En el libro Cayetano Garza. El alma detrás de la Fiera, se narran aspectos de la vida de quien fuera por años director de Deportes de la UANL; el lector encontrará la verdadera esencia humana de quien, por diversos avatares, se forjó la leyenda de hombre reacio, duro; Vaya, de armas tomar, como todo norteño.
Jaime Palacios Chapa, el autor del libro editado por la Universidad Autónoma de Nuevo León, destaca que la idea fue abordar la vida de quien además fuera entrenador en jefe de los Auténticos Tigres, equipo de fútbol americano con el que alcanzó su mayor esplendor y época de oro, dándole voz y voto de confianza a quienes lo conocieron.
Más que una biografía, es un anecdotario en el cual se destacan la gama de facetas que Cayetano Garza asumió con sus amigos, colaboradores, alumnos. Cada uno con aspectos diferentes y matices muy personales, únicos e irrepetibles.
“Son experiencias de su vida narradas por personas cercanas, con quienes el ingeniero Garza compartió buenas y malas experiencias”, agrega Palacios Chapa.
El score de vida de Garza es ejemplar: director de deportes de la Máxima Casa de Estudios de 1973 a 1992; fundador de la facultad de Organización Deportiva, obtuvo el reconocimiento internacional de la NFL por su impulso a ese deporte en México, y director de los Tigres de futbol soccer.
Además, Cayetano, como se le conocía a secas, fue académico y directivo por más de 25 años en diversas preparatorias y facultades de la UANL, como la Pablo Livas y Contaduría Pública y Administración, así como miembro de la Comisión de Honor y Justicia de la Universidad.
Fuera de los muros universitarios, los estadios y campos de entrenamiento, fue un sagaz ingeniero que incursionó en el ámbito gubernamental, creando -por sólo mencionar uno de sus logros-, el anillo vial interno que comprende avenida Nogalar, Fidel Velázquez y Gonzalitos, destacó Horacio Flores, coach y amigo personal de Garza.
“Era un hombre duro, enérgico y voluntarioso, pero con sentido humano y buen amigo. Comprometido con el desarrollo de la Universidad y, sobre todo, de sus estudiantes”, narra Flores.
Desmitifica la leyenda negra que, dice, se tejió dentro y fuera de la Autónoma de Nuevo León sobre la actitud de porro de Cayetano Garza, a quien se acusaba de resolver los conflictos internos de las preparatorias, facultades o el sindicato mediante la fuerza y grupos de choque.
“Eso es mentira, lo que sí es verdad era su pasión por el orden, por resolver las cosas difíciles mediante el diálogo y la negociación, pero siempre presionando para que se lograra el beneficio de los estudiantes, de la Universidad, a la que él quería y valoraba primordialmente”, indicó.
Dividido en cuatro secciones a manera de tiempos de un partido de futbol americano, el anecdotario cuenta con breves viñetas los testimonios que exjugadores, exalumnos, periodistas, maestros, funcionarios y directivos universitarios dan cuenta a través de frases, diálogos, y escenas personales que compartieron con quien también se desempeñó como director de Obras Públicas en los sexenios de los gobernadores Alfonso Martínez Domínguez y Jorge Treviño.
Horacio Flores destaca como una de las facetas de Cayetano Garza la labor en pro de democratizar la educación, por lo que fundó la Universidad Metropolitana de Monterrey, con programas educativos de alto nivel y con cuotas económicas, incluso menores a las de la universidad pública, para que los jóvenes pudieran acceder a ella.
“Los estudiantes siempre fueron la razón de su trabajo, no sólo brindándoles clases o formándolos en el campo de futbol o los gimnasios, sino hasta facilitándoles el acceso vial para que pudieran llegar pronto a sus clases, con calles y avenidas iluminadas, con accesos dignos. Y no se diga la Universidad Metropolitana, en la que puso su empeño y su vocación de servicio”, destacó Flores.
Pero siempre, agrega, “se le recordará por todo lo que hizo por la UANL, donde dejó su vida y su vocación de servicio. El ingeniero Garza es uno de los pilares modernos de la Universidad”.