Carmen Mondragón se convirtió en Naui Olin, el mito. Fue criticada, admirada y deseada por muchos. Musa y artista, fue considerada la mujer más bella de los años veinte en México, pero en su interior era dueña de un universo complejo, infinito, sin principio y fin.
Valeria Matos, historiadora e investigadora, presenta su novela “Nahui Olin. La loca perfecta”, en la que se mete al espíritu y las entrañas de este personaje que levantó ámpulas en la sociedad mexicana de su época.
“Carmen Mondragón Valseca nació en un momento importante en donde se rescatan mujeres que han contribuido al devenir histórico cultural de nuestro país, y eso es muy importante destacarlo. Sabemos del extraordinario trabajo que hicieron Diana Malvido y Tomás Zurián, que es una labor extraordinaria de investigación y de rescate, del trabajo de ella y de la vida de ella.
“Y a partir de la novela ‘Nahui Olin: La loca perfecta’, trato de acercarme a ella desde otras perspectivas, cuestionando a este personaje que se ha ido construyendo un poco de boca en boca.
Gran parte de la gente sabe que existió Carmen Mondragón y que lo que se repite constantemente es: ‘fue la mujer más bella de los años veintes en México” y sigue siendo la mujer más bella de los años veintes en México, la mujer que escandalizó a toda una época, la mujer que fue en contra de los valores y que tiene muchas aristas”, afirmó Matos.
Señaló que a través de la ficción pudo aproximarse, construir puentes más humanos e introducirse más al interior de esta mujer leyenda cuya historia se escribe desde el momento en que se revela a la rígida y tradicional educación familiar.
“A partir de la ficción pude acercarme, porque que me parece que la ficción permite estas empatía para trazar puentes más humanos, como dentro de la estructura patriarcal, en las que las relaciones edípicas son importantes, entre los complejos de Electra, los complejos de Edipo; en fin, estas cuestiones que se van entrelazando en sociedades como la nuestras.
“Entonces, eché andar un poco a la imaginación y pensé: ¿qué pudo haber pasado con la relación de esta mujer con su familia? con su padre, con la madre, con esta educación, una época específica dentro de este núcleo familiar específico también y trazar estas líneas más humanas que no se puede comprobar, que son hipótesis, pero que hay alguna intuición de decir que a lo mejor por aquí pudo haber surgido esa necesidad de ser amada, la necesidad de ser vista, de ser contemplada”, argumentó la maestra en Estudios de la Mujer por la UAM, Xochimilco.
PRODUCTO DE SU ÉPOCA
Para escribir esta novela Valeria Matos se basó en la premisa de que todos somos productos socioculturales y Carmen Mondragón no iba a ser la excepción, aunque mucha gente pensó que ella era una mujer que se adelantó a su época.
“Yo parto de la idea de que nos vamos construyendo a partir de un equipo con el que nacemos: un equipo biológico, un equipo físico que se va desarrollando a partir de las relaciones que tenemos intrafamiliares, sociales y finalmente todas y todos somos productos socioculturales.
“Entonces Nahui -es lo que yo creo- era un producto sociocultural; no era adelantada a su época, era producto de su época. Y así es como trato de cuestionarla desde varios puntos distintos. Es decir: ¿qué tan libre se puede ser cuando se pudieran percibir ciertas carencias emocionales ¿qué tan libre se puede ser vista y ser mirada por el otro?”, se cuestionó la escritora.
En la novela, Matos narra la vida de Carmen desde niña, de cómo era vivaz e inquieta y posteriormente cuando crece y se convierte en una hermosa joven un tanto voluntariosa y rebelde, pero se casó con el hombre equivocado, Manuel Rodriguez Lozano, aunque luego conoció y se enamoró el también pintor y escritor Gerardo Murillo, conocido como el Dr. Atl.
“Manuel y Carmen volvieron a la vida que era amable: a las exposiciones y fiestas, a conocerse a sí mismos, a reinventarse igual que su tierra natal. En ese escenario el Dr. Atl esperaba sin saberlo para encender las hogueras verdes que habían estado apagadas, adormecidas, durante varios años. Belleza de proporciones de quimera”, refiere un párrafo de “Nahui Olin. La loca perfecta”.
MÁS ALLÁ DEL PERSONAJE
Para lograr contar esta historia basada en hechos reales con dosis de ficción, la autora recurrió al trabajo de Adriana Malvido y Tomás Zurián, quienes han investigado y escrito sobre la vida y obra de Nahui Olin y al tener toda la información, decidió darle una interpretación que mostrara el lado humano de Carmen Mondragón.
“En realidad yo me basé mucho en esas investigaciones y además lo digo con mucho orgullo. Fui a ver también con mis propios ojos fuentes primarias, obviamente fuentes secundarias y con material de historiadoras, que han hecho trabajos muy valiosos alrededor de la historia de las mujeres.
“Entonces, más allá que nuevos datos -que a la gente siempre le interesa saber- lo que hay nuevo son interpretaciones. Me parece que es muy valioso re interpretar las fuentes que están a la luz y verlas desde otros puntos de vista sobre todo porque la época así lo demanda y todas las interpretaciones arman un rompecabezas”, explicó.
Consideró que además de la interpretación, habría que ir más allá del personaje, de la mujer y de la artista.
“Trato de hacer esto porque dejo pinceladas nada más en esta novela, para que quien la lea, se quede con esta curiosidad de seguir investigando como por ejemplo: había más mujeres de la época, a ver, ¿quiénes eran? ¿qué estaban haciendo? ¿qué proponían? y no sólo en México, sino en Europa, en Estados Unidos, no sé, es como una forma plantear este rompecabezas”.
La autora consultó manuales de conducta para señoritas, que eran “como esa pauta para enseñarte a ser mujer”, así como los periódicos de la época en los que encontró mucha información.
“Esa parte es muy divertida y más bien es plantear desde diferentes puntos de vista y eso hace que los personajes no se acartonen y que no sean estas verdades como lápidas, porque desde mi perspectiva, esas no existen.
“Y si se ve muy en serio como el “así fue” y no hay manera de moverlo, refleja una sociedad que no cuestiona, no reflexiona, que no se mueve, entonces es una sociedad con poca movilidad de vida y con poca expresión vital”, puntualizó.
Valeria Matos cuenta con diversas publicaciones en revistas académicas y culturales, además de dos libros: Esencia de líder (2016), en coautoría con Alejandra Llamas, y ¿Vivir del arte? Sí. El universo del mercado y la valuación de las artes plásticas (2018), en coautoría con Rafael Matos, publicado por Puntal, Fundación Javier Marín.