Cerca de su camerino Yvonne Garza vocaliza, da varios pasos, revisa su vestuario y sonríe algo nerviosa. Sabe que se acerca el momento de la tercera llamada. “Violeta Valery es uno de los personajes más complejos escritos para ópera y de interpretar escénicamente también; la música de Verdi es muy demandante porque exige mucho, primero porque exige mucha coloratura en un acto y luego se canta de una manera muy lírica”, explica la soprano regiomontana.
Con un mes de ensayos de preparar el personaje, la debutante del Palacio de Bellas Artes al lado del tenor Ramón Vargas, explica que La Traviata es una de las óperas consentidas del público.
“Tal vez la gente recuerde el brindis de La Traviata, un número muy festivo, además de que es una obra trágica que tiene sus momentos maravillosos de romance y pasión”.
El público reconoció el talento de la regiomontana con repetidos aplausos, detalle que ella sabe agradecer con sencillez.
“Yo siempre he dicho que cuando tienes resuelta la música, puedes liberar tu alma y tu expresión y siempre es un placer cantar, hacer música y más de este tipo de obras”, afirma en uno de los recesos de la ópera presentada el 18 y 20 de julio en el Teatro de la Ciudad.
Con estudios de música en la Universidad de Carolina del Norte, Yvonne combina sus actividades de maestra de canto en el Centro Convex.
“Es difícil cantar en México, porque quisiéramos tener más actividades de ópera en México, pero a veces no se da; esto es gracias al esfuerzo del Gobierno de Nuevo León y Conarte que se realiza una producción al año o dos, pero creo que ahí vamos poco a poco”.
Julieta Alemán, con la experiencia de haber participado en Elíxir de Amor, La primera dama, La Bohemia y Carmen presentó a una Violeta más apasionada, en la función del domingo 20 de julio.
“Creo que cada cantante tiene su propio temperamento y una idea del personaje. Para mi punto de vista, Violeta es muy temperamental, a veces está triste o enojada, pero nunca es estable”, dice la alumna de José Luis Orozco.
Manuel Acosta es Alfredo Germont, el joven enamorado de Violeta y se mostró al final satisfecho con la puesta en escena.
“Me pareció muy interesante, creía de repente que me iba a volver Hulk, porque se manejan los sentimientos al borde, hay alegría, pero también mucha pasión y enojo; tuvimos las expectativas de hacer lo que los directores escénico y musical nos pidieron, para amalgamar nuestras emociones lo más posible y proyectarlas en el escenario, estamos muy emocionados, esperamos que el público lo haya sentido así”, indicó quien dio la voz del príncipe en la película de Disney en español La Bella Durmiente.
El tenor dijo que fue una buena oportunidad para que en Monterrey el público apreciara un espectáculo de calidad.
“Aunque es una pena que sólo fueran dos presentaciones, no sé a qué se deba, es una pregunta que también me hago, debe ser por lo oneroso de la producción, pero valdría la pena que hubiera unas ocho presentaciones, para que hubiera tiempo que la gente viniera a ver la ópera y la recomendara, porque tiene muy buena orquestación”.
Oziel Garza Ornelas, el padre de Alfredo, tuvo una memorable participación que fue recompensada por la aprobación del público.
“Para mí es emocionante, ver que siempre se llenan los lugares, ver que hay una sed del público porque haya más ópera; a mí me da mucho gusto porque esto es gracias al Gobierno y a la iniciativa privada que se une a este esfuerzo, para que este arte trascienda más allá de las épocas”, comenta quien ha cantado en los mejores escenarios del mundo como The Washington Opera, en Frankfurt Opera o en el Grand Théâtre de L ‘Opera de Limoges.
“En la actualidad hay una gran influencia de nuestra cultura, siempre hay un mexicano que abre en los principales escenarios del mundo, por eso siempre estoy muy orgulloso de poder cantar aquí”, dice el barítono que participó en Payasos.
El éxito de La Traviata reside en su trama, en donde un padre se opone al noviazgo de su hijo.
“Como pueden ver es una obra muy actual donde nos reflejamos todos, porque siempre hemos pasado por algo parecido; hay situaciones psicológicas que nos interesan como el hecho de que un joven salga con una muchacha que la familia no la quiere”.
Ornelas se mostró contento por la dirección, que le permitió explorar nuevas posibilidades y colores en su personaje. Hernán Galindo, experimentado director de teatro, está a cargo de la dirección escénica y la producción.
“Es algo interesante porque cada género es distinto, en teatro tengo un plan de trabajo, pero en la ópera tengo que trabajar con los directores musicales, de coros y el concertador, es diferente porque los solistas como el resto de los cantantes preparan su material con diversos maestros y a la hora del ensayo sólo vienen a afinar detalles; sin embargo el tiempo siempre es corto porque se pulen muchos detalles, además de que hay muchos departamentos hay también danza, escenografías y vestuario”, explica.
Si bien le hubiera gustado presentar una propuesta contemporánea y vanguardista, quien es Premio Nacional de Dramaturgia UANL por La gente de la lluvia (2004), decidió ofrecer una propuesta clásica, respetando la escena de París en 1850.
“La Traviata se presentó por última vez en Monterrey hace más de 20 años, por lo que siempre es muy bueno retomarla ahora con figuras regiomontanas”, indica quien dirigió Carmen, de Georges Bizet.
La ópera basada en la novela La Dama de las Camelias de Alexandre Dumas hijo, se han realizado versiones para teatro y cine, porque la historia en su momento tuvo muy buena aprobación del público.
“Hasta ahorita se ha presentado con la Opera de Nuevo León, Carmen, Bohemia, La Flauta Mágica, Payasos y Don Pascual, con temporadas breves, porque los costos son muy altos, pero son todo un éxito porque además de los especialistas en el genero, asiste la gente, el pueblo, hablando en un sentido positivo, por lo que se genera un ciclo cultural muy interesante”.
Para Gerardo González, director musical, esta ópera es compleja porque requiere hasta de cuatro sopranos diferentes. En Monterrey, se decidió que Yvonne alternara con Julieta Alemán en la función dominical.
“Yvonne es el orgullo regiomontano con una carrera internacional, y Julieta Alemán ha destacado con papeles importantes, es regiomontana por adopción porque aquí se desarrolló; lo que se busca es dar oportunidad a valores locales para que empiecen en Monterrey como su punto de despegue para cantar internacionalmente”, explica.
Señala que el personaje de Violeta es uno de los más importantes que siempre sueñan con interpretar las sopranos.
“Es difícil porque la obra requiere diferentes sopranos para cada acto y algunas compañías solucionan este problema colocando a varias cantantes; en el primero se requiere una soprano lírico ligero, en el segundo es más lírico con más interpretación, mientras que en el tercero y cuarto es más dramático”.
Félix Carrasco como director concertador y Antonio González en los coros, también participan en La Traviata.
Para Balbina Sada, directora de danza, su participación requirió mucha investigación.
“Estuve revisando videos, para ver la esencia de la danza de la época, porque a diferencia de Carmen, los bailes son de un español más clásico, como el ballet de El Quijote o la jota española; la diferencia es que bailamos descalzas, para darle un toque gitano”.
Ver las funciones arrebatadas de gente le provoca una gran emoción, porque se da cuenta que en Monterrey hay público que le gusta la ópera, dice.
Destacó Jacobo Castillón, quien se ha presentado en Holanda y pertenece a Cuerpo Etéreo: “creo que la respuesta del público fue muy buena, porque se presentó un espectáculo de un gran nivel, con una gran conjunción de talentos”.
Quien nunca paró de moverse fue Raúl Osuna, director de vestuario, pues en todo momento atendía a los cantantes.
“Se hizo un trabajo de mesa, investigando la época, el clima, los colores, para no chocar con la escenografía; pero nos enfocamos al corte clásico de la época parisina”, concluyó Osuna.