Los escenarios naturales que son fuente de inspiración para muchos artistas, no son la excepción para la pintora regiomontana María Sada, quien rinde un homenaje al paisaje con la exposición Memoria de la Tierra, que se exhibe desde el 18 de julio en el Centro de las Artes.
Con una paleta de colores básicos entre los que predominan el verde, el gris y el café, Sada plasma un sentimiento profundo como el que se tiene al internarse en las entrañas del bosque o de la selva.
En honor al título de la muestra, la paisajista guarda en su memoria esas imágenes de lugares que ha visitado, tanto en la Huasteca Potosina como en la selva chiapaneca en México, así como en Brasil, y este testimonio gráfico es una invitación a reflexionar sobre el deterioro que ha sufrido el ecosistema debido a la falta de conciencia para cuidar el medio ambiente.
“Este cuadro es de cuando visité El Triunfo en Chiapas. Esa es la cresta de la montaña, en la parte más alta; era un espacio como de dos metros de ancho, y para cada lado veía algo diferente.
“Es un lugar precioso. En este lugar hay quetzales, jaguares, hay sorpresas por todos lados”, mencionó.
También figuran otras pinturas: la primera, de un jardín diseñado por el arquitecto Roberto Burle Marx y otra del Río Amazonas. Ambas fueron el resultado de un viaje a Brasil.
“Cuando es la época de aguas altas se llenan muchos espacios de bosque y entonces se pueden recorrer en embarcaciones pequeñas y ves este tipo de imágenes, pasas por debajo del dosel de la selva, pero en el río”, relató la artista.
DE LA FIGURA HUMANA
A LA NATURALEZA
María Sada es una pintora de caballete, sus inicios fueron con trabajos autobiográficos, debido a su interés por la figura humana y el desnudo, pero desde 1993 ha concentrado su atención en el mundo natural y el riesgo en el que se encuentra, por lo que la selva, las plantas y los animales son los elementos más presentes en su obra.
“Lo que ve María es que la mano del hombre destruye la naturaleza. Y María se conmueve con lo que ve y empieza a pintar en un plan de recuperar lo perdido; sus viajes a los bosques mexicanos, como a Xilitla, por ejemplo.
“Entonces toda esta meticulosidad, esta minuciosidad, este afán obsesivo de hacer las cosas a mí me impresiona como lo van a ver en sus cuadros, es un poco ese amor a la naturaleza que ella quiere reverter”, manifestó Jorge García Murillo, director del Centro de las Artes.
Por su parte, la pintora refirió que su interés por tomar el tema de la naturaleza surgió a raíz de sus visitas a las reservas de la biósfera mexicana y ser testigo de cómo la contaminación ha hecho estragos a nuestros recursos naturales.
“Ha sido el ver las noticias día tras día y ver cómo simplemente desde el momento que me invitaron a exponer, a la fecha, casi diario salen noticias trágicas.
“Obviamente la falta de conciencia empezó desde hace muchos años, pero mi preocupación fue que iba a un lugar lo pintaba y después regresaba a los dos tres años y ya no existía, porque habían construido un fraccionamiento”, señaló.
Memoria de la tierra se conforma por alrededor de 70 pinturas, predominantemente de pequeño y mediano formato, y se complementa con obra reciente en la que realiza pinturas sobre troncos de árboles caídos que se convierten en esculturas.
María Sada pertenece a una generación de artistas mexicanas que innovó en temas tradicionales del arte, entre ellos la forma de entender el paisajismo, utilizando un discurso contemporáneo.
Durante 30 años combinó su trabajo de dibujo y pintura con la restauración de pintura de caballete, de lo que resulta un interés especial en los materiales y técnicas de representación. Ha expuesto su obra en diversas galerías y museos de México, España, Estados Unidos, Bélgica y Suiza.
La Sala Principal del Centro de las Artes, Nave Dos, abre de martes a domingo en horario de las 11:00 a las 21:00 horas, con entrada libre.