
Pese a que existe la idea de que el desnudo femenino ha predominado desde siempre en la historia del arte, el desnudo masculino sí ha estado presente, y como una referencia inmediata se piensa en la magna escultura el David, de Micheleangelo Buonarroti (Miguel Ángel).
El Museo Nacional del Arte Munal en la ciudad de México, exhibe desde el pasado 5 de marzo la muestra “El Hombre al desnudo, dimensiones de la masculinidad a partir de 1800”.
Esta exposición que fue realizada con la colaboración del Musée d´ Orsay en París, Francia, está conformada por 171 obras entre pinturas, esculturas, fotografías y artes gráficas realizadas en diversos materiales y técnicas, provenientes de colecciones nacionales e internacionales.
Esta selección representativa pero a la vez muy extensa, pretende profundizar, y al mismo tiempo interpretar en forma lúdica y desde un punto de vista social y artístico el desnudo masculino.
“El Hombre al desnudo, dimensiones de la masculinidad a partir de 1800”, comparte por primera vez la plástica mexicana de Manuel Vilar, Manuel Ignacio Vázquez y José María Velasco, dentro del mismo espacio con obras de Théodore Gericault, Gustave Moraeu y Aguste Rodin, por mencionar algunos.
A decir del director del Munal, Agustín Arteaga, quien además tuvo a su cargo la curadoría aquí en México, la muestra permite revalorar la concepción que se tiene sobre el desnudo masculino.
Desde la inauguración hasta la reciente pasada Semana Santa, esta exhibición ha atraído a más de 24 mil personas.
Espaldas anchas, pectorales y torsos marcados de hombres llenos de vitalidad, cuyos miembros viriles son expuestos, en algunas obras a discreción y en otras en pleno, invaden la sala de exposiciones temporales del Munal, a la que no está permitido al público tomar fotografías.
La muestra está dividida en seis ejes temáticos, que no fueron instalados en orden cronológico: El ideal clásico, El desnudo heroico, Nuda Veritas, Al Natural, En el dolor y El objeto del deseo.
Al iniciar el recorrido llama la atención una composición realizada en material totalmente desechable y que forma la figura del lanzador de disco, un icono popular de las olimpiadas.
Los mártires que aparecen en las escenas plasmadas en los cuadros de arte sacro, contrastan con imágenes contemporáneas de varones que posan seductoramente ante una cámara, y hasta una fotografía del Santo y los cuerpos tatuadas del Dr. Lakra.
Los visitantes admiran el cuerpo de Mercurio de Pierre et Gilles, El ángel caído de Alexandre Cabanel, El ex voto de San Sebastián de Ángel Zarraga, así como La edad de bronce, de Auguste Rodin.
Destacan también la escultura Don Javier, de Jorge Marín, y la tallada en madera de Reynaldo Velázquez Zebadúa, pues en ambas se muestra la parte vulnerable no sólo como hombre, sino como ser humano ante la vejez y la enfermedad.
Entre las que muestran el desnudo frontal en todo su esplendor figura la obra ¡Calamidad! de Henrie- Camille Danger, en la cual aparece un gigante dentro de un escenario en medio de la destrucción.
Imágenes en el marco de la vida cotidiana, como hombres desnudos en una bañera, o en un balneario, también integran esta vasta mirada a la anatomía masculina.
“Hombre al desnudo, dimensiones de la masculinidad a partir de 1800”, permanecerá en la Sala de Exposiciones Temporales del Munal hasta el 17 de Junio.