Sandra Arenal Huerta tuvo una vida rica en experiencias. Desde que nació el 29 de noviembre de 1936 en la Ciudad de México, su vida ya estaba destinada para una misión social. Leopoldo Arenal y Elena Huerta formaron a sus hijos con ideología de izquierda, pues eran miembros de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios.
“Mi mamá nació en el seno en una familia comunista, porque en aquella época el comunismo era como estar de lado de los pobres, en contra de las injusticias y todo eso. Mis abuelos eran comunistas y mi mamá nació y creció en esa familia.
“Era una familia en donde había mucho activismo: mi abuelo y mi tío abuelo estaban en el Partido Comunista; mi tía Angélica se casó con David Alfaro Siqueiros, entonces era un ambiente de ideas de izquierda”, mencionó Ana Maldonado Arenal, una de las hijas de la maestra, escritora y activista, quien fuera homenajeada recientemente en la UANLeer 2020 con motivo del 20 aniversario de su fallecimiento.
Además de la doctrina comunista, Sandra fue influenciada por el arte, pues en su familia las manifestaciones artísticas eran una forma de vida. Su tío abuelo fue Luis Arenal, un reconocido pintor; su abuela fue Elena Huerta y su hermana, Elena Electa Arenal Huerta, fue pintora muralista y escultora y falleció al caer de un andamio cuando se realizaba el Polyforum Cultural Siqueiros.
En el Comité Central del Partido Comunista Mexicano la maestra Arenal conoció a Edelmiro Maldonado, con quien contrajo nupcias y formó una familia en la capital, pero al cabo de unos años su esposo se enfermó y tuvieron que ir a Monterrey.
“Mi papá era maestro, consiguió aquí su plaza y nos quedamos a vivir en Monterrey con un activismo político, ya no en el Partido Comunista, pero sí en la lucha estudiantil.
“Entonces mi mamá era ama de casa, pero cuando mi hermana entró a estudiar a la Normal Superior mi mamá ingresó en la Normal de Educadoras y al terminar consiguió una plaza de maestra y empezó a trabajar”, recordó Maldonado Arenal.
Añadió que su madre seguía participando en marchas y manifestaciones con su esposo, pero al estar ejerciendo como maestra empezó a percibir las injusticias y los maltratos a los niños; fue así como inició su camino dentro del activismo social.
LLEGA ‘VIDAS ASPERAS’
Sandra Arenal obtuvo el primer lugar en la categoría novela del Certamen Literario “Marakenko” por “Vidas Ásperas”, que posteriormente editó la Escuela Normal Superior, la institución que lanzó la convocatoria en 1978.
Recientemente, por el homenaje que se le rindió a la maestra Sandra Arenal, fue reeditado por la Editorial Universitaria de la UANL.
“Mi mamá entró a la Normal Superior, ahí salió la convocatoria para participar en el certamen de Literatura Makarenko y ella siempre tuvo la inquietud de escribir, hizo esta novela de ‘Vidas Ásperas’ que es una historia real, porque ella conoció a la conserje, la entrevistó y escribió la vida de esta mujer.
“Para mi es un libro que me pareció interesante porque cuando nos propusimos a hacer el homenaje a mamá yo decía: ‘es que este libro -que además es el primero- narra cosas interesantes , porque narra la historia de la fundación de colonias como Tierra y Libertad y Granja Sanitaria’”, refirió.
Incluso, agregó, en algún capítulo del libro también hace referencia a las misiones culturales que se hacían en los rincones más apartados del país, gracias al entusiasmo de Elena Huerta que llevaba el Teatro Guiñol.
“Todas esas cosas que narra mi mamá es lo que pasaba en el siglo pasado. Por eso me gustó mucho, si lo veo desde el punto de vista social, estoy viendo cosas que pasan en un país, que son reales, como lo que ocurrió con la conserje que entrevistó mi mamá.
“Yo nunca se lo dije -aunque yo me llevaba muy bien con ella- pero siento que esta novela abre las puertas de lo que son los testimonios, porque ella hace una entrevista y de ahí escribe la novela”, resaltó.
Maldonado Arenal señaló que poco después de que su mamá ganó el premio con la novela “Vidas Ásperas” falleció su papá, lo que provocó que entrara en una profunda depresión.
No obstante Sandra Arenal recibe una invitación para ir a Barroterán, Coahuila, donde hubo una explosión en unas minas y fallecieron muchos mineros; a raíz de eso conoció a las viudas y empezó a hacer muchos viajes a ese lugar.
“Se da cuenta que estas señoras viven en el abandono, la empresa las abandonó y quedaron desprotegidas. Pero las viudas le abren sus casas, la reciben y decide entrevistarlas y cuando regresaba de allá decía: ‘alguien tiene que darle voz a estas mujeres, no es justo lo que les pasó’, fue cuando escribe “Barroterán: crónica de una tragedia”.
MAGISTERIO Y ACTIVISMO
Ana Maldonado comenta que su mamá encontró una forma de apoyar a mujeres y niños maltratados y se convirtió en activista, sin dejar a un lado su labor como maestra.
“A partir de lo que hizo en Barroterán ella ya empieza a dedicarse de lleno primero a la defensa de los niños y funda un comité que se llama “Comité por la Defensa del Menor” , pero luego ella se daba cuenta que las mujeres que maltratan a sus hijos es porque también sufren el maltrato.
“Entonces llegó a la conclusión que también había que ayudar a la mujer. Y luego la buscaban, porque mi mamá llegó a tener en su casa mujeres que venían huyendo de sus esposos que las golpeaban y ella las hospedaba mientras les buscaba alojamiento seguro”, relató .
Por otro lado, la hija de Sandra Arenal mencionó que además de “Vidas Ásperas” que reeditó la UANL, se planea publicar otro libro en el que esté integrado una biografía de la maestra, escritora y activista, así como un apartado de entrevistas con personajes de la localidad con quienes convivió en vida.
“Mi mamá conocía a mucha gente, tenía amigos y amigas de diferentes sectores y queremos hacer entrevistas con ellos y ellas; queremos hacer un apartado de fotos y otro apartado en el que se haga un breve resumen de cada uno de sus libros.
“La cuestión de la revisión es un poco compleja porque es costoso y nadie te hace las cosas gratis. Por ejemplo, en España hay un libro que se llama ‘No hay tiempo para jugar’, ese libro lo reeditó la editorial española Media Vaca, pero no hemos pensado en reeditar todos porque es costoso”, indicó.
En cuanto a su labor como educadora y maestra, Ana Maldonado señaló que su mamá se entregó a su profesión con la misma pasión con la que defendía a las víctimas de maltrato.
“Mi mamá amaba su trabajo. Cuando le dieron la plaza le asignaron crear un Jardín de Niños en un terreno de la Colonia Ciudad Satélite, en esa época todo era puro monte. Y entonces, ella consiguió un tejaban y empezó a ir a visitar a las mamás para que invitarlas a llevar a sus hijos al preescolar.
“Ella fundó ese Jardín y ella le dedicó mucho a ese Jardín y ahora está hermoso. Ella veía el magisterio con mucha pasión, le encantaba su trabajo y le encantaban los niños”, puntualizó.