
Los cubanos Dagoberto Rodríguez Sánchez y Marco Antonio Castillo Valdés son Los Carpinteros, dos artistas cubanos cuya obra ha trascendido y es muy apreciada en muchos países porque el humor que manejan es universal.
La exposición que lleva el nombre del colectivo fue inaugurada el pasado 21 de agosto en la planta baja del Museo de Arte Contemporáneo con las piezas más representativas que han realizado a lo largo de más de 20 años.
Durante el recorrido a medios previo a la inauguración de la exposición, los artistas acompañados de Gonzalo Ortega, curador en jefe de Marco y curador de la muestra, dieron sus impresiones sobre el montaje y el origen de las piezas.
Desde los bocetos de las obras, instalaciones como una barra metálica de 17 metros que sostiene una serie de sacos de la misma medida y color, en los que además están perforados al centro con un agujero en forma de estrella.
Los visitantes encontrarán también una escultura de ladrillos, así como una pared tapizada de tomates rotos y una cantidad de clavos cuya forma retorcida es en alusión a soldados heridos en batalla.
“La obra de Los Carpinteros ha tenido de manera constante, desde sus inicios hasta al día de hoy, que ver cómo abordan temas críticos que tocan a cualquier persona en el mundo”, aseveró Ortega.
SITUACIONES LIMITADAS
Si algo ayudó a Rodríguez y Castillo en la formación y desarrollo en el oficio, es sin duda las carencias que enfrentaron mientras fueron estudiantes. Ellos no tenían materia prima para experimentar, así que tuvieron que recurrir a lo inservible, a cosas que rescataban de la basura, pero sobre todo, explotar el ingenio y la creatividad al máximo.
“En 1991 la Unión Soviética interrumpe dramáticamente el suministro de víveres a la isla; es justamente el momento en que ellos están terminando la carrera y están empezando a producir de manera mucho más seria.
“Se topan entonces con un contexto de lo más hostil en la cuestión de las circunstancias socioeconómicas y del abastecimiento de recursos; y justo es en ese escenario en el que tienen ellos que empezar a producir”, refirió Ortega.
Argumentó que lejos de perjudicarles les afecto positivamente, pues se vieron “forzados” a desarrollar al máximo su talento.
Cuando Dagoberto Rodríguez estaba realizando la instalación in situ titulada “Tomates”, expresó que a dos décadas de distancia el hecho de no tener los recursos les trajo a la postre un beneficio mayor: la llave para abrir la creatividad.
“Sí, de hecho cuando nos invitan a dar talleres en alguna universidad lo que hacemos es un programa que siempre es igual y se llama ‘Situaciones Limitadas’.
“ Y lo que hacemos es tratar de que los estudiantes no tengan nada, que absolutamente no tengan ningún medio para trabajar y que ellos sean capaces que en base de nada puedan crear su propio lenguaje, su propia cultura y esto creo que tiene que ver mucho con la educación nuestra muy precaria pero con mucha motivación”, apuntó Rodríguez.
LOS CARPINTEROS
SEGÚN SUS GALERISTAS
Durante el recorrido a medios algunos de los galeristas con los que han colaborado Los Carpinteros coincidieron en que el elemento más importante en la obra de los cubanos es el humor.
Mun Jung Chang y Santiago Riveiro de la Galería Ivorypress hablaron sobre la relación de los artistas y su desempeño en Madrid.
“Desde su salida de la Habana a Europa les cambia por completo, no en cuanto a las ideas, pero sí al trabajar con el material.
“Cuando estaban en La Habana los materiales más accesibles quizás eran el plástico, la madera y el primer contacto con Europa y al empezar a vivir en Madrid, les hace trabajar con materiales diferentes como: tela, metal, oro, bronce, etcétera.
“Nosotros en Ivorypress lo que hacemos es apoyarles para que la creatividad de ellos se convierta en lo que realmente quieren”.
Sobre la selección que realizó el curador Gonzalo Ortega, Jung Chang consideró que eran las piezas apropiadas para el museo Marco.
“Es un placer estar aquí en Marco, es un museo impresionante, una joya”, expresaron los representantes de Ivorypress.
Por su parte Peter Kilschmann de la Galería que lleva su nombre en Suiza señaló que lo que más le gusta de Marco es su arquitectura y sobre la obra de Los Carpinteros.
“He trabajado con ellos desde hace cinco años y han tenido exposiciones en mi país. Como artistas cubanos ellos ven las cosas desde una realidad diferente. Su humor es un elemento poderoso en su obra”, afirmó el galerista suizo.