Pasó de la cima de la moda, a la cima de las montañas más altas del mundo.
Lorenzo Ruiz Martínez, director general de Tommy Hilfiger en México, se ha puesto la meta de conquistar las siete cumbres más altas del mundo, y todo con una especial motivación: ayudar a que los jóvenes reciban educación universitaria.
Su objetivo comenzó como parte de una conquista de sus miedos, pero después descubrió que “de nada sirve conquistar la cumbre más alta del mundo si no lo compartes”; fue así que mezcló la conquista de sus miedos con labor filantrópica y fundó Futurors A.C.
Esta fundación trabaja en la educación a través de la analogía de “conquistar tu propia cumbre.
“Si eres capaz de conquistar tus miedos y tus cumbres, puedes conquistar cualquier Everest por muy alto que sea; y cuando digo Everest es cualquier cosa que represente un desafío para ti en tu vida.
“Toda esa experiencia y conocimiento que la montaña me daba, dije ‘lo tengo que compartir’ y de ahí surge el hacer una fundación, dar pláticas y el llevar esto al siguiente nivel”, mencionó.
DE LA CIMA DE LA MODA A LA CIMA DE LAS SIETE CUMBRES
Para muchas personas el temor puede ser el impedimento para lograr sus objetivos; para Lorenzo, fue precisamente su miedo a las alturas lo que lo motivó a escalar las montañas más altas del mundo, denominadas las siete cumbres.
“Si podía vencer mis miedos, podía vencerlo todo”, indicó, “he descubierto que los miedos están ahí para enseñarte algo, para llevarte al siguiente nivel.
“Yo recibí ese llamado, lo acepté y dije ‘tengo que conquistar mis miedos y tomar esta experiencia para algo que va más allá de lo que soy día a día’”.
Fue así que se trazó la meta de conquistar las siete cumbres, entre ellas, el monte Everest, hazaña que realizó en 2012.
Con tres cambios de ropa y soportando heladas de hasta 35 grados bajo cero, a Lorenzo le tomó 70 días completar su expedición a la cima de la montaña más alta del mundo, en la cual estuvo acompañado de alpinistas chilenos.
Dentro de su aventura en el Everest, sufrió un percance que por poco lo deja fuera de la expedición.
“Yo estaba escalando y un bloque de hielo se rompió y me fracturé la costilla. Para mí fue un momento de demasiada adrenalina y significaba que yo me tendría que regresar de la expedición”, recordó.
Pero su dedicación lo obligó a continuar su camino, así fuera el último de los alpinistas en alcanzar la meta o tener que pedir ayuda cuando no podía más.
Hasta el momento, Lorenzo ha conquistado cuatro de las siete cumbres, siendo el Monte Vinson en la Antártica el más reciente, en enero del 2015, pero ya planea su próximo viaje.
“El próximo año voy a hacer el Monte McKinley en Alaska, después el Kilimanjaro en África y finalmente la Pirámide de Cartsntensz en Oceanía”, compartió.
Agregó que siempre que regresa de una expedición “regreso transformado por lo que comí, por lo que viví, por la gente que conocí y por las experiencias que me traigo… Yo creo que uno va llenando su mochila de esas experiencias”.
Afirmó que sólo hay una cumbre que no terminará de escalar: su cumbre personal.
“Esa cumbre es infinita, no tiene sensación de término y cada vez te lleva a un lugar nuevo”.
“QUIERO DEJAR UN LEGADO”
Cuando estaba en la montaña, Lorenzo comenzó a escribir su “bucket list”, lo cual lo ha ayudado a tener una visión y llevarlo al siguiente nivel, pues considera que le faltan muchas cosas por hacer.
“Quiero dejar un legado”, comentó, “quiero llegar al mayor número de personas, ser recordado como alguien que compartió, por todo lo que hizo… en ese momento me voy a sentir verdaderamente realizado y feliz de decir ‘lo hice’”.
Aun no tiene claro qué hará después de completar su sueño de conquistar las siete cumbres, pero entre sus planes está escribir un par de libros, correr un maratón, y sobre todo: seguir reinventándose.
“Soy una persona muy inquieta y constantemente estoy planeando incrementar mi conocimiento y experiencia.
“Mi frase personal siempre es que ‘Bastante nunca es suficiente’ y siempre va a haber un estado mejor en el que podemos estar y que lo único que necesitamos es querer estar ahí”.
SU PRIMERA CUMBRE: SALIR ADELANTE
En la actualidad es el director general de la firma internacional de ropa en México, pero en su adolescencia Lorenzo tuvo que trabajar en oficios alejados del mundo de la moda para poder salir adelante y pagar sus estudios en el ITESM.
“He hecho de todo menos robar: he tenido que lavar autos, hacer los mandados, ser ‘cerillo’, vender enciclopedias de puerta en puerta…”, reveló.
Para Lorenzo, hablar de sus anteriores empleos lo llena de orgullo, pues lejos de sentirse avergonzado o querer ocultarlo, los ve como algo que lo acercaba más a donde quería llegar.
“En cada uno de esos trabajos he aprendido y he salido transformado, entendiendo que cada uno de los trabajos me acercaba a mi siguiente meta”, mencionó.
Durante su etapa como estudiante de la carrera de Ingeniero Industrial y de Sistemas en el Tecnológico, Lorenzo siempre fue inquieto y participativo: colaboró en infinidad de proyectos estudiantiles, fue presidente de la sociedad de alumnos, entre muchas otras actividades; pero siempre se concentró en sus estudios y el trabajo.
Vivir sin preocupaciones era un lujo que no podía y no quería darse, pues ya tenía una dirección establecida sobre a donde quería llegar.
“No me arrepiento”, señaló, “porque creo que haber vivido eso me ha traído a donde estoy; pero la verdad es que también me hizo madurar más rápido de lo que normalmente hubiera sido y también de eso aprendes”.
Su arduo esfuerzo rindió frutos rápidamente al poder abrirse paso en el mundo empresarial y de la moda, hasta llegar a Tommy Hilfiger hace nueve años, y posteriormente, a la dirección general de la firma en México.
“Es un cumulo de muchos triunfos, siempre digo ‘las montañas es un cumulo de pequeñas cumbres’ y yo creo que la vida me ha llevado ahí.
“Ha sido un gran accidente de la vida en el sentido que nunca lo planee así, sabía que quería llegar lejos, que quería hacer cosas grandes pero nunca como tal pensé que iba a terminar dirigiendo una marca de moda y pues heme aquí”, señaló.