La más reciente novela de Xavier Velasco, autor de éxitos como Diablo Guardián, es el resultado de ese viaje que el escritor emprendió al pasado, en el que nos muestra algunos pasajes que marcaron de manera individual y colectiva a la generación de los baby boomers y parte de la generación X.
Xavier Velasco viajó en el túnel del tiempo para regresar los años ochenta, inyectarse una dosis de adrenalina de juventud y dejar la nostalgia a un lado.
Los años sabandijas es el resultado de ese viaje que emprendió Velasco al pasado, en el que nos muestra algunos pasajes que marcaron de manera individual y colectiva a la generación de los baby boomers y parte de la generación X.
“Yo no quise sentir nostalgia. Quise sentirme joven otra vez. A mí me habían encargado los de la editorial (Planeta) una crónica, pero luego les dije que en vez de crónica les iba a enviar una novela.
“Tenía muchas cosas que quería contar, nunca me había propuesto escribir una novela basada en los años ochenta, más bien fue como una ventana de oportunidad que se presentó, y eso me permite contar esta historia en dos límites: 1980 y 1989; antes de eso no va a entrar nada”, expresó el autor de Diablo Guardián.
Ruby y Roxy son un par de jóvenes que viven al límite y se jactan de ello. Su creador los ha llevado a esas circunstancias y escenarios gracias a la lucidez de su memoria.
“Yo tenía cantidad de historias. Sobre los años ochenta especialmente tenía cantidad de historias; algunas incluso son mías, dos o tres por ahí son mías, pero claro que no voy a decir cuáles son.
“Todos los lugares que aparecen aquí los conozco y los conozco muy bien. No tuve que inventar casi nada de lo que ahí aparece en el libro”, afirmó el escritor, quien presentó Los años sabandijas en la pasada Feria Internacional del Libro de Monterrey edición 2017.
Velasco consideró que tenía una deuda con esos años, porque ya venía maquinando esta novela en partes, pero fue ante la petición de la editorial, solicitándole una crónica sobre la época ochentera, que tomó la decisión de escribir la novela.
La narrativa de Los años sabandijas a ritmo de rolas de grupos como The Police, Duran Duran, Journey y tantos más, invita a los lectores a evocar los años de los teléfonos de disco, los de cabina públicos, los negocios de fayuca y la devaluación, el temblor de 1985; los “reventones” y las “tocadas”.
“Los años ochenta fueron especiales en la música porque fue precisamente cuando llegó MTV. La llegada de este medio trastoca todo. Porque hasta entonces ¿qué es lo que teníamos para escuchar música?… pues el radio.
“Pero el radio estaba dominado por la payola. Entonces escuchas lo que los programadores y las compañías disqueras querían que escucháramos; y luego llega MTV y contra eso no hay defensa”, argumentó.
Además, apareció el walkman, una invención retro que Velasco define como el primer dispositivo de entretenimiento personal, con el que ya no había que depender de la programación de una estación de radio para escuchar la música de nuestra preferencia.
Incluso el escritor le dedica en sus primeras páginas el capítulo Follow that walkman! a éste aparato.
‘ME FUI A VIVIR
A LOS OCHENTA’
Xavier Velasco manifestó que para escribir esta novela “se fue a vivir a los ochenta”, porque era la manera en que tenía que desarrollar esta novela, cuyo pulso es totalmente dinámico.
“Los que vivieron la época y me comentan que sienten nostalgia al leer el libro: ¡la nostalgia al demonio, yo no siento ninguna nostalgia! Lo que hice fue irme a vivir dos años más de mi vida a los ochenta.
“Yo viví en los ochenta gracias a este libro, y entonces lo que hago ahí es irme a vivir en el presente y me junto una serie de listas de Spotify y voy entrando año con año y estoy viviendo ahí, y en mi cabeza deja de haber celular, Internet, todo para estar nada más que ahí para disfrutar de esa libertad”, citó.
El editorialista de Mileno señaló que al pensar en los jóvenes lectores, los llamados millenials, muchos de ellos hijos de los baby boomers, supo que la novela tenía que tener un tono fresco, ágil y divertido.
“Quise restregar mi candor. Creo que para una gente que no vivió esa época yo lo que hago es tratar de vivirla por ellos; mi idea era que la novela tuviera la frescura para que alguien que no ha vivido ahí, se vaya a vivir ahí.
“Me gusta hacer novelas que sean un poco máquina del tiempo. Vamos, no quiero nostalgia, quiero máquina del tiempo, es una invitación a viajar, a redescubrirnos, o a redescubrirlos”, puntualizó el novelista.