Los “vricolacas”, vampiros cibernéticos, realizan atentados hacker y el caos reina en la gran metrópoli. Este es el escenario imaginado por Gerardo Horacio Porcayo, quien advierte un futuro que está cada vez más cercano en Plasma Exprés, su más reciente novela.
La tecnología nos está dominando y dependemos totalmente de ella, sin pensar en el día en que cualquiera que tenga el poder de controlarla, jugará con las mentes de los adictos a celulares, computadoras y otros dispositivos electrónicos.
“Es algo que planteo en la novela desde el principio: cuando la tecnología se vuelve una droga y uno se vuelve adicto y todo el tiempo necesitamos más, queremos cada vez más.
“Internet empezó siendo un concepto de ciencia ficción en los ochentas cuando empezó el cyberpunk, pero ahora es una realidad. Desde 1994 el Ejército Zapatista empezó a demostrar su poder como medio de comunicación, pero el problema es que cualquier cosa que inventemos es pervertible, es transformable en otra cosa.
“La ciencia ficción en su origen buscaba decirnos lo contrario, que la ciencia nos iba a salvar de nosotros. La primera ciencia ficción, la de los años veintes y treintas, e incluso el cine de los cincuentas, nos dice que el futuro se iba a trasformar en un vergel y en un edén, imaginando que tendríamos una sociedad utópica y lo que tenemos son disutopías”, dijo.
En Plasma Express aparecen vampiros cibernéticos y al respecto, Porcayo mencionó que ya había escrito sobre estos monstruos en anteriores novelas, gracias a un contacto con las comunidades góticas.
“De hecho, el origen fundamental, la primera semilla de la novela, fueron los vampiros cibernéticos; yo he escrito novelas sobre vampiros y de pronto estuve rodeado o muy cercano a los círculos de las tribus góticas.
“Y entonces el conocer las formas de amarse, de vestirse y sus costumbres, de pronto dije: con la tecnología va a haber un momento en que precisamente se van a poder transformar en vampiros”, reveló el también autor de Dolorosa y Sombras sin tiempo.
El escritor, originario del estado de Morelos comentó que en la novela la ficción se asemeja mucho a una realidad que está a la vuelta de la esquina, y fue un tanto complicada desarrollarla, porque su principal preocupación era que la historia fuera creíble.
“Fue un poquito complejo acabar la historia, porque siempre tiene que ser una historia que cautive y que convenza. Yo creo que, aunque seamos algunos lectores compulsivos -que ya no todos los somos-, sí tenemos que ofrecerle lo mejor posible al lector”, comentó.
La acción se desarrolla en la Ciudad de México, ya que ésta ofrece un sinfín de posibilidades para representar esta sociedad mexicana postmodernista.
En un futuro cercano, cuando la policía investiga el asesinato ritual de una mujer argentina en un bosque de la Ciudad de México, descubre que el crimen ha sido transmitido a todo el mundo a través de Internet; las evidencias señalan como sospechosos a los “vricolacas”, seres tecnológicamente modificados que reivindican a su especie con atentados hacker.
“En vivo, las primicias de lo que parece ser una genuina investigación policial sobre el film viral que muchos usuarios pudieron descargar en su celular o gadget favorito. Hay problemas para acceder al espacio aéreo del Castillo de Chapultepec, como es habitual desde el asesinato ahora del innombrable músico de pop inglés hace ya una década.
“Cómo recordarán fue invitado por la primera dama de nuestro país quien también resultó acribillada en ese mismo suceso. Sin embargo, nuestro helicóptero sobrevuela en la frontera de lo permitido para llevarles otro ángulo que pueda complementar la panorámica de esta escena, que ha sido de inmediato clasificada como snuff”, narra un fragmento de Plasma Exprés.
Durante la novela, el autor imagina los titulares de las noticias que se generaran en este escenario desolador y caótico, pero además muestra otras preocupaciones importantes a futuro, como la ecología.
“Hay dos extremos que se manejan en la novela, tanto el uso de satélites para crear otro tipo de ambiente, es decir, se planteó durante mucho tiempo como visión teórica el uso de espejos satelitales para enfocar y filtrar radiación y aumentarla en alguna otra parte, con el objetivo de crear nuevos movimientos de las corrientes de aire y generar otro clima.
“Eso está dentro de la novela como una posibilidad; lo mismo que el uso de la nanotecnología, porque ahorita la nanotecnología está en pañales, pero si en algún momento se llega al uso pleno, puede transformarse un verdadero problema, porque ahí se habla de nanoinsecticidas para controlar las plagas, pero el problema es que luego nos llevamos de paso a otras especies, como las abejas, que ahorita están en grave peligro”, reflexionó.