
“Cenizas”, que narra de manera desgarradora la historia de un preso político de la dictadura Argentina, quien escapa de un arresto domiciliario poco tiempo después de salir de prisión, es el primer trabajo del artista plástico Damián Comas que lo llevó a ser galardonado con el premio de novela en el XIX Certamen de Letras Hispánicas Universidad de Sevilla en 2013.
Y es precisamente con “Cenizas” que el autor abre camino a un mundo lleno de oportunidades para seguir haciendo eso que tanto ama, escribir.
Hay entusiasmo y suma emoción en Comas cuando habla de su ópera prima porque asegura que es un trabajo que le ha costado mucho llevar a su punto final.
El autor, quien recibió como premio mil 500 euros y la publicación de una primera edición de su obra, hace hincapié en que no le gusta que se le llame artista o escritor. Prefiere ser reconocido como creador, ya que asegura que lo más bello de la vida es la creación misma.
“Me siento muy orgulloso de este trabajo”, dijo vía telefónica, “es un libro que me costó mucho hacer y ahora que lo veo en mis manos, siento que todo valió la pena”.
Comas reveló que “Cenizas” es un trabajo que se vino realizando desde hace años.
Pero para que “Cenizas” viera la luz, señaló que tuvo que tocar muchas puertas, visitar varias editoriales muchas veces, sin suerte.
“Estoy muy contento con todo lo que ha pasado, y pues es mi primera novela, tiene ya varios años, pero siempre es un largo camino encontrar editoriales, y de muchas de ellas nunca recibí respuesta favorable. Esa fue la razón por la que decidí a concursar, de hecho participé en dos concursos en México, y cuando lo envié al concurso a España, es cuando gané.
“A partir de ello viene el premio de Letras Hispánicas de la Universidad de Sevilla, y fue cuando salió su primera publicación con Punto de Lectura de España y ahora con Punto de Lectura México”.
> ¿Qué tan difícil es lograr que una editorial se fije en tu trabajo?
“Yo creo que bastante difícil sobre todo si uno no está en el medio y no conoce a nadie. En mi caso yo me formé como artista plástico y después hice una maestría y a partir de ahí fue que renació el interés, aunque siempre existió.
“Pero yo no le daba importancia por lograr arte con las palabras y a partir de entonces empecé a escribir… cuando terminé esta primera novela después de tres años de trabajo comencé a acercarme a distintas editoriales”.
Comas indicó que esperar una oportunidad es realmente complicado y desafortunado al mismo tiempo.
“Porque seguramente hay muchísimo talento por ahí y muchos de ellos (editoriales) no se toman el tiempo para oír a estas nuevas voces, estos nuevos autores y hay muchas cosas valiosísimas de las cuales se están perdiendo de alguna manera”.
> ¿Qué tiene “Cenizas” para que haya logrado conquistar ese premio en España?
“Justamente yo creo que es una novela con muchos niveles de escritura. Es una novela que tiene vida propia y que va dirigida específicamente para el lector. A mí me interesa que el lector entre de lleno a la lectura y se olvide que está leyendo.
“Entonces, en ese sentido hay una apuesta por una musicalidad, por unas palabras que van avanzando solas y que van adentrando un mundo donde el lector se olvida por completo de todo, además es muy visual la novela. En ese sentido yo he querido que el lector tuviera una pantallita en la frente y ahí mismo va armando su propia película de esta novela”.
> Defíneme “Cenizas”
“No solamente es una historia, creo que es una novela de ideas donde hay mucha filosofía, hay mucha reflexión, hay muchos cuestionamientos hacia el hombre, hacia el fin de su existencia por lo que implica un movimiento político, de lo que implica también la historia misma de Latinoamérica.
“Yo creo que sucedió en todos los países, que después del 68 comenzaron estos movimientos estudiantiles, intelectuales que de alguna manera venían a renovar el mundo, plantear una nueva manera de hacer las cosas que en muchos sentidos era simplemente buscar una existencia más justa y todos ellos se vieron censurados como mi personaje Julio, que es seguido en toda la historia, preso, torturado, encarcelado en un calabozo donde no podía ni siquiera estar de pie por años”.
La novela, añadió Comas, no es simplemente una historia que sucede dentro de este calabozo y del tipo que sólo cuestiona lo que fue su vida.
“Es más bien el rescate del personaje, esa transición de para él ir a Argentina hasta cruzar Uruguay, entrar a Brasil y seguir recorriendo el continente para que termine esta historia en un bar de jazz en New York donde se encuentran 40 años después los personajes y evaluar cuál fue el sentido de esta lucha, cuál fue el sentido de un movimiento para un personaje como él, que al salir de prisión ya no hay nada, ya no existe el movimiento, el mundo no cambió, y su familia y amigos y mucha de la gente que apreciaba eran como desaparecidos. Entonces es muy drástico y al mismo tiempo no hay respeto de vida, hay instancia de mucha belleza”.
Hay una cosa muy importante, dices que al leer “Cenizas” es como si se prendiera una “pantallita” en la frente y él mismo puede hacer su propia película de esta novela.
“Es lo mismo, yo a veces lo relaciono mucho con la música, cundo uno escucha a un gran trompetista, a un gran jazzista, un gran intérprete parece que es fácil, parece que no le cuesta esfuerzo el estar ahí, tocando, le sale tan natural, y eso es un poco la búsqueda de ‘Cenizas’, que no le sobren palabras, que no esté repleta de paja y descripciones que no van a ningún lado, es justamente que esté ahí lo esencial.
“En ese sentido para mí, mi formación como escultor en piedra también es muy importante porque esculpir es construir al revés, es quitando todo lo que le sobra a la roca hasta encontrar esa esencia, y lo que hago ahora con mi escritura es muy similar y de todo lo que me doy cuenta que no va, que le sobra, lo depuro, lo que no encaja y dejo solamente lo esencial, lo que verdaderamente influye y por lo tanto importa”.
Comas parafrasea a Antón Chéjov, uno de sus escritores favoritos que dice: “Si aparece un arma es porque en algún momento se tiene que disparar…”.
Y eso es un poco lo que sucede en la novela, si aparece una camisa azul es porque influye y es relevante que mencione eso… y es lo que decía un filósofo español: ‘es que no le sobra nada a esta novela…’”.
> ¿En el proceso de “Cenizas” cuál fue el trago más amargo que pasaste para aterrizar este libro?
“Hubo escenas donde este preso, Julio narraba la novela desde adentro de su cuarto, y esa era mi primera intención, cómo partir de un hombre sin recursos, de una oscuridad, de un cuarto donde no podía estar ni de pie. Desde ahí contar lo que había sido la vida, pero me di cuenta que no, que yo estaba escribiendo o filosofando una seudofilosofía y que mi historia no estaba fluyendo y que en cualquier momento cualquier lector la hubiera abandonado.
“Entonces”, recordó, “ahí fue el giro más drástico con la novela y decir: ‘No, esto tiene que moverse y tiene que caminar” y más bien los recuerdos de prisión hacia atrás’”.
> ¿De cuánto es el tiraje de “Cenizas”?
“No estoy muy seguro, 3 mil en España y 3 mil acá; no es una cifra certera”.
> ¿En tu terreno de guiones cinematográficos, has hecho algo más?
“Sí, he escrito algunos guiones con el cineasta Carlos Bolados, y además voy por una cuarta novela”.
> ¿Qué aconsejas a quienes como tú esperan una oportunidad para dar a conocer sus obras literarias?
“Primero, hay que ser muy autocrítico, esa es la parte más difícil de la escritura, no hay que enamorarse de lo que uno hace, incluso hay que odiarlo y pensar incluso que es basura. Algo que a mí me funciona mucho es poner los textos a dormir, olvidarme completamente de ellos hasta tener realmente una visión nueva, limpia, a tal grado de pensar ‘yo ni siquiera escribí esa obra’”.
> ¿Cuál es la mejor crítica que le hicieron a tu obra?
“Hubo dos reseñas de españoles que definitivamente no conozco. Una, escrita por un filósofo de origen catalán quien quedó fascinado y dijo: ‘No le sobra nada a este libro’”.