GUADALAJARA, JAL.- Gracias al interés que tuvo Emma Cecilia García Krinsky por reunir el trabajo de mujeres fotógrafas, se logró un registro minucioso sobre las profesionales de la lente en México en el periodo de 1910 – 2010.
En la pasada edición de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, se presentó el libro “Mujeres detrás de la lente: 100 años de creación fotográfica en México 1910- 2010”, con la presencia de la historiadora Emma Cecilia, quien coordinó este proyecto y que además contó con la presentación de la escritora, guionista y dramaturga Carmen Boullosa, así como las colaboraciones en los textos de Eli Bartra y Blanca Ruiz.
García Krinsky manifestó que el objetivo de esta investigación era mostrar la evolución que tuvo la fotografía a lo largo de 100 años y por ello se dio a la tarea de seleccionar primero a las fotógrafas y posteriormente a sus obras.
Son más de 200 imágenes de 69 mujeres que a lo largo de un siglo dejaron su huella plasmada en sus creaciones desde las primeras hasta las más sofisticadas técnicas fotográficas.
Poco a poco estas damas fueron ocupando su derecho de piso al igual que los varones entregados a este oficio, pues al principio asistieron al fotógrafo, que en muchos casos fueron sus padres, parejas, hermanos y fueron dedicándose al trabajo del retoque, para luego incursionar en el montaje de sus propios estudios pero además, se convirtieron en testigos de la historia desde una perspectiva diferente.
La también curadora de la exposición que lleva el mismo nombre y que ha recorrido algunas ciudades de la república como Tijuana y Torreón, señaló que desde que nació este arte en el siglo XIX, las mujeres se profesionalizaron en el oficio.
“Cuando hablamos de fotografía a finales del siglo XIX y principios del XX la mayoría de los estudios fotográficos eran de hombres, pero sí hubo mujeres que lograron abrirse paso y establecer sus propios estudios sin vivir a la sombra del hombre”, afirmó.
Como ejemplo, refirió las fotografías de estudio de Natalia Baquedano y de las hermanas Arriaga; figura también Sara Castrejón, la primera mujer que hizo fotografías de la Revolución.
Resaltó la importancia del legado de Tina Moddotti, Aurora Eugenia Latapí, Dolores Álvarez Bravo, quienes contribuyeron con su arte al patrimonio cultural de México.
Por su parte, Carmen Boullosa hizo un recorrido narrativo con toques simpáticos de algunas historias de las mujeres participantes, tomando como referencia en cada caso lo que ella llamó una mirada diferente a la que un hombre puede percibir, e igualmente señaló cada movimiento histórico en que las fotografías fueron captadas.
En ellas se refleja un México diferente, que permanece en el pasado o igual evoluciona con imágenes actuales o atemporales de un siglo pasado o que sólo cambian con técnicas como el color o digitalización.
Las imágenes están agrupadas en capítulos temáticos y estilísticos que muestran una “pluralidad de miradas, desde las diferentes preocupaciones, sensibilidades y momentos artísticos”.
Los capítulos se dividen en: El Estudio Fotográfico: Nueva concepción de la imagen a partir de la década de los años veintes; La persistencia de la mirada. Reportaje y hallazgo; El retrato; La gran ciudad; Otros encuentros: La construcción de imágenes. La puesta en escena; Historia de mujeres, ficciones y realidades; y El cuerpo, instrumento de narración.
PLASMA TESTIMONIOS
Blanca Ruiz, escritora e historiadora de arte, quien ha publicado múltiples artículos relacionados con los profesionales de la lente en México, participa en el libro con textos que describen las trayectorias de las mujeres fotógrafas de talla internacional como Lola Álvarez Bravo, Graciela Iturbide, Ruth Lechuga, Maya Goded, entre otras.
“Tuve el gusto de conocer a la maestra Lola Álvarez Bravo poco antes de que ella muriera y también a Mariana Yampolsky, a Ruth Lechuga y de las fotógrafas más contemporáneas se encuentran Vida Jovanovich, Ana Casas y entre las más jóvenes como Magda Hernández.
“Y en las entrevistas traté de seguir una especie como de línea cronológica de cómo se han ido formando estas fotógrafas, y podemos ver que sus intereses han cambiado muchísimo, de los primeros registros documentales que hacía doña Lola y Mariana que tuvieron una mirada muy humanista hacia la gente, el campo o los indígenas, en contraste con la actualidad, ya que ahora las fotógrafas más contemporáneas tienen intereses más personales, hacia su propio cuerpo y hacia su propia auto representación” , manifestó Ruiz, originaria de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Subrayó que en el afán de experimentar nuevas técnicas y procesos es notable el trabajo de Hernández, Eugenia Vargas, Eunice Adorno y Patricia Vilchis.
“Hernández hace una serie muy interesante, o como Eugenia Vargas, y también persiste la intención documental como en el caso de Eunice Adorno, quien se puso a documentar a las mujeres menonitas de Durango, o Patricia Vilchis, quien decidió imprimir aspectos de las mujeres fresas, podemos ver otros intereses por experimentar”, explicó.
Por otro lado, la colaboradora de la Revista Cuartoscuro, indicó que en el libro “Mujeres detrás de la lente: 100 años de creación fotográfica en México 1910-2010”, se reflejan diferentes aspectos de la fotografía, como el paisaje mexicano, la cotidianidad, pero que también se distingue por los motivos personales de cada artista de la lente.
“Por ejemplo, hay una autora muy importante que es Graciela Iturbide, que en este libro está difundiendo las nuevas tomas que ha hecho en Italia. Básicamente se ven reflejados intereses de las mujeres que son muy amplios y variados, pero también como de manera muy personal”, apuntó.
Añadió que muchas de las mujeres que aparecen en las páginas del libro han sido reconocidas internacionalmente y citó a Maya Godet, quien forma parte de la Agencia Magnum de París.
“Para mí fue muy satisfactorio poder colaborar en este proyecto, lo cual agradezco mucho a Emma Cecilia que me haya invitado y espero que sirva de consulta para futuras investigaciones en el campo de la fotografía de mujeres”, concluyó.