El doctor Izzeldin Abuelaish difunde un mensaje de paz y amor en su libro “No voy a odiar: un médico palestino en la Franja de Gaza”, que se presentó el pasado 14 de marzo en la Casa Universitaria del Libro en el marco de la UANLeer.
Previo a su presentación, el candidato al Premio Nobel de la Paz señaló que en su libro relata su testimonio de vida, ya que primero superó la pérdida de su esposa Nadia, quien falleció por causa de la leucemia y, después, la muerte en un atentado terrorista de sus hijas: Bessan, Mayar y Aya, además de su sobrina Nur.
“Quiero compartir sobre mis experiencias de vida, por lo que he pasado, entonces mi mensaje es sobre llevar esperanza y que necesitamos trabajar juntos para tener un mundo mejor.
“Necesitamos también pensar en los demás, y preguntarnos a nosotros mismos ¿qué podemos hacer para cambiar en este mundo? tenemos que tratar, porque entre más tratemos para lograr un cambio, podemos mantener en alto nuestro espíritu”, manifestó Abuelaish.
Destacó que algunas acciones positivas que podemos realizar para cambiar el mundo es confiar y reconciliarnos con nosotros mismos, para así tener éxito a pesar de las dificultades.
“Para hacer un verdadero cambio, cada uno de nosotros podemos hacer algo, pues basta con ser amable, brindar una sonrisa a los demás y además, todos podemos aportar de muchas formas, ya que puede ser desde el conocimiento, desde la educación, desde la salud, etcétera.
“Cuando empezamos con pequeños cambios yo creo podremos tener el mundo que queremos, como la historia de la estrella de mar, cuando una ola arrojó muchas estrellas de mar a la playa y una niña estaba en la orilla y regresaba una a una al mar y cuando un hombre le preguntó ¿cuál era su objetivo? la niña contestó que estaba salvando vidas.
“Y el hombre le replicó: ‘pero son cientos, no sobrevivirán, no tiene sentido’, entonces la niña que tenía una estrella de mar en la mano dijo: ‘para ésta sí tiene sentido’. Entonces, nosotros podemos hacer el cambio y empezar desde nuestra casa, el vecindario, nuestra comunidad, y simplemente tratar con respeto a los demás, saludar, sonreír, son pequeñas cosas que significan mucho”, mencionó el médico pacifista.
Sobre la violencia hacia las mujeres en México, consideró que es necesario tener coraje por ese motivo, pero canalizarlo en una mejor manera, pues en vez de utilizar el enojo para destruir, debe servir para motivarse y salir adelante.
“La violencia hacia la mujer no puede ser aceptada de ninguna manera. Imaginen a México sin las mujeres, la violencia hacia la mujer en México y en otras partes del mundo es destructiva para toda la comunidad, todos pierden, porque en cualquier país las mujeres son las que están detrás de la historia de supervivencia”, subrayó el autor.