Con una “profética lucidez”, el 16 de febrero de 1999 Carlos Fuentes dictó el discurso inaugural de la Cátedra “Alfonso Reyes”, en el que anticipaba problemas que se viven actualmente en México, Latinoamérica e, incluso, algunas partes de Europa.
Coincidieron en afirmar lo anterior Liliana Weinberg, Federico Reyes Heroles y Julio Ortega, consejeros de la Cátedra, así como Silvia Lemus, viuda del autor de “Aura”, quienes se reunieron el pasado lunes 18 de febrero para celebrar el 20 aniversario de esta doctrina que reúne a intelectuales de prestigio que han dejado huella durante su estancia en el Tecnológico de Monterrey.
“Desde hace 20 años ha sido un espacio que ha permitido que voces diversas de múltiples latitudes doten no sólo a la comunidad universitaria, sino a toda la comunidad, de herramientas conceptuales, pero también de herramientas afectivas, para imaginar y para construir un mundo diferente en el que quepamos todos.
“Ese ha sido el espíritu que ha alimentado esta Cátedra. Tanto Reyes como Fuentes supieron ser profundamente universales, porque fueron también profundamente mexicanos; y hablaron desde la visión de Anáhuac, la sierra del Tarahumara y el Chack Mool hasta la Iliada, y caminaron por las calles de París, de Madrid, de Buenos Aires, de Londres, llevando el ‘Sol de Monterrey’ y ‘La región más transparente’ en su bolsón y en su cabeza”, mencionó Ana Laura Santamaría, dando la bienvenida al evento conmemorativo.
Posteriormente, cada uno de los expositores habló sobre la similitud y empatía que tenían Fuentes y Reyes y esa gesto de “inteligencia cordial” que caracterizaba a ambos, ya que tenían el buen hábito de compartir su conocimiento con los demás.
El escritor y politólogo Federico Reyes Heroles se refirió a Fuentes como un ser obsesivo, y muchas de esas obsesiones estuvieron plasmadas en el discurso inaugural de la Cátedra “Alfonso Reyes” que tituló: “Un nuevo contrato social para el siglo XXI “.
“Una obsesión no es cualquier idea, es algo mucho más potente que se convierte en un motivo de vida, de trabajo, de entendimiento del mundo. Carlos Fuentes era plenamente consciente de sus obsesiones y las explotaba sin misericordia todos los días y a toda hora.
“Quizá la obsesión madre de Carlos era la palabra; la que igual nos puede conducir al amor o a la guerra; ese instrumento grandioso, sutil, delicado, poderoso, capaz de guiarnos por las implicadas pasiones humanas, de emociones aparentemente inescrutables e iluminar vastos territorios de cómo es la condición humana, o eso que llamamos la condición humana”, apuntó Reyes Heroles.
Destacó que en sus novelas, en sus cuentos, en sus brillantes ensayos, en sus luminosas conferencias, en toda su obra, Fuentes dio vida cabal a muchas realidades de nuestra existencia.
“Carlos Fuentes fue para México una gran antena, receptora permanente de distintas realidades. Antena sin par que registraba y transmitía sin pausa; era un hombre global, mundial o universal, como Alfonso Reyes”, señaló.
El teórico literario y escritor Julio Ortega recordó una anécdota con Fuentes durante su participación: “Una vez un anciano se acercó a Fuentes y le preguntó: ‘Señor Fuentes ¿cómo está (Alejo) Carpentier?’ y le contestó: ‘Carpentier se ha muerto desde hace mucho tiempo’; Y el anciano hizo otra pregunta: ‘¿Pero (Miguel Ángel) Asturias ha escrito algo nuevo?’, y Fuentes dijo: ‘Asturias ha muerto desde hace muchísimo tiempo’.
“Y entonces me pidió: ‘Julio vámonos, este es un fantasma’. Estaba aterrado, pero yo le dije: ‘no, no es un fantasma, es el lector ideal, el que cree que todos los escritores están vivos’”, compartió Ortega.
Sobre “Un contrato social para el siglo XXI”, la ensayista e investigadora Liliana Weinberg mencionó que Fuentes había tenido una visión profética sobre lo que pasaría en estos tiempos.
“La segunda parte del discurso se dedica a los grandes problemas de nuestra época y tiene una claridad que nos estremece. Tiene una capacidad profética.
“Hoy nos reunimos a las puertas de un nuevo siglo y de un nuevo milenio, y no sabemos si pisamos surco o ceniza”, dice un fragmento del discurso inaugural, en el que se citaba al poeta francés Alfredo de Muset con la siguiente frase: “con cada paso que damos, no sabemos si caminamos sobre una semilla o sobre una ruina”.
De igual manera, la consejera de la Cátedra observó algunas similitudes que Fuentes tenía con Reyes.
“Ambos compartieron esa rara cualidad de ser una inteligencia cordial en diálogo; ambos fueron hombres comprometidos con su tiempo que buscaron entender propositivamente el momento histórico que les tocó vivir”, expresó.
Silvia Lemus terminó el encuentro recordando algunos pasajes de la vida de su esposo, y entre ellos, no podía faltar la del desagrado de Reyes por la novela “La región más transparente”.
“Carlos le llevó a don Alfonso la novela ‘La región más transparente’ y semanas después Reyes le llamó -para darle su opinión- y con el libro en la mano le espetó: ‘pero qué has escrito, esta es una porquería, y qué lenguaje usas ¡qué vergüenza!”, recordó Lemus.
También comentó que para continuar con el legado de Carlos Fuentes y seguir cumpliendo su deseo de preocuparse por los jóvenes, Lemus creo una cuenta de Facebook bajo su nombre completo, en la cual extiende la invitación a todo el público a que la visiten, especialmente al juvenil, para que conozcan más sobre la vida y obra de su esposo.