
Hubo un momento en la vida de Tomás Arroyo que tuvo la necesidad de buscar y encontrar respuestas. Tomás, como el resto de los mortales, fue educado bajo ciertas creencias con las que creció sin cuestionar nada.
Luego de mucho pensar y reflexionar, pero sobre todo leer a diferentes autores sobre religión, filosofía y temas relacionados, llegó a la conclusión de que su conciencia estaba dormida y que era hora de despertarla.
Pero eso no era todo. En ese despertar, surgió el impulso de escribir un libro para compartir el resultado de todo su sentir respecto a la imposición de creencias sobre Dios y sobre otros aspectos que aquellos que están en la cúpula del poder ejercen sobre las masas.
El pasado domingo 6 de diciembre, Tomás Arroyo presentó su primer libro: “El Visitante”, acompañado del también escritor y periodista Luciano Campos Garza en el Museo del Obispado, ante familiares y amigos.
“’El Visitante’ es algo así como El Evangelio de Monterrey, al presentar desde esta ciudad una visión que es al mismo tiempo esperanzadora y apocalíptica del mundo. Busca aclarar desde la asombrosa imaginación del autor, la confusión emocional en la que vivimos.
“Y presenta la estructuración renovada de nuestras creencias a través del caso típico de una familia de clase media alta que se enfrenta con dramas cotidianos, pero que recibe una visita atípica del mencionado visitante, quien cambiará su historia y permitirá atisbar los cambios inminentes en la humanidad”, apuntó Campos Garza.
En este relato de 500 páginas, que aparentemente es como una metáfora de uno o varios pasajes bíblicos, aparece un personaje central que es un ángel, es el ángel que viene a revelar verdades que cambiarán el rumbo de la historia de la humanidad.
“Yo necesitaba un personaje que tuviera autoridad y para presentar la historia así como está, necesitaba alguien de autoridad que pudiera desarrollar el tema, entonces recargué toda la historia a este personaje (el ángel) sobre la revelación que existe en el libro”.
Llama la atención que este “visitante” no llega a Nueva York, Washington, París o Londres, donde generalmente ocurren los grandes acontecimientos; no, la ciudad elegida para esta misión es Monterrey y quienes reciben a este ser de luz son los miembros de una familia tradicional que habita en la capital neoleonesa.
Dado su debut como escritor, Tomás Arroyo quiso retratar una realidad muy cercana, por lo que decidió narrar parte de su entorno, pero sobre todo, le interesaba plasmar las inquietudes que tenía y que lo llevaron a escribir el libro.
“Normalmente quien tiene el privilegio de escribir, pues empieza platicando lo que vive en el ámbito que le rodea, lo que uno conoce”, afirmó Arroyo, quien empezó a escribir “El Visitante” desde el 2009 y que ya está disponible en Amazon.
REBELDÍA IDEOLÓGICA8
Como muchos, Tomás Arroyo tuvo una crisis de fe, pero no se quedó con sus dudas, sino que decidió leer más de 100 libros, investigar, cuestionar, para poder llegar a la conclusión a la que finalmente ahora está convencido.
“A mí también me enseñaron desde niños a obedecer, a respetar las órdenes de mis papás, al paso de los años esa misma conformidad se fue presentando cuando nos enfrentamos a los maestros, que de alguna u otra forma nos mostraron el buen camino.
“Tiempo después acudimos a la doctrina de la Iglesia, y ahí aprendimos también a creer sin preguntar, porque si preguntábamos nos amenazaban con castigarnos. Entonces fuimos aprendiendo poco a poco a aceptar todos los mensajes que recibíamos, sin poner en duda una orden o mandamiento.
Argumentó que esto nos fue llevando a que creyéramos que toda esa información recibida era una verdad absoluta.
Compartió que una vez le tuvo que confesar a su hija Diana que ni Santa Claus ni el Ratón de los dientes existían, pero cuando la niña le preguntó si Dios existía, no supo qué contestarle.
“Le dije que finalmente esos personajes eran invento de nosotros los adultos para crear esperanza y conformismo, pero cuando me preguntó si Dios existía, después de mi asombro inicial atiné a decirle que Él sí existía.
“Pero esa anécdota me hizo después reflexionar acerca de ¿cómo comprobarle? ¿Qué argumentos buscar para yo mismo convencerme de que Dios existe? Entonces empecé a leer muchos libros”, subrayó el autor.
De todos los que leyó, dijo que con el que más se había identificado era el de “Conversaciones con Dios” de Neale Donald Walsch.
Recalcó que su principal intención con “El Visitante” es despertar conciencias; que la gente que lo lea también se pregunte y se cuestione muchas cosas y que al momento de recibir mensajes, tenga la capacidad de distinguir cuál es el que le conviene asimilar.
“Mi idea con el libro es que tengamos las suficientes dudas, la mente suficientemente abierta para aceptar la posibilidad que cualquier mensaje que escuchemos pueda tener una doble intención, ya sea política, económica, social o religiosa.
“Finalmente lo que pretendo con el libro es despertar conciencias, se trata de ver una opción más y -utilizando el libre albedrío- que cada quien decida cuál de los mensajes que estoy recibiendo es cierto y cuál tiene una intención oculta, de tal manera que podamos discernir sobre lo que debemos aceptar como verdad o no”, concluyó el comerciante que debutó como escritor con “El Visitante”.