
Barry Domínguez es un fotoperiodista que ha logrado reunir una colección de retratos de escritores célebres. Desde Elena Poniatowska y hasta Salman Rushdie han pasado frente a su lente, y sus almas, a veces celosamente guardadas quedan al descubierto en esos retratos.
“Para mí ha sido un gran reto poder conjuntar esta colección de retratos. Esta es una parte digamos, pequeña de todo mi archivo, pero efectivamente, a ellos no les gusta la presencia de la cámara, y se puede apreciar que algunas fotografías son encontradas o buscadas en el trayecto de un lado a otro, y algunas otras sí son posadas.
“Aquí vemos a Mardonio Carballo con sus mascotas que en primer instancia, yo le decía: ‘quiero que estés estático’ y ahorita juego con la composición, para poder lograr lo que se visualiza en la imagen. En el caso de Claudio Magris cuando terminó una entrevista le pedí que se acomodara en cierto lugar para yo jugar con líneas, sombras y poder lograr un retrato bien.
Entre la selección, destaca un retrato de José Emilio Pacheco que le hizo cuando se inauguró la sala que lleva su nombre en la Casa del Lago en la UNAM, y ahí aparece el escritor y al fondo una foto enmarcada de él mismo.
“Hay un retrato precisamente dentro del espacio del gran fotógrafo Ricardo Salazar, y ahí busqué exactamente que pasara por ese punto para lograr el tiempo transcurrido de una imagen a la otra.
“Yo trato de plasmar en mis retratos ese instante de vida personal, de personaje tal cual es como ser humano. Hay momentos más difíciles porque a veces lo hago en el momento, aprovechando un evento, y en otras ocasiones sí tengo ese tiempo y ese espacio para poder lograr y encontrar al personaje tal como es.
“Normalmente los ubicamos como personajes que no son fáciles de abordar, que no son accesibles, pero yo trato de que sean simplemente seres humanos como todos; es decir, quitar ese título de escritor y que me den oportunidad de poder registrar y de plasmarlos como un ser humano como cualquiera”, señaló Domínguez.
Recordó su experiencia con Mario Vargas Llosa, a quien tuvo que “dispararle” en tan sólo seis minutos de 15 que le habían dado originalmente para captar las emociones del autor de “La fiesta del Chivo”.
“Fue una sesión rapidísima, pero logré digamos rescatar y sacarle una sonrisa con la que sale aquí en este retrato. Normalmente él es muy serio y no es fácil compartir y dialogar con él, si no te conoce”.
EN LIBROS
La foto de portada de los escritores es casi tan importante como el título de su obra, pues es parte de la presentación, y entre mejor foto aparezca en la portada, atraerá a mayor número de lectores.
“Un personaje que me pidió un retrato para la portada de su libro. Este personaje se llama Fernando Vallejo, autor de ‘La puta de Babilonia’ y cuando ya íbamos a empezar la sesión, me dijo: ‘permíteme, voy a ponerme una camisa y un saco negro’.
“Regresó y parecía que era un cura y el tema es sobre la religión y entonces él aparece en ese atuendo haciendo una cruz con sus manos y el fondo rojo; ya como que tenía aterrizada cómo iba a ser la fotografía y yo encantado de la vida, y fue así como quedó la foto de portada de ‘La puta de Babilonia’”.
Pero Barry Domínguez no sólo hace retratos, su lente captura la belleza de la naturaleza, los grandes momentos de la vida cotidiana, pero gran parte de sus fotos son en relación a las actividades culturales de la Universidad Autónoma de México UNAM.
“Actualmente estoy encargado de Difusión Cultural de la UNAM y tenemos teatro, danza, literatura, artes plásticas, lo que más hago es el registro de actividades culturales y me da esta oportunidad de poder retratar a personajes de estas disciplinas”, indicó.
Destacó que la selección que fue instalada en la sala Acristalado Norte planta baja, fue especial para exponerse en la feria universitaria del libro UANLeer, realizada en marzo pasado, y que entre las fotografías más recientes se encuentran las de Salman Rushdie, Guadalupe Nettel y Fernando del Paso.
LUZ NATURAL
Como principio básico de la fotografía, Barry prefiere utilizar la luz natural, pues esto le permite realzar rasgos, descubrir detalles y lograr fotos artísticas.
“Me gusta trabajar mucho con la luz natural, recuerdo que decía Lázaro Blanco, un gran fotógrafo mexicano: ‘Si sabes manejar el flash, utilízalo, si no, no lo hagas’, y yo no es que no sepa manejar el flash, pero siento que las fotografías sin flash tienen una calidez y te da la oportunidad de hacer una composición muy padre”, expresó.
“Con quien he tenido amistad ha sido con Mardonio, somos como hermanos; él tiene una cafetería, voy frecuentemente a desayunar y ahí conversamos, compartimos ideas. También tengo amistad con el escritor Hernán Lara Zavala, quien ha sido un gran visionario y me ha asesorado con mi obra”.
Además de tener retratos de escritores, el artista de la lente cuenta también con algunos retratos de sus colegas fotógrafos.
“Una vez me preguntó Elena Poniatowska a quiénes más había retratado, sobre todo a fotógrafos. Yo le comenté que tenía a varios fotógrafos importantes que hemos tenido en México como Héctor García, como Manuel Álvarez Bravo, Ricardo Salazar, quien ha retratado a personajes como Juan Rulfo, como Eduardo Mata, como Juan José Arreola, José Emilio Pacheco.
“Incluso Salazar retrató a Elena. Y cuando me preguntó por él yo organicé ese encuentro y después ella publicó en La Jornada en dos apartados la historia del reencuentro con Ricardo Salazar y fue algo muy especial para mí, porque yo tomé las fotos de esa reunión”, recordó.
Y durante el tiempo que estuvo en la UANLeer, Domínguez aprovechó para retratar a Antonio Ramos, el director de Editorial Universitaria de la UANL, a Carlos Barrón, autor de “Tiempos de compensación, crónicas a nivel cancha” y a Sun Xintang, director del Instituto Confucio de la UNAM.