentro social lo trae desde niño, porque debido al bullying tiene muy baja autoestima.
“Los que verán la película verán todo el tipo de cosas que ha hecho Heriberto durante su vida, y digamos que en la película es como el oso que sale de la hibernación para salir otra vez al verano a cazar, a nadar, etcétera. Heriberto hace eso, pero se da cuenta que el verano nunca llegó, que el invierno permanece; esa es la alegoría detrás del título”, expresó Tobar.
El cineasta concluyó con la intención de que su trabajo inspire a los cineastas de provincia porque está convencido de que se puede hacer cine con pocos recursos, explotando la creatividad y el talento de manera profesional.