Alejandro Julian García Prado decidió escribir una novela mientras estaba pasando por una etapa muy difícil en su vida, ya que una rara enfermedad le impedía continuar con su rutina, pero encontró la manera de trabajar en el manuscrito al que tituló “El Don de Rachel”, que se presentó en la pasada XXVIII Feria Internacional del Libro de Monterrey.
“Yo estuve durante dos años muy enfermo y como diez especialistas no se pusieron de acuerdo sobre la enfermedad que tengo, entonces decidí ya no ver a ningún otro doctor.
“Actualmente estoy tomando un medicamento controlado para la ansiedad e incluso un neurólogo me dijo que no me iba a curar, pero yo me negué a creerlo y en vez de eso -pese a los problemas físicos que tenía, pues se me cerraban los ojos- me puse a escribir con una mano y con la otra sostenía mis párpados, por eso, este libro tiene gran valor sentimental para mí “, manifestó A. J. García, el nombre que eligió como escritor.
Este es la segunda edición de “El Don de Rachel”, ya que anteriormente se lanzó a la través de Universo de Letras de Planeta, pero por ciertos inconvenientes que tuvo el autor con la editorial en España, decidió cancelar el contrato y ahora la presentó en la FIL Monterrey como un producto literario independiente.
“Antes que nada, buscó la llave la cual encontró fácilmente, luego miró con lágrimas su diario ¿qué lógica tendría esconder su más profundo secreto en la casa? Alguien algún día lo encontraría ¿No sería mejor tirarlo por el camino ? No, ella era demasiado romántica para destruirlo. Rachel Bourke era una persona más intuitiva que racional, lo que le había funcionado muy bien hasta ese día, así que miró a su alrededor y creyó encontrar el lugar ideal”, se lee en el primer capitulo de la novela.
A.J. García comentó que este relato del género de suspenso, surgió como el resto de los que aún no escribe y que dice puede desarrollar fácilmente, pues aunque no estudio Letras, pues es ingeniero en Sistemas egresado del Tecnológico de Monterrey, siempre ha tenido esa inclinación para contar historias.
“Es una habilidad que tengo porque si tu me platicas cualquier cosa, veo alguna noticia en la tele, o bien me pongo a observar a dos personas sentadas, armó una historia .
“Creo que tengo como 30 historias pendientes de escribir. Se me ocurre la idea y hago una estructura pequeña de lo que puedo convertir en un cuento o novela que pueden ser muy interesantes y lo puedo hacer en poco tiempo, pues no me tardo años en escribir una novela”, aseguró.
Explicó que en este caso se inspiró en una compañera de trabajo que se llama Raquel, quien siempre platicaba que soñaba con frecuencia lo que le pasaba en la oficina.
“Me llamó mucho la atención lo que dijo mi compañera y empecé a pensar en una historia que finalmente derivó en la de Rachel, una niña traviesa y curiosa, que se escabulle en una casa que apenas conoce y que está llena de secretos.
“Finalmente la historia terminó en algo muy diferente a lo que empezó, pero de hecho la niña es como era mi compañera cuando tenía 10 años “, mencionó.
ESCRITOR INDEPENDIENTE
A.J. García ya había escrito y auto publicado otra novela titulada “Al borde del círculo”, bajo el seudónimo de Filip Lorkopulus , pero la trama en este caso, es sobre el narcotráfico.
“Esta novela trata de cuestiones muy crudas. A mí me interesa todo lo que tiene que ver con lo sobrenatural y yo había estudiado el tema durante cuatro años, no pensando en escribirlo, pero luego de obtener tanta información, pensé que tenaz una aplicación que podría generar una historia.
“Esta es la historia de un reportero que al estar investigando un caso de narcotráfico se encuentra con otra cosa, y a fin de cuentas se mete con gente que no debería meterse y se mete en muchos problemas”, refirió.
Actualmente Alejandro se encuentra muy enfocado en continuar su carrera literaria de manera independiente, pues se dio cuenta que escribir es su verdadera vocación.
Sin embargo comentó que ha aplicado los conocimientos que adquirió en su profesión como ingeniero en sistemas, ya que considera que el libro es un producto y puede ser vendido como tal.
“Para nada me siento abatido ni derrotado (por la enfermedad) yo le tengo fe a esto y creo en Dios; también creo que su 99 por ciento es más que mi uno por ciento; entonces yo estoy haciendo lo mejor que puedo .
“Tengo mucho que contar, porque mi historia no ha sido fácil, pero estoy decidido a salir adelante y dedicarme totalmente a desarrollar las historias que tengo pendientes”, afirmó el autor de “El Don de Rachel”.