Fijó la mirada en el rincón donde juntaba varios libros. La mantuvo unos momentos hasta regresar la vista a Edgar y después se tomó su tiempo antes de darle una larga bocanada al cigarro.
“Pero así sucede con las ciudades que se niegan a crecer. En el setenta y siete Monterrey era ya una ciudad hecha, pero seguía manteniendo muchas costumbres provincianas.
“Sin esperar una respuesta caminó hacia el rincón de los libros.
“Si el crimen de la calle de Aramberri hizo pasar a Monterrey del pueblo a ciudad, el de la pobre foránea comenzó a trasformarla de ciudad provinciana a metrópoli. Muchas veces el crecimiento necesita una marca de sangre para que no sea olvidado”, dice un fragmento de la novela Los Andamiajes del Miedo, de Pedro de Isla .
El pasado 30 de enero se cumplieron 40 años del crimen cometido por Edgar Contreras, quien conoció a sus víctimas en la discoteca Sgt. Pepper, que en ese tiempo estaba ubicada en el corazón de la Colonia del Valle en el municipio de San Pedro, Garza García.
Las hermanas Laura y Elda Millet Medina, originarias del estado de Yucatán, eran estudiantes del Tecnológico de Monterrey y la noche del 30 de enero de 1977 fueron a la discoteca acompañadas de unos amigos, pero terminaron la velada con Edgar Contreras.
Al día siguiente, los regiomontanos se despertaron con una noticia que provocó indignación y escándalo. Monterrey estaba en pleno crecimiento industrial, pero su gente aún era muy conservadora, por lo que no vieron con buenos ojos que las chicas aceptaran la invitación de un desconocido.
El también autor de María Asunción y El Apóstata, entre otros títulos, comentó que desde esa perspectiva quiso abordar el caso del cual también se enteró por la prensa regiomontana cuando apenas tenía 10 años de edad.
“Yo me voy un poco a la manera de pensar y reaccionar de la gente. Me llamó la atención la manera en que reaccionaron los medios porque los medios siempre estuvieron del lado de Edgar Contreras, y la sociedad en general también cuestionó el comportamiento de las jóvenes”, señaló.
“Platicando con personas que tuvieron de alguna manera relación con el caso judicial, me dijeron que el asunto era estarle dando la vuelta para que ellas fueran las culpables; para que ellas aparezcan como las “coscolinas”, y así las trataron los medios”, recordó.
El libro está dividido en tres partes: en la primera se narra el crimen desde la noche del 29 de enero, la segunda se sitúa en la que se cumplen 30 años de que sucedió el crimen y aparece una nota en El Norte sobre los crímenes más famosos de Monterrey y éste encabeza la lista; así Edgar empieza a recordar lo que ha pasado en todos esos años desde que ocurrió el crimen.
La tercera parte es sobre una persona que se interesa en comprar una novela terminada que está relacionado con el crimen y este personaje -que también se llama Edgar- investiga más a fondo sobre el hecho con algunos reporteros que son amigos de su novia.
Además de recrear el crimen con cierta ficción, de Isla también nos narra parte del pasado de Monterrey, que es un personaje más en la trama. El lector puede encontrar muchas referencias en Los Andamiajes del Miedo.
Hace 40 años los habitantes de la metrópoli hicieron sus propias conjeturas, y una gran parte de la población condenó a las hermanas por haber aceptado que un hombre al que acababan de conocer las llevara a su casa.
“Jodidas foráneas, como si nadie supiera que en su casa se comportan como niñas buenas, pero en cuanto quedan fuera de la vista de papá y mamá, se convierten en otras, en unas pinches viejas que nada más buscan cómo aprovechar sus meses sin control para de verdad hacer lo que más les gusta: andar de p…as.
“Puras mentiras eso de querer estudiar en la mejor escuela, quieren largarse a la que se encuentre más lejos de su casa, donde sean unas desconocidas y se sientan más libres de hacer lo que se les venga en gana”, se lee en uno de los capítulos del libro.
ARMANDO EL ROMPECABEZAS
Pedro de Isla tiene varios cuentos en su haber, pero esta historia estaba en su cabeza desde hace mucho tiempo, incluso recuerda que cuando sucedió el crimen él tenía 10 años, y al querer conocer más sobre lo ocurrido, se ganó el regaño de su mamá.
“El primer recuerdo que tengo (sobre el caso) es un coscorrón que me dio mi madre, porque unos meses después del crimen leía enel periódico El Porvenir -que era el que recibíamos en casa- que habían encontrado los datos gracias a la Sección Blanca del directorio telefónico.
“Entonces yo también fui y agarré la Sección Blanca y me puse a buscar la dirección del asesino, mi mamá se dio cuenta y fue cuando me regañó con todo y coscorrón. Desde entonces me acuerdo del asunto, y luego en el 2004 leí un artículo en El Norte firmado por Graciela Ríos que recordaba el caso”, señaló.
Posteriormente el autor fue encontrando personas que eran conocidos o parientes de alguno de los involucrados, hizo entrevistas y empezó a escribir la novela, pero había algo que no le convencía, hasta que dio con el personaje clave y la terminó.
MONTERREY Y SUS CRIMENES
Este asesinato es uno de los que integran la lista de los crímenes que más han causado indignación en la ciudadanía como fue el llamado crimen de la calle de Aramberri en el siglo pasado; el caso de Julio Castrillón y Diego Santoy, ocurridos hace poco más de una década y el más reciente, el del chico que disparó a su maestra y compañeros en el Colegio Americano del Noreste.
Para de Isla, Monterrey ha madurado a base de crímenes, ya que esta ciudad está marcada por un gran homicidio desde su fundación, cuando Diego de Montemayor asesinó a su esposa Juana Porcayo, por serle infiel con su yerno Alberto del Canto.
“Hay algo que los hacen diferentes, en el caso del crimen de Aramberri era su pariente; en el caso del asesinato de Paulina Lee, ahí fue la saña con que se cometió, ademas de los chinos involucrados en este caso en particular del 77 ellas eran foráneas y el de aquí de mucho dinero.
“En lo que respecta a Julio Castrillón llamó la atención porque el papá de él era hermano lasallista y la mamá de ella cristiana, lo que sucedió en el caso de Diego Santoy es que Tere Coss , la mamá de Erica y de los niños asesinados, salía en la televisión”, reflexionó.
Y el crimen más reciente, ocurrido los primeros días del 2017 fue el del alumno que disparó a su maestra y compañeros , para luego quitarse la vida en el Colegio Americano del Noreste.
“Este último, para mi lo que lo nos impactó tanto es que ya tenemos crímenes de primer mundo. O sea, todas esas masacres que han sucedido en las escuelas de Estados Unidos, ya las tenemos aquí”, manifestó el escritor que obtuvo el Premio Internacional de Cuento Juan Rulfo en el 2005 con Papá se pegó un tiro hoy a las 6:52 de la mañana.