Para descubrir y describir a Clarice Lispector, escritora, abogada y periodista que nació un 10 de diciembre de 1920 y murió un día antes de cumplir 57 años; Daniela Tarazona se ha dado a la tarea de conocer más a fondo a esta enigmática mujer que prefería ser descubierta a través de su literatura.
“La Mirada en el Jardín” es la biografía que hizo en colaboración con Nuria Meléndez, quien se encargó de las ilustraciones que captan la esencia del universo de Lispector, sus misterios y secretos.
Lispector, de origen judío, nació en Chechelnik, Ucrania, pero cuando tenía dos años sus padres viajaron a Maceió, Brasil, donde iniciaron una nueva vida y cambiaron sus nombres, y fue así como la pequeña Chaya, se convirtió en Clarice.
“La mirada de Clarice era de largo alcance, aunque muchas veces se viera nublada por no conseguir enunciar lo que deseaba. La verdad de los hechos se le escondía como suele ocurrir. Lispector escribía con potencia acerca de la imposibilidad de asirse a la vida palpitante.
“Mientras andaba por los caminos de la duda o los enigmas, ella iba descubriéndose a la par, muchas veces de forma distinta a la que imaginaba. Su ejercicio de escrituras fue vital. Incluso en los textos publicados bajo seudónimos, la autora procuraba indagar sobre sí misma y los otros”, escribió Tarazona en el epílogo del libro.
En una presentación virtual del libro que se transmitió en la página de Facebook de Cafetería El Péndulo, realizada el pasado 10 de diciembre en el marco del centenario del natalicio de Clarice Lispector; Daniela Tarazona habló sobre el proceso creativo de “La Mirada en el jardín”.
“Fue un ejercicio difícil en el inicio, nos reunimos algunas veces Nuria y yo, y empezamos a trazar ese mapa, ese recorrido que queríamos hacer; yo pensaba que era importante seleccionar unos elementos simbólicos a lo largo de la obra que se van repitiendo en varios textos y, por otra parte, algunos pasajes de su vida para tratar de hacer este tejido.
“Creía que estos símbolos, estas posibilidades gráficas iban a tener en las manos maravillosas de Nuria el vuelo que tiene increíble en estas páginas, y empezamos a trabajar así y fuimos haciendo esta construcción desde esa inspiración que ha sido para mí siempre Clarice Lispector, desde el asombro por su estilo, por su obra, porque me ha acompañado a durante los años y sigue siendo como un faro, una gran luz que me ilumina”, expresó Tarazona.
Consideró que el ejercicio fue como un diálogo que se estableció con los textos de la escritora brasileña y también el que hubo con las imágenes que ilustran la biografía.
Por su parte, Nuria Meléndez en entrevista vía Zoom comentó que gracias a la línea que maneja la editorial (Penguin Random House) sobre biografías de personajes, buscaron a Daniela para este proyecto, pues ya había escrito sobre Clarice Lispector.
“La editorial se acercó a Daniela, y ella ha estado conectada con Clarice desde hace tiempo y ella me contactó a mí porque ya habíamos trabajado previamente en una revista algo sobre Clarice y así se dio la conexión para trabajar en este libro.
“De entrada lo que conectamos Daniela y yo, fue coincidir en nuestra fascinación por Clarice, a partir de su conexión con el universo, de esta humildad y magia que ella tenía, así como de lo más intuitivo”, relató Nuria.
Señaló en lo que correspondía a su trabajo dentro de la ilustración, se centró en tres objetivos principales que le llamaron mucho la atención de la obra de Lispector: la parte orgánica, su visión prehistórica y en la parte misteriosa.
“Sobre todo porque la visión que tuvo Daniela desde el inicio para abordar el proyecto siempre tuvo claro que quería que fuera un libro muy simbólico. Siempre quiso abordar a Clarice desde lo simbólico para compartirla con el lector.
“Y fue un poco más digerible, pero al mismo tiempo, misteriosa. Entonces, como esta parte, de lo orgánico, salvaje primitivo y lo místico, es realmente lo que hace la configuración de estas ilustraciones, pero que viene muy conectada también con la parte del texto que trabajó Daniela”, refirió Meléndez.
Agregó que otro de los aspectos que se pueden percibir en esta biografía ilustrada fueron los ciclos de “vida y muerte” que tuvo Clarice y que el arte de Nuria plasmó para “La Mirada en el jardín”.
“Algo que me gusta mucho de la obra de Clarice es que ella nace y muere; y en este libro, justo sentimos esa necesidad de mostrar cómo a lo largo de su vida, nació y murió varias veces y nosotras tanto desde el texto, como de la ilustración, quisimos abordarlo así, porque ella decía que, si no escribía, estaba muerta”, puntualizó Nuria Meléndez.