Entregado totalmente a su arte, así es recordado Rodolfo Nieto, el pintor oaxaqueño que al igual que otros intelectuales de su tiempo buscó en París un segundo hogar para alimentar tendencias para su desarrollo artístico, sin que tuviera que perder la esencia de sus raíces.
Desde el pasado 2 de octubre, los cinco salones de la planta baja del Museo de Arte Contemporáneo se han llenado del espíritu vibrante del creador con 104 piezas que integran la exposición Imágenes Latentes que permanecerá hasta febrero de 2010.
Es la segunda ocasión que parte de la obra es exhibida en este recinto cultural, pues en 1995 cuadros de Nieto estuvieron presentes en el primer homenaje que se le hizo al pintor a 10 años de su muerte.
Según el curador Juan Carlos Pereda esta amplia retrospectiva abarca las diferentes etapas del que fuera amigo de Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Julio Cortázar, así como de su paisano Francisco Toledo, con quienes convivió durante su estancia en París (1959-1969).
Destacó que está muy definido el proceso evolutivo de Nieto, pero el que llama poderosamente la atención es llamado “bestiario” del que se desprenden algunos peculiares especímenes que integran un periodo importante dentro de su creación.
“Dentro de esta larga serie de un ´bestiario´ fantástico vemos estos personajes ` insomnes’ con sus ojos directos hacia el espectador y que se derivan de dos motivaciones: primero de la lectura del ´Bestiario´ de Juan José Arreola y de la visión sobre las gárgolas que se encuentran en la Catedral de Notre Dame”, dijo Pereda.
“Son personajes fantásticos que tienen una presencia muy sólida, muy fuerte y que al final terminan siendo también un poco entrañables. También en ellos descubrimos cierta violencia soterrada; algunas constantes como garras, dientes, pero sobre todo la mirada penetrante clavada en el espectador”, agregó el curador del museo Rufino Tamayo.
EL ZOOLóGICO DE NIETO
Según testimonios de gente cercana y de su ex mujer , Nieto Solía ir al zoológico de Chapultepec para dibujar a los animales que posteriormente protagonizaban alguno de sus lienzos.
“Íbamos frecuentemente al zoológico a que él dibujara en hojas blancas y lo hacía en una sola línea sin despegar el lápiz”, compartió Marta Guillermoprieto, ex esposa del artista oaxaqueño,
De toda la producción que corresponde a esa fase experimental del artista, destacan algunos cuadros que la que fuera su compañera sentimental le tiene especial cariño, como el de “El caballito” que adorna una de las paredes de su habitación.
“Este cuadro en especial le tengo muchísimo aprecio porque siempre está colgado en mi recámara, lo tengo enfrente de mi cama y es de una época temprana (antes de viajar a París); siempre quise que me lo dedicara y que me lo diera.
“Entonces él me escribió unas líneas muy bellas en la parte posterior del cuadro”, reveló Guillermoprieto.
Recordó que Rodolfo Nieto quería proyectar vitalidad y mucha fuerza en sus pinturas, pues consideró que tenía un vigor que era capaz de transmitir al momento de entregarse a su trabajo.
“Rodolfo practicaba muchísimo y esto le permitía ir mejorando con el tiempo. La pintura es como la vida; va cambiando todos los días, entonces los pintores van adquiriendo más experiencia y pasan por diferentes etapas hasta que van perfilando su propio estilo”, mencionó la también egresada de la Escuela Nacional de Artes Plásticas La Esmeralda, academia donde conoció al pintor.
En 1967 la revista Mundo Nuevo publicó una entrevista a Rodolfo Nieto, en la que reveló en aquel momento sobre el proyecto en el que se encontraba trabajando y justamente se trataba del “Bestiario”, aquí se reproduce la parte final de dicha entrevista titulada “La Pintura como Cataclismo”.
UC: ¿Qué planes tienes ahora?
RN: Por el momento trabajo haciendo animalitos para el Bestiario de Juan José Arreola. Me interesa mucho. Dibujos en los que desarrollaré un lenguaje gráfico. En realidad, continúo la idea de mezclar varios elementos formales exclusivamente gráficos que empecé en el invierno de 1965, dibujos hechos sobre planchas de madera de gran formato.
Dedicaré varios meses al dibujo. Soy inquieto, juego a la vez en varios tableros, en ocasiones un tablero es antagónico a otro. Trabajo para próximas exposiciones. Así se me pasa el tiempo. Cultivo mis vicios de soledad: leer, oír discos, vistar galerías, ir a conciertos, viajar. En una palabra: vida gris donde nada ocurre. Aún me queda tiempo para preguntarme si soy una ficción o vivo en una realidad ilusioria que se me escapa entre los dedos…Bueno, ¿para qué continuar? ¿De qué sirve hablar de pintura, de proyectos? Prefiero enseñarte lo que hago.
UC: Y dime, ¿conocías a todos los pintores que te interesaban cuando llegaste a París?
RN: Sí. A todos… Pero no, se me olvidaba, hay un pintor que desconocía y vine a descubrir aquí: es Rodolfo Nieto.
Por IRMA IDALIA CERDA