
Enclavado en el centro de la capital regiomontana, el Barrio El Nejayote se ha convertido en una auténtica galería al aire libre que exhibe obras de arte… en sus banquetas.
Caminar por las aceras de la calle Allende del mencionado sector es transitar por andenes tapizados de expresiones artísticas que a través de la técnica de mosaico trencadis, reflejan la identidad y orgullo nuevoleonés.
Las obras, realizadas por artistas y habitantes del lugar, forman parte de un proyecto de regeneración de la zona impulsado por el colectivo Caminando por mi Barrio, que nació en abril de 2014 con el objetivo de darle un nuevo rostro al popular sector y fomentar, por medio del arte, la convivencia entre vecinos.
La idea surgió a principios de 2014 cuando Heriberto García Martínez, vecino del Nejayote, invitó a otras dos habitantes del Barrio: Lucero Montes Iglesias y Elvira Espinosa, a trazar un plan de rehabilitación de la zona.
Aunque en un principio no se tenía en claro en qué consistiría la regeneración del lugar, sí se sabía que tendría que ser a través del arte. No fue hasta en un recorrido que dieron por el vecindario cuando se percataron que su área de oportunidad estaba en las banquetas.
Los tres colonos del centro de la ciudad acordaron sustituir el gris del concreto con el colorido del mosaico reciclado.
“Heriberto traía la inquietud de que podríamos hacer en la calle Allende, del centro de Monterrey, que es en donde él vive, el Barrio El Nejayote, y entonces nos fuimos caminando para definir si hacíamos murales o si interveníamos postes.
“Empezamos a caminar por sobre las calles y cada vez que nos íbamos por la banqueta, nos bajábamos a la calle porque estaban en mal estado, como la mayor parte de las banquetas y entonces de ahí nació la idea de implementar la técnica del mosaico en las banquetas”, comentó la también artista plástica Montes Iglesias.
El periodo de Semana Santa fue el elegido para iniciar el proyecto, siendo la banqueta de Heriberto García Martínez la primera en someterse a la “cirugía artesanal”.
Al ser receso vacacional, no tardó mucho para que vecinos del sector, principalmente niños, fueran atraídos por el trabajo de los artistas y quisiera apoyar.
“Iniciamos en semana santa con la banqueta de Heriberto y como eran vacaciones los vecinos se unían a nosotros, principalmente niños, a quienes enseñamos a trabajar con el mosaico”, enfatizó la artista.
Las primeras figuras que se grabaron en las banquetas fueron una naranja y unos maizales, inspiradas en el corrido de Monterrey.
Y es que además de mejorar la apariencia de los andenes se buscaba darle a cada banqueta “un sentido de lo que somos, de que pertenecemos al Estado de Nuevo León, a la ciudad de Monterrey, a la zona centro y al Barrio Nejayote”, expresó Montes Iglesias.
El éxito de la primera casa fue tal, que poco tardaron en iniciar la rehabilitación de la segunda banqueta. Ubicada a un costado de la primera regenerada, la segunda acera contó con mayor apoyo de los vecinos, pues se abrió convocatoria por redes sociales para apoyar la causa.
“Al lado de la casa de Heriberto era una casa abandonada, por lo que hablamos con la propietaria, le platicamos sobre lo que estábamos haciendo, le preguntamos que si le interesaba y dijo que sí.
“Empezamos a hacer la banqueta de la casa abandonada. Para esta segunda anunciamos en redes sociales que iniciaríamos un nuevo proyecto para que la gente que quisiera aprender la técnica, a ayudarnos, a donar material, pues era bienvenido”, señaló la entrevistada.
La segunda banqueta, además de convocar a cerca de 20 personas, también exhibió la solidaridad de los vecinos, quienes apoyaron con alimento y trabajo a los artífices de las obras de arte.
“Como había sol, improvisamos unos toldos. Algunos vecinos sacaron sillas, sacaron limonadas, tacos. Entonces, se empezó a hacer esta dinámica bien interesante de participación ciudadana.
“Como es una técnica muy amigable, muy novedosa y ahorita está muy de moda la cuestión de reutilizar materiales, de estimular la creatividad, entonces hizo mucho ruido y la gente comenzó a participar. Y los vecinos también nos apoyaron con materiales, echándonos porras y demás.
“Fue como una naturaleza, empezó a brotar la participación. De hecho, con este proyecto hemos aprendido a convivir con los vecinos, a gestionar ciertas cosas y todo lo interesante es que a través de una cuestión artística. Entonces, esta cuestión de sensibilizar a través del arte lo volvemos a comprobar”, aseveró la vecina del Barrio Nejayote.
El resultado de la regeneración de las primeras dos banquetas se esparció rápidamente por el resto de la calle, por lo que, como efecto dominó, los vecinos comenzaron a interesarse por modificar sus banquetas, que al día de hoy ya suman 10 las rehabilitadas.
Y es que cada banqueta tiene un diseño propio, hecho por un artista, un ilustrador o un diseñador gráfico, quien dona la imagen.
Además cada banqueta tiene su cédula con el nombre de la casa, ya que los habitantes de la misma le ponen un nombre, la fecha de creación y el artista que hizo el diseño. En pocas palabras, la placa se traduce a que los habitantes de la calle Allende tienen al exterior de sus hogares una verdadera obra de arte.
Cada banqueta tiene un diseño distinto, ese diseño, un artista, un ilustrador o un diseñador gráfico lo dona. Entonces es una donación artística, todos ellos quieren colaborar. Se ha ido uniendo la comunidad artística.
“Entonces, imagínate qué maravilloso es que yo vivo en un barrio en el que al salir de mi casa tengo una obra de arte en mi banqueta”, dijo la artista.
En una banqueta que mide aproximadamente de seis a ocho metros cuadrados se le invierten alrededor de una semana, con trabajos de seis horas diarias.
Al proyecto se le han sumado otros colectivos como “La Banqueta se Respeta” y “Calle Genera”.
“En este proyecto hay más de 400 personas que han participado. Es bastante gente la que en un año nos ha acompañado, pero a nosotros nos gustaría que alguien replicara este proyecto en algún otro lugar de Monterrey”, puntualizó Montes Iglesias.
RESPONSABILIDAD SOCIAL
¿Cuánto tiempo tarda en que una obra inaugurada por alguna autoridad sea bandalizada en un barrio popular? La respuesta es: un par de semanas, pero ese fenómeno no ocurre en el Barrio El Nejayote, ya que el sentido de pertenencia de los vecinos los motiva a cuidar cada una de las obras de arte plasmadas en sus banquetas.
“Las autoridades pueden llegar y hacer algo, pero no es lo mismo a que si todos estemos involucrados porque como entre todos lo hicimos, todos lo cuidamos. El sentido de pertenecía es diferente, es más acentuado.
“Siempre esperamos que alguien venga a salvarnos, en cuestión de autoridades, pero si nosotros nos quedamos esperando, van a pasar muchos años”, aseveró Lucero Montes Iglesias.
Y es que, antes de comenzar a desarrollar el proyecto, los fundadores de “Caminando por mi Barrio” investigaron si legalmente podrían rehabilitar los andenes de su sector, encontrando que, en efecto, la responsabilidad de mantener en buen estado las banquetas es del dueño de la propiedad, a pesar de ser un espacio público.
“Era como formar parte de la solución y no sólo culpar al municipio o al Estado. Entonces, nosotros también por eso empezamos porque qué autoridad moral o social podemos tener para reclamarle a los gobiernos si no podemos hacer algo por nuestro espacio.
“Desde esa premisa nos pusimos a trabajar y a hacer algo por el barrio”, mencionó la entrevistada.
Además de cooperar en el mejoramiento de su entorno, la regeneración de banquetas también ayudó a que los habitantes del Barrio El Nejayote retomaran las viejas prácticas del regiomontano: las de convivir con los vecinos.
“Estamos acostumbrados a vivir de la puerta de nuestras casas para adentro, y de la puerta para afuera no nos importa qué pase. Antes nuestros abuelos o papás salían a convivir con los vecinos, a tomar el fresco, es como retomar esos hábitos”, expresó Montes Iglesias.
FESTIVAL CULTURAL
El nivel de inclusión del proyecto ha sido tal que ahora cada festividad es excusa para que los vecinos del barrio se reúnan para convivir.
Por tal razón, del 18 al 20 de septiembre se realizará el Primer Festival Cultural El Nejayote en la calle Allende.
Como parte del festival se espera mejorar la onceava banqueta.
“La idea es que durante el festival sea inaugurada”, mencionó Luis Alonso Flores, integrante del colectivo “Caminando por mi Barrio” desde hace un año y quien agregó que: “La intención del festival sigue siendo la misma que tenemos con las banquetas: que la gente conviva como la hacía antes y que se siga manteniendo esa idea de que el Barrio Antiguo es cultural, aportar un poquito de nosotros en esta área”.