
Filemón Santiago dejó a los 20 años su natal Oaxaca para emigrar a los Estados Unidos y vivó en Chicago durante 15 años. En realidad nunca se fue. Los paisajes del pueblo de la región mixteca y sus habitantes cobran vida en los cuadros que realizó en 35 años de evolución artística.
“Simplicidad Compasiva” se exhibe desde el 19 de febrero en la planta baja del Museo de Arte Contemporáneo (Marco), está compuesta por 100 piezas, entre acuarelas y óleos, y ofrece al espectador un viaje a la entrañable Oaxaca de Filemón Santiago, así como a sus diferentes etapas creativas.
El ex cuidador de cabras oriundo de San José Sosola, en la mixteca oaxaqueña, y cuya obra ha sido expuesta en Rotterdam, Québec, Tokio, Turín, Nueva York y Chicago, afirma que el quehacer artístico es un oficio como cualquier otro.
“Siempre he pensado que la pintura no es más que un oficio. El oficio de pintar es el mismo oficio del albañil, del carpintero, o de cualquier otra persona que ejerce un trabajo. Generalmente nosotros laboramos de la misma manera con los horarios que cualquier otra gente en cualquier otro tipo de trabajo desempeña”, dijo.
“No tenemos horarios fijos, siempre estamos tratando de hacer lo más que se pueda y creo que eso conlleva a una disciplina, ciertos logros, evoluciones y sobre todo aumentar la calidad”, afirmó Santiago durante su visita a Monterrey, donde impartió talleres de pintura para niños.
Al irse a los Estados Unidos, Santiago descubre un mundo nuevo en la obra de otros grandes pintores como Eduard Munch, Giorgio de Chirico y Thomas Hart Benton, y además amplia sus horizontes culturales al estar en contacto con la ópera, danza y teatro.
En los cuadros del oaxaqueño se percibe siempre la nostalgia, ya que el pintor concibe la vida diaria con más dificultades que alegrías; de alguna manera la adversidad está presente en las escenas relatadas en su obra. Los hombres y mujeres atrapados en los cuadros de Santiago, comparten el mismo espacio con animales, imágenes religiosas, callejones y lugares comunes, pero en muchos de ellos es fácil encontrar un denominador común: el estampado floreado de los vestidos de las señoras, ya que gracias a estos atuendos de Filemón supo qué forma tenían las flores.
El artista invitó al público a no sólo recorrer los 100 cuadros de “Simplilcidad Compasiva”, sino a contemplarlos por un largo rato, hasta esperar que se establezca el diálogo entre la pintura y el espectador.
“Yo aprendí a hacer eso cuando iba a visitar los museos”, aconsejó el pintor mixteco de 52 años, quien busca la alcanzar el máximo nivel de conciencia a través de su arte, cuya muestra permanecerá en Marco hasta el mes de mayo.a