A principios de enero del 2020, el escritor Juan José Benítez y su esposa Blanca se embarcaron en el crucero “Costa Deliziosa”, sin imaginar que el Coronavirus cobraba sus primeras víctimas en Europa. Lo que sería un viaje de placer, se convirtió en una experiencia extraordinaria que dejó plasmada en “La Gran Catástrofe Amarilla. Diario de un hombre tranquilo”.
El 6 de diciembre de 2020, se realizó la presentación del libro editado por Planeta en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara misma que se efectuó en formato digital; ahí, el escritor mexicano Daniel Rodríguez Barrón, conversó con el novelista español sobre esta aventura que vivió durante mas tres meses junto con los demás pasajeros del barco.
J. J. Benítez mencionó que gracias a que siempre lleva un cuaderno consigo, pudo hacer esta bitácora de viaje, pero además de las crónicas, el autor de la saga “Caballo de Troya” incluye una revelación importante sobre el Coronavirus.
Se trata de una carta que el escritor recibió un día antes de salir de viaje, misma que no leyó por terminar de organizar sus maletas, pero a su regreso se enteró de la impactante información que contenía ese documento de 14 folios.
“Ya cuando terminó el viaje y regresé a España leí la carta que no había llegado a leer y bueno, no me sorprendió, porque algunos militares norteamericanos ya lo habían repetido en diferentes ocasiones, habían fabricado una serie de virus y habían provocado bacterias.
“No podemos olvidar el SIDA con 33 millones de muertes hasta el momento, las vacas locas, el ébola; en fin, una serie de virus que habían estado rondando por ahí y que en principio yo sospecho que fueron creados como el Coronavirus, y la carta confirma esas sospechas”, expresó Benítez.
Señaló que un contacto e informante que tiene en Los Ángeles, California, le envió el testimonio de una sargento que trabajaba en una base militar que fabricó el virus, que posteriormente fue trasladado a diferentes lugares.
“El objetivo básico es hundir la economía de Europa, y yo creo que lo han conseguido y todo lo demás es secundario. El informe especifica que (las víctimas) son considerados un daño lateral necesario. Yo siempre digo en este sentido que unos militares que han sido capaces de derribar las Torres Gemelas (en Nueva York) ellos, y no los árabes, y no los islamistas.
“Si son capaces de derribar las Torres Gemelas para conseguir la invasión de un país determinado y el petróleo, y el gas, etcétera ¿cómo no van a fabricar virus? en el siglo XIX estos militares regalaron mantas envenenadas con viruela a los pieles rojas para matarlos, y los mataron; entonces ¿de qué me voy a extrañar? “, señaló.
El novelista, quien ha provocado polémicas con sus libros en los que aborda el tema de la ufología, mencionó que “La Gran Catástrofe Amarilla: Diario de un hombre tranquilo”, podía interpretarse como un ensayo de lo que podría venir después.
“En el libro se habla en varios momentos de que esto podría ser una especie de ensayo general para algo que podría ser mucho peor; y yo siempre insisto que ojalá este equivocado, ojalá que sea un error de las fuentes que me han pasado la información sobre GOG.
“Supuestamente en el 2027 llegaría un gran asteroide de unos 11 kilómetros de longitud que impactaría el este de las islas bermudas en el océano atlántico y esto, de ser verdad, provocaría una situación terrible con unos mil 200 millones de muertos en 48 horas”, advirtió.
VIRUS A BORDO
A los pocos días de haber iniciado el trayecto, J.J. Benítez manifestó que una vez que los 2 mil pasajeros que viajaban en el “Costa Deliziosa” se enteraron de lo que estaba sucediendo en España y otras partes de Europa, e incluso en el mismo barco, el miedo se apoderó de ellos.
“Estábamos ya en el Océano Pacífico, habíamos cruzado el Canal de Panamá, todo iba relativamente bien y empezaron a llegar rumores y noticias de que había una especie de gripe muy fea, pero la gente no le dio mucha importancia al principio, pero al poco tiempo empezaron a llegar noticias más preocupantes de mucha gente muerta en Europa y por supuesto en España y ya la cosa cambió.
“Cuando empezamos a solicitar información, la compañía no estaba muy segura de lo que tenía que decir, en principio siguió el crucero de acuerdo con lo previsto, pero las cosas se complicaron, la cosa empezó a tambalearse y la gente se dio cuenta de que reportaban mil muertos al día en España, un asunto muy grave y surgió el miedo, que fue para mí la peor experiencia de este crucero”, recordó.
El escritor comentó que sí intuía algo y que se sentía inquieto, pero estaba en medio del mar en el “Costa Deliziosa” que, él mismo describe: “es un monstruo de 299 toneladas, 33 metros de manga, ocho de calado, tres motores de 35 mil caballos cada uno, dos hélices tipo pitch (capaces de girar) y varios motores laterales, así como estabilizadores. El consumo medio es de 80 toneladas de gasoil al día”.
Dijo que como el barco procedía de Italia, seguramente ya venía contaminado, y a los pocos días la mitad de los pasajeros presentaba síntomas del Coronavirus, pero como se desconocía exactamente lo que sucedía, los médicos pensaron que era una gripe y no tenían los medios adecuados para tratar a la gente y ahí empezó el caos.
“La gente empezó a acaparar comida, a pelearse, a enfrentarse unos grupos con otros, como franceses y alemanes se peleaban por cualquier cosa y yo creo que la razón era el miedo. La gente desconfiaba y muchos querían bajarse.
“Yo hablaba con mucha gente y les explicaba que había hecho muchas investigaciones sobre la vida después de la muerte- llevo más de mil casos investigados en todo el mundo- y les trataba de decir que no tuvieran miedo, porque después de la muerte hay vida, pero se me quedaban viendo muy raro”, compartió J.J. Benítez.