
“La violencia encaja en los que no tienen nada que perder”, dice la frase de Jean-Paul Sartre y es una de tantas que el cineasta Ricardo Colorado Seira incluyó en su documental La Otra Parte. La historia no contada del narco, que tendrá su estreno nacional el 19 de Octubre.
Como su título lo describe, la película narra la historia verdadera de un hombre que pasa de campesino a ser considerado el primer líder de los narcotraficantes en México, al crear la red de producción y distribución de amapola en la década de los setenta.
Pero más allá de contar la historia de cómo construyó un imperio prácticamente de la nada, lo importante era dar el testimonio de José como afectado directo de los daños que ha dejado el crimen organizado.
Se sabe que en el último sexenio, tan sólo en México, la violencia del narcotráfico ha dejado más de 180 mil muertos y 50 mil niños en estado de orfandad.
Ricardo Colorado Seira estuvo recientemente en Monterrey para presentar este documental con el que no pretende moralizar, sino abrir el corazón de quienes lo vean.
Recordó que un día que se dirigía al aeropuerto se topó con una imagen que él mismo califica como “dantesca”: tres hombres colgaban de un puente, lo cual fue un detonante para que empezara a trabajar en “La otra parte. La historia no contada del narco”.
Pero había otra poderosa razón por la que Ricardo estaba decidido a hacer el documental: conocía de cerca al hijo de un narcotraficante, pues estuvieron juntos en la preparatoria.
“La historia de José llegó a mi hace poco más de 20 años, porque fuimos compañeros en la preparatoria y de una forma u otra era una historia que estaba cercana a mi desde muy joven, pero se fue abriendo y aclarando con el paso de los años.
“Es como un cuadro de Förg Günther, lo tienes aquí (enfrente) pero no lo entiendes y lo tienes que alejar para ver en perspectiva; creo que fue igual con la historia de José, a quien yo conocía como José y a su hermano que en paz descanse como Carmelo, y el paso de los años fue revelando una historia terrible de pérdidas, muerte y soledad”, manifestó Colorado, quien es abogado de profesión, egresado del ITAM.
Dijo que a diferencia de los otros proyectos cinematográficos que ha realizado, como la cinta biográfica de Cantinflas, en la que participó junto con Pepe Portillo y Alejandro Monteverde en el guión, así como en el cortometraje Crescendo, ganador de 15 festivales de cine, este documental está hecho con el corazón.
“A diferencia de todos los proyectos en los que he estado involucrado en cine, éste tiene una cosa que es para mí fortísima, que es que no pierde vigencia. Tristemente este mensaje cada vez es más necesario y cobra más vigencia, día a día.
“Entonces, proyectos como éste hay uno en la vida; de este calado, con este mensaje, y por eso nuestro compromiso de hacerlo a tope”, señaló el autor del libro “El tragón de fuego”.
QUIERO SER SICARIO
“Quisiera ser sicario para no tener hambre”, afirma un niño en los primeros minutos del documental, mostrando esa otra parte que aún muchos se niegan ver.
“En un país poblado en su mayoría por jóvenes, mismos que no alcanzan a insertarse en el mercado laboral, sentí la enorme necesidad de contar esta historia para que el desconocimiento de la misma no nos condenara a repetirla, pero, sobre todo, para buscar en el recuento de los daños una salida”, manifestó Colorado Seira.
Para entender el por qué las cosas han llegado hasta donde están ahora, era importante poner en contexto y hacer una introducción histórica no sólo sobre la historia del padre de José y su incursión en el narcotráfico, sino de cómo se originó esta problemática en México.
“Otra de las cosas muy importantes es que estamos haciendo una narrativa de la historia del narcotráfico hasta los años noventa. Es lo que se le conoce como la vieja escuela del narcotráfico, en la que hay gente que empezó sin nada por un tema famélico, entró y descubrió con una gran visión que se convirtieron en grandes empresarios.
“Y tenemos el ejemplo del padre de José, que un día estaba en una milpa, vio aterrizar una avioneta y no sabía ni escribir, pero luego aprendió a pilotear esa avioneta para poder agilizar la distribución de la mercancía”, relató.
Destacó que nunca fue su intención hacer la película desde un punto de vista moral, solamente exponer esa otra parte que no es tan conocida, la de cómo un padre de familia decide entrar a este negocio para salir de la pobreza extrema.
“El papá de José no fue un asesino, pues en ese entonces no existían los grandes carteles como tales, pues era una persona que empezó de cero y como no había sangre de por medio nos permitió poder contar la historia desde un punto de vista muy humano”, subrayó Ricardo Colorado.
SOBRE “LA OTRA PARTE”
El documental La Otra Parte. La historia no contada del narco, se filmó con el equipo y personal que caben en una camioneta tipo van. No recibió apoyo del estímulo fiscal del IMCINE, FIDECINE, ni gubernamental, por lo que el financiamiento fue de inversión privada.
La fotografía fue realizada por Antonio Kosturakis, la edición estuvo a cargo de Arturo Manrique y Carlos Zamorano fue el responsable del diseño de sonido, quien obtuvo el BAFTA en esa misma categoría en la película El laberinto del Fauno, de Guillermo del Toro.
La música original del largometraje es del grupo norteño Somos Patas Negras y uno de los productores es el actor Eduardo Verástegui.
Este fue el primer documental chihuahuense en hacer gala en la 14 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y fue seleccionado para exhibirse en el Festival Viva México, recontres cinématographiques en Francia, que se celebró del 3 a 9 de octubre.