Para captar la atención de un niño se debe ser muy cuidadoso de no ofender su inteligencia, porque en la actualidad los pequeños lectores o espectadores se han convertido en un público muy exigente que no tiene concesiones ni con el autor de libros, ni con los actores de teatro o narradores de cuentos infantiles.
El escritor Francisco Hinojosa, quien hace 20 años publicó “La Peor Señora del Mundo”, historia que fue primero censurada y luego se convirtió en un clásico de la literatura infantil en México, consideró que los niños de esta época son muy exigentes a la hora de elegir su material de lectura.
Desde hace dos décadas Hinojosa se dedica a ir a escuelas para sondear a los alumnos en relación a qué es lo que les gusta leer y cuántas horas le dedican a este pasatiempo.
“El año pasado fui a más de 50 escuelas y he notado que ya todo es muy distinto respecto al pasado, aunque todavía nos falta mucho –para ser un país de lectores- pero vamos por muy buen camino.
“Creo que las estadísticas se basan especialmente en quienes son lectores a partir de los 12 años. Yo creo que la lectura está especialmente mucho mayor difundida entre los seis y los 12 años”, expresó el escritor.
Aseguró que los niños leen más y leen mejor que los adultos porque los adultos creen que leer les da un estatus cultural que si no leyeran, pero en realidad ni siquiera se concentran en la novela o el best seller del momento.
“Como adultos las editoriales nos pueden vender productos que son aborrecibles, pero nos los venden los psicólogos malévolos que son los encargados del departamento comercial de las casas editoras y ahí estamos leyendo obras que con tal de tener una cierta cultura y tener un tema de conversación con el vecino.
“En cambio, los niños son como mucho más exigentes en sus lecturas, si un libro le gusta, si un libro corresponde a sus intereses, lo van a leer, y si no, hay cosas más importantes en la vida de un niño que leer”, señaló el también autor de “ A Golpe de Calcetín”.
PSICOLOGÍA & CUENTOS
DE HADAS
Francisco Hinojosa citó al psicólogo infantil Bruno Bettelheim, quien a través de su libro “Psicoanálisis de los Cuentos de Hadas” explica que estas historias tienen un transfondo que influye en la educación y conducta de los niños.
“Un teórico y psicoanalista Bruno Bettelheim escribió un libro que se llama `Psicoanálisis de los Cuentos de Hadas ´ , en donde dice que él no hubiera tratado a muchos niños en su consultorio si a esos niños sus padres les hubieran leído cuentos de hadas.
“En los cuentos de hadas imponen los grandes temas de la humanidad como el amor, la justicia, la muerte y otros que están ahí metidos, así como en los cuentos de tradición popular”, aseveró Hinojosa, quien el pasado 20 de marzo ofreció la charla “Leer, qué leer y para qué leer” a maestros de educación básica.
Coincide con el psicólogo de origen austríaco al afirmar que si los niños son asiduos lectores de cuentos de hadas, tienen armas para combatir cualquier obstáculo que se les presentara en la vida cuando sean adultos.
“Todo cuento de hadas es un espejo mágico que refleja algunos aspectos de nuestro mundo interno y de las etapas necesarias para pasar de la inmadurez a la madurez total.
“Para aquellos que se sientan implicados en lo que el cuento de hadas nos transmite, éste puede parecer un estanque tranquilo y profundo que a simple vista refleja tan sólo nuestra propia imagen, pero detrás de ella podemos descubrir tensiones internas de nuestro espíritu” , señala Bruno Bettelheim en un fragmento de su libro.
¿HARRY POTTER
O CENICIENTO?
Hinojosa observó la similitud que hay en cuentos modernos con los clásicos, como en el caso de Harry Potter de la escritora J. K. Rowling, cuyo personaje tiene características de lo que podría ser un joven ceniciento, pues recordó que era huérfano y tuvo que irse a vivir con sus tíos antes de ingresar a Hogwarts School of Witchcraft and Wizardy y convertirse en un famoso mago.
Reiteró que esto confirma la teoría de Bettelheim, sobre los cuentos de hadas, ya que la esencia de las historias se repite, sólo que cambia el escenario y los personajes.
Además el escritor de cuentos para niños señaló que la saga de Harry Potter marcó un parteaguas al romper muchos paradigmas sobre la literatura infantil, ya que a partir de su publicación ha cambiado mucho la perspectiva de los menores lectores, de los escritores, pero sobre todo de los editores.
“Creo que Harry Potter ha sido como un parteaguas en el caso de la lectura, no sólo en México, sino en el mundo -salvo en países en donde no aceptan este tipo de historias (regidos) por el Islam que ha hecho ver a las editoriales que los niños pueden leer y leer más páginas.
“Y aquí esto es importante, porque se pensaba que los niños sólo podían leer cierto número de páginas, porque incluso muchos editores rechazaron el libro – quienes ahora estarán de seguro con un tiro en la cabeza- porque no sabían que podían leer esas 150 o 200 páginas que tenía el primer tomo, sino 300 que tenía el último, entonces estamos en un mundo lector muy distinto y creo que Harry Potter fue un detonador”, expresó.
CONTAR TIENE SU CHISTE
Por otro lado, Benjamín Briseño , actor de teatro y narrador oral de cuentos con 13 años de experiencia, afirmó que a los niños no les gusta que menosprecien su inteligencia y como audiencia merecen el mismo respeto que el público integrado por adolescentes o adultos.
Indicó que a la hora de seleccionar su material para su espectáculo recurre a las nuevas generaciones de escritores que son identificados plenamente por los pequeños lectores.
“Me gusta más la literatura infantil y juvenil contemporánea, escritores que los niños encuentran en su biblioteca de aula y escolar, como por ejemplo Antonio Malpica, Francisco Hinojosa, Vivian Manzur, es decir, gente que escribe en torno a las infancias, pero vistas con mucho inteligencia y con mucho respeto al mundo infantil sin necesidad de caer en el tono moral o didáctico.
“Yo soy una de las personas que cree que los niños tienen la suficiente inteligencia para deducir los mensajes, entonces considero que la moraleja ya se murió con Samaniego, y respeto mucho a la gente que tiene necesidad de promover moralejas, pero en realidad cualquier buen cuento, cualquier buena historia está plagada de valores”, señaló.
Briseño, quien visitó Monterrey en la XX edición del Festival Hablapalabra, argumentó que la forma en que se cuenta la historia es muy importante, pues de igual manera se pueden comunicar valores sin necesariamente tener que “catequizar” a nadie.
“Los niños son tan listos que cuando cuentas una historia deducen cuando el personaje se está equivocando, cuando le va a ir mal y cuando toma una mala decisión, entonces ellos deducen todo y uno no tiene que decirles: por eso niños, no vayan a hacer lo que la Caperucita, háganle caso a sus papas… eso me parece irrespetuoso hacia ellos.
“En cambio si tú no intervienes, dejas que ellos mismos saquen sus deducciones y eso lo valoran más porque se sienten respetados en su forma de pensar y además cada uno hace una lectura diferente de los cuentos; eso es lo maravilloso de la narración y de la buena literatura”, manifestó.
A su vez Fernanda Reyes, narradora oral y escritora de cuentos, mencionó que contar cuentos es todo un arte pero también un desafío, porque los niños de ahora tienen otro tipo de entretenimiento como los videojuegos electrónicos.
Dijo que el placer de escuchar cuentos es algo que no debe perderse, pues mientras exista la familia, sus miembros pueden integrarse y convivir a través de las contar e inventar historias .
“El cuento siempre ha existido. Tenemos que mantenerlo, no es fácil con estas nuevas tecnologías.
“La narración oral es un género teatral muy pequeño y ahora tenemos mucha libertad para hacerlo; lo que importa es que se entienda, que se goce el cuento, que te escuchen y que hagas lo que tengas que hacer para mantener la emoción”, puntualizó Fernanda Reyes.