por IRMA IDALIA CERDA
Una gran pintura del rostro de Frida Kahlo con fondo amarillo cubre media pared del primer cuarto de El Rincón Azul, un lugar para comer, charlar y contemplar los cuadros y otros objetos que su propietario, Ivanhoe Madrigales, ha colocado estratégicamente para que los visitantes sientan la compañía de la pintora desde el momento en que se sientan a la mesa.
En una casa de frente angosto, ubicada en la calle Villagómez, nació hace seis meses este espacio dedicado a Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, cuya obra sigue vigente a más de 50 años de su muerte.
Ivanhoe ha sido uno de los tantos fanáticos de Frida desde que era estudiante de Artes en Celaya, Guanajuato. Sin saber a dónde le llevaría su admiración y atracción por la legendaria artista, finalmente se decidió por crear un sitio que le rindiera homenaje a su memoria y al amor que también tenía por México.
“La idea surgió muy espontáneamente, porque tenía pensado en este espacio hacer otro tipo de negocio. De repente me di cuenta que tenía una colección muy grande de Frida y fue cuando pensé que me convenía más hacer un lugar dedicado exclusivamente a ella y bueno, siguiendo el concepto de lo mexicano fue como se me ocurrió poner un café con servicio de restaurante que a la vez funcionara como galería.
“La idea es que la gente pueda venir a ver la exposición , la colección que tengo de cosas mexicanas, porque no nada más son cuadros de Frida, sino también pueden ver otro tipo de piezas.
“Tenemos por ejemplo, una cantina que sirve como escritorio, es un objeto mexicano, no tan antiguo pero sí una pieza con muchos años”, explicó Ivanhoe, quien porta una camiseta con el rostro de su musa, misma que regala en promoción a los clientes que han consumido 20 comidas.
Madrigales tiene en su haber cerca de 100 piezas de su propia creación que ha realizado sobre Frida, pero también tiene otra cantidad importante de accesorios o muebles que de alguna u otra forma se relacionan con la que fuera esposa de Diego Rivera.
En la pared continua a la de la gran imagen de la pintora -que en ese cuadro luce con su cabello suelto, libre de las características trenzas atadas con listones de colores- pende un cuadro de un hombre vestido de charro acompañado de su guitarra; por coincidencia, el protagonista del cuadro guarda un enorme parecido con Ivanhoe.
“Aquí pretendo que sea un lugar experimental sobre Frida, porque no sé hacia dónde va a ir. De primer instancia se me ocurrió este café-galería, es una manera de atraer gente en forma amigable. Puedes venir a comer o a tomar un café y tenemos planes para hacer una galería en la que puedan exponer artistas locales”, expresó Ivanhoe, quien obtuvo el segundo lugar en El Certamen de Artes Visuales 2005 de la UANL.
EN HONOR A FRIDA
“Yo empecé estudiar pintura en Celaya, Guanajuato en 1995 y en esa época allá había una vida cultural muy fuerte. Entonces los maestros eran como muy bohemios y por ende yo también empecé a entrar a estos grupos y relacionarme en ese ambiente.
“A mí me empezó a llamar mucho la atención Frida por su colorido, por las cosas que manejaba, por ejemplo los símbolos, que aparentemente son muy decorativos en su cuadros, pero cuando tú revisas su biografía te das cuenta que hay una profundidad; te das cuenta que el chango, el perico- y demás elementos en sus pinturas-significan algo, todo en ella significa algo, y eso me pareció muy interesante, aunado a que ella tuvo una vida muy dramática”, comentó el propietario de El Rincón Azul.
Aclaró que al principio no reparó en la azarosa vida de la también miembro del partido comunista, pero en cambio se sentía atraído por los follajes, los turbantes y los colores que inundaban sus lienzos.
“Es muy visual. Eso fue lo que me llamó mucho la atención de Frida. Ya después me puse a investigar sobre su vida, y como puedes ver tengo muchos libros y biografías de ella, porque me he involucrado tanto con su historia”, señaló.
En ese periodo, Ivanhoe inició su vínculo con Frida, en el que tuvo muy claro que no haría reproducciones ni réplicas, sino una visión de ella como inspiración para crear su propia obra.
“No me quería ir por el rumbo de estar recreando o reinterpretando a Frida. Simplemente me llamaba la atención ella, esa mujer con sus cosas mexicanas. Y entonces me ponía hacer ejercicios para tener, digamos, una `coleccioncita´para mí, porque es imposible o muy difícil adquirir obra de ella.
“Fue entonces cuando dije: voy a hacer unos ejercicios –así lo tomaba yo-, pero después esos ejercicios se me fueron haciendo más y más, y entonces ya no eran sólo ejercicios, sino que ya tenía una cantidad importante y llegó un momento en que un coleccionista me empezó a comprar y otras gentes me empezaron a pedir cuadros con Frida y así se fue haciendo la bolita de nieve.
“Me he dado cuenta que les interesa Frida y mi manera muy personal, como yo he manejado el tema les ha llamado la atención. Independientemente de que yo pueda trabajar en otros temas, siento que tengo que seguir con ella”, confesó Madrigales.
Su trabajo ha trascendido y más allá de El Rincón Azul, Ivanhoe ha dado a conocer su obra a través de cantantes como Lila Downs, Eugenia León, o expertos en el tema de Frida, y asistió a un Réquiem que organizó el Tecnológico de Monterrey.
Recientemente, el café-galería fue el escenario para una sesión de fotos para una publicación en donde la modelo, emulando a Frida, llevaba ropa y accesorios alegóricos a la pintora nacida en Coyoacán a principios del siglo pasado.
Cada día, Madrigales aumenta su colección con productos de otros artistas o empresarios que han realizados sus obras inspirados en Frida , y así enriquecer.
“Ese tipo de objetos son los que yo tengo. De eso se trata también lo que estoy haciendo con Frida; guardar cosas que den testimonio del porqué el fenómeno de Frida sigue y yo creo que va a durar mucho tiempo, y cada generación la va interpretando de una manera muy de acuerdo a su visión”, aseveró.
MENú “AFRIDISíACO”
Como es un café-restaurante que rinde homenaje a Frida Kahlo, el menú tiene platos cuyos nombres están inspirados en nombres de personas o cosas relacionadas con ella.
Los comensales podrán disfrutar de: Lonche Frida, con jamón de pavo; Lonche Diego, con jamón de puerco, ambos de 15 pesos. Figura también: Tostada Rincón Azul (deshidratada) con frijoles o carne molida, Chalupa (tostada frita) con frijoles o carne molida. La primera en 8 pesos y la segunda en 10.
Para quien prefiera los vegetales, tiene la opción de la ensalada Dorothy Hale, con jícama, manzana, naranja y betabel con un costo de 25 pesos, así como la de Yo y mis Pericos, hecha con fruta verde de temporada y yogurt proteico que cuesta 30 pesos.
Además de las comidas corridas diarias por 40 pesos, enchiladas potosinas para llevar y aguas frescas, café o té.
QUETZALCÓATL
Más que uno de los atractivos del espacio, es otro miembro del equipo, como bien define Ivanhoe, porque “quetzalcóatl” no es un perro azteca o xoloitzcuintle cualquiera, este es un canino que también quiere sobresalir.
“Aquí llegó quetzalcóatl cuando abrí El Rincón Azul el 27 de marzo y era una de las cosas que me faltaba para, digamos, redondear todo el concepto. Llegó de pura chiripa porque un chico andaba vendiéndolo allá en el Barrio Antiguo donde tengo otra galería.
“Entonces no lo pensé mucho, hablé con el vendedor y al otro día me lo entregó, y ya tenía tres meses el perrito . Yo digo que dentro de su raza es bastante sui generis porque es exageradamente amigable, exageradamente divertido, porque me dicen que por generalmente son agresivos. A quetzalcóatl la gente lo adora.
“Frida y Diego tenían muchos perritos de estos. De hecho ellos fueron los que lo impulsaron como el ícono dentro de los caninos, como representante de la cultura mexicana. Además los aztecas lo usaban para muchas cosas y hasta se alimentaban con ellos”, destacó Ivanhoe.